Estoy convencido de que estos últimos son los profesionales que deberíamos preservar para que se formen nuestros jóvenes en las especialidades que le dan \"razón de ser\" a la facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
Innumerables profesores valiosos dejaron las aulas de nuestra casa de estudios aceptando una ley nacional que obliga a un docente en la plenitud de su vida académica a interrumpir la transmisión de sus conocimientos a nuestros jóvenes.
Ningún docente o alumno se animó a defender la permanencia de esos catedráticos transgrediendo las leyes de la Nación.
Todos entendimos que la jubilación de estos profesores constituía un acto de reconocimiento para los docentes más jóvenes, al brindarles la oportunidad de ocupar el lugar que había dejado su maestro.
No sabíamos que se podía presionar a las autoridades académicas por una sola profesora, en lugar de intentar cambiar la ley para que el beneficio de la permanencia fuera aprovechado por todos aquellos que estaban en condiciones de estar al frente de un aula.
No entiendo cómo la profesora de filosofía Norma Fóscolo no ha sido requerida en la facultad de Filosofía y Letras, ámbito natural de su especialidad. Sin lugar a dudas sus conocimientos hubieran enriquecido a los alumnos de esa casa de estudios.
Asimismo, guardo la íntima esperanza que si la señora Fóscolo es contratada para continuar su actividad en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, en el futuro se guarde el mismo criterio por parte de las autoridades con los colegas docentes que a corto plazo tendrán que dejar las aulas para acogerse a la jubilación.
Se alejarán valiosísimos colegas, destacados especialistas y muchos de ellos ya han manifestado su deseo de permanecer en contacto con los alumnos para seguir transmitiendo sus conocimientos, desarrollando de esta manera su natural vocación docente.
Rodolfo Jorge Juárez Diez. Profesor Titular efectivo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo