La idea, en principio, se aplicaría en las escuelas, para aquellos alumnos que deseen aprender en forma voluntaria. Esto se logrará a través de un trabajo conjunto entre la Dirección General de Escuelas (DGE) y los intérpretes que hay en Mendoza. Aunque ese número de profesionales es reducido, ellos serán los encargados de capacitar a los docentes que acepten aprender el idioma de señas, para luego aplicarlo en la enseñanza ordinaria.
Por otro lado, la ley que ya cuenta con media sanción en la Cámara de Senadores, implica que los empleados de organismos públicos -entre los que se cuentan municipios, Casa de Gobierno y hospitales- también aprendan la lengua de señas con el fin de comunicarse con los sordomudos que concurran a hacer trámites.
En este sentido, Beatriz Pedernera (PJ), encargada de llevar adelante la postergada legislación (ver aparte) destacó la importancia de integrar socialmente a este sector de la población: “Esto no debe reducirse sólo a una ley, sino que implica un proceso de cooperación y aprendizaje mutuo entre los que oyen y los que no lo pueden hacer”, explicó la legisladora.
Por esto, si se logra que la medida comience a ser aplicada, el vacío comunicativo que afecta a unas 8 mil personas, será subsanado paulatinamente. Según destacó Pedernera, por el momento hay muchas posibilidades de que los diputados den el sí al proyecto.
En ese sentido, en quince días la provincia podría contar con la ley de “supresión de barreras comunicacionales” a través del uso de la lengua de señas argentina (LSA).
Un problema real
El hecho de abrir un espacio de integración para no oyentes e hipoacúsicos se torna en nuestros días como una deuda pendiente que no puede continuar resignada. Damián Potaschner (19) y su novia Georgina Fanelli (20) están entre los miles de mendocinos que por tener complicado su sistema auditivo sufre todo tipo de condicionamientos.
“Quiero ir a la Facultad y me gustaría que haya un intérprete para entender las clases. También me interesa saber qué es lo que dicen en los programas de televisión”, ejemplificó el joven, mientras su padre Mario hacía las veces de traductor. Es que el panorama para Damián , al igual que el resto de quienes están su misma situación, se complica ante la carencia de recursos que les faciliten las cosas.
Acceder a un crédito o aspirar a contraer matrimonio pueden convertirse en utopías para quienes padecen sordera, ya que las pensiones que se les otorgan no superan los 150 pesos. Y la realidad se les torna aún más difícil, porque la mayoría de esos 8 mil no cuenta con un trabajo estable.
“Estamos capacitados para trabajar y aprender. Somos iguales que las personas que pueden oír”, destacó con señas Damián, al referirse a la problemática que debe enfrentar a diario. En 15 días los diputados analizarán la ley para decidir luego si existirá o no una legislación adecuada.
Por el momento, según destacó Luis Battistelli, presidente Movimiento Sordos de Mendoza, a través de una intérprete, nuestra provincia es una de las pocas que aún no cuentan con una ley. “Es necesario y urgente que Mendoza adhiera a la ley 22431 de discapacidad Nacional” opinó.
Las claves
La ley que deberá ser aprobada en la Cámara de Diputados contempla los siguientes aspectos:
Destinatarios. Población oyente, hipoacúsicos y no oyentes deberán integrarse en un trabajo conjunto para achicar la brecha comunicativa.
Etapas. En las escuelas se enseñaría a los alumnos que deseen aprender la lengua de señas.
Los trabajadores de organismos gubernamentales (casa de gobierno, hospitales y municipios) y no gubernamentales, podrían sumarse al proyecto. También estarían involucradas las empresas de transporte, para agregar luces en los timbres de los coches. En la TV deberán incorporar un intérprete, sobre todo en noticieros.
Aplicación. Una vez que Diputados apruebe el proyecto el Ejecutivo deberá promulgar la ley.
Historia de la ley
El proyecto para dar marcha a la ley de supresión de barreras comunicacionales a través del uso de la lengua de señas argentina (LSA) ingresó en la Cámara de Senadores en junio del 2000, con el número 39.907. Para ese entonces, los legisladores de ambas cámaras creyeron propicia su aplicación como ley. Pese a ello, el Gobernador en ese período, Roberto Iglesias, decidió vetarla por falta de presupuesto. Luego el planteo fue retomado por otros legisladores y por la insistencia misma del Movimiento de Sordos, volvió a surgir como proyecto de ley.
Docentes y empleados públicos, de acuerdo
Desde la DGE calificaron como muy satisfactoria la posibilidad de oficializar la lengua de señas y destacaron la trascendencia de ello a nivel local y Nacional. “Es necesario incorporar esa lengua en los establecimientos. Es un paso muy importante e implica todo un proceso”, explicó Alicia Reparás, directora de Educación Especial de la DGE.
Pero los docentes también evaluaron la iniciativa. “La capacitación tendría que ser primero para los maestros del primer ciclo y luego para los niveles superiores”, aportó Lilian Muti, maestra de la escuela Roque Sáenz Peña. También se mostraron conformes con esa posibilidad los empleados de organismos estatales. “Estaría dispuesta a aprender. Es una forma de integrar a los no oyentes, aunque pienso que llevar adelante ese proyecto implica todo un desafío”, opinó Silvana Navarro, empleada administrativa.
La importancia de que no oyentes y oyentes puedan comunicarse en el ámbito escolar, radica en permitir que los primeros puedan estudiar en las escuelas estatales. Hasta el momento, en Mendoza existen siete instituciones especializadas, de las cuales la única gratuita es la escuela secundaria 3-453.
Por su parte, el 28 de este mes, la UNCuyo incluirá un curso de LSA que se dictará en la Facultad de Educación Elemental y Especial .