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Los Andes: Expusieron en Brasil las obras de una artista mendocina

Fue en San Pablo y se trata de una muestra retrospectiva de la fallecida plástica Teresa Nazar, quien se formó en la UNCuyo y luego se radicó en esa ciudad. Fue una de las cabezas de la vanguardia artística que allí se gestaba.

06 de junio de 2005, 14:26.

Acaba de concluir en San Pablo, Brasil, una importante muestra retrospectiva de la artista mendocina Teresa Nazar. La exposición tuvo como sede la Fundación Armando Alvarez Penteado, institución en la que la fallecida plástica -radicada en esa ciudad desde 1962- ejerció la docencia.

Aunque Teresa se había formado en la carrera de Artes Plásticas de la UNCuyo, bajo la tutela de maestros de la talla de Roberto Azzoni, a principios de los ‘60 obtuvo una beca y viajó a San Pablo. Inmediatamente se identificó con la joven generación de artistas que postulaban una actitud política de resistencia al statu quo y tomó la decisión de radicarse allí definitivamente.

Eran años de gran agitación político-social y en la capital paulista florecía un movimiento artístico y cultural de gran envergadura.

A partir de su actividad militante conoció a quien sería su pareja, el artista griego Nicolás Vlavianos, con quien montó un atelier, que se convirtió en sitio de reunión de personalidades de la cultura.

Al instalarse tempranamente en aquel país, en nuestra provincia casi no existen huellas de su arte, salvo un impactante mural de 1962 que aún hoy embellece uno de los muros del hospital Neuropsiquiátrico El Sauce.

La producción que integró esta retrospectiva titulada “Teresa Nazar y la vanguardia paulista” contó con la curaduría de su hija, la artista Myrine Vlavianos, y pertenece al período que va desde el ‘65 al ‘75. Década signada por una serie de revoluciones políticas, sociales y tecnológicas a nivel mundial que, sin duda, dejaron una impronta en su obra. 

 

Colores y texturas

 

Si hasta principios de los ‘60 su arte apelaba a un lenguaje figurativo, expresionista y retrataba personas simples, de expresiones austeras, luego se transformaría significativamente. Pronto, al legado expresionista de tradición latinoamericana se sumarían la influencia pop y el empleo de una variedad de colores y texturas, constituyendo un verdadero sello de época. Este cambio puede observarse claramente en la serie de astronautas y la presencia de aparatos de TV irrumpiendo en la vida familiar.

A partir de ese momento sus cuadros también comenzaron a bucear en los rituales de la vida urbana. Pasajeros apurados por cumplir con sus rutinas laborales, figuras femeninas que bajo enormes secadores de pelo satisfacen mandatos sociales de belleza. Temáticas que ganan fuerza con la utilización de materiales no convencionales como placas de madera o metal, tornillos, plástico, tejido o madera. Al respecto la artista supo reflexionar: “Hace algún tiempo - por necesidad u obligación- acabe con la pintura de caballete. Creo en los materiales que busco y utilizo, porque a través de ellos llego a concretar un pedazo de tiempo en el cual existí”.

Tal como alguna vez dijo la crítica Katia Canton: “A todos estos elementos Teresa le adicionaría una fina ironía. Una cierta irreverencia que parte de un humor refinado, un humor inconfundiblemente femenino”.

En aquellos años también participó de happenings; su idea era producir acontecimientos que permitieran la participación de los espectadores.

Pero en 1972 Nazar le imprimió un nuevo giro a su carrera al fundar una galería de arte: “Múltipla”. Su decisión de cambiar el quehacer artístico personal por la carrera de galerista marcó el inicio de una experiencia pionera en Brasil, que, al comercializar y exhibir arte “multiplicado”, democratizó su consumo. La reproducción de esculturas en menor tamaño y numeradas posibilitaba que los artistas pudieran venderlas más fácilmente y vivir de su profesión.

Ese nuevo metier ocupó gran parte de sus energías, pero lejos de “abandonar” el arte, lo que hizo fue cambiar la forma de ejercer su vocación. Teresa no dejó de pintar, sólo que desde ese momento prefirió hacerlo en privado, y no realizar exposiciones.

Vistos desde el presente, la originalidad de sus temáticas y la innovación en cuanto a los materiales dan cuenta de la actualidad de su arte. Es por eso que la muestra impulsada por sus colegas y ex alumnos es, de alguna manera, una forma de mantener vivo el legado de quien fuera una de las cabezas de la vanguardia artística de esa ciudad en los 60.

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