Ese monto, sumado a los 2.330 millones de pesos del proyecto la ley económica, se utilizará en “llevar a cabo programas pendientes, convertir en bonificable los aumentos salariales del 2004 y dar nuevas mejoras al personal”, puntualizó.
En otro orden, pidieron a los senadores la continuidad del Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología (CyT), de 35 millones de pesos. Fernández, quien presidió ayer una extensa reunión de los rectores previo a la audiencia con Kirchner, explicó que los 60 millones de pesos que serán otorgados por el Ministerio de Planificación “son la primera parte del plan de obras públicas para las universidades que cumplieron la documentación (de presentar sus proyectos)”.
Estarán además incluidas en esa suma -que algunos rectores definieron como \'migajas\'- las universidades nacionales que sufrieron contratiempos o accidentes como el de Rosario, con el incendio en la facultad de Derecho; la de San Juan, que también tuvo un siniestro; la de Comahue y la UBA, para su nueva sede de Ciencias Sociales.
Los rectores acordaron llevar al Presidente una postura “gentil y agradecida”, aunque se guardaron para el final sus caballitos de batalla, que son las declaraciones de Tucumán y de Río Gallegos.
Allí, fijaron su posición de apoyo a la negociación de la deuda externa y el compromiso de la universidad con la educación, la sociedad, la producción, las necesidades socioeconómicas de la gente, todo bajo el paraguas de la autonomía que gozan.
Entre los más críticos se escuchó decir: “Esa cifra es irrelevante y tendríamos que ser insistentes en una verdadera recomposición del presupuesto con una suma de 720 millones de pesos más que es difícil de defender”. También se expresó que “no debemos aceptar ninguna cifra de mínima” o que “las migajas no se agradecen”.
El rector de la Universidad Nacional del Litoral (UNL-Santa Fe), Mario Barletta, subrayó que la situación en las casas de estudios es crítica. Agencia DyN