La estrategia comenzó en 2005 (con un gasto similar) y se intensificará este año, para lo cual se formó una comisión especial integrada por representantes del rectorado y de las facultades encargada de revisar las instalaciones y registrar la demanda de obras.
 
“Venimos de una crisis muy grande, donde estos temas quedaron desatendidos porque había que priorizar otras cosas. Desde el año pasado estamos trabajando en un plan integral de seguridad. Pero muchas obras se van a concretar ahora”, explicó Miguel González Gaviola, secretario Económico Financiero de esa Universidad.
 
Ese plan está aprobado desde 2004 y muchas de las obras necesarias se ejecutarán este año. De igual manera, en las facultades aceptan que luego de la muerte de la niña Marcela Sánchez en la pileta del club universitario, a principios de enero, la preocupación es mayor. “Iniciamos las obras el año pasado. Ahora con lo que pasó estamos más atentos y hay una comisión que se dedica a evaluar que todo esté bien y cuáles son las necesidades. Nosotros estamos mejorando todas las instalaciones”, dijo el decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Omar Cueto. Allí las obras que deben realizar son variadas.
 
Lo primero que harán en esa facultad es mejorar las instalaciones eléctricas, el ascensor y hasta los techos. Pero también se tienen en cuenta detalles más chicos como la señalización, la colocación de frenos en los escalones, seguridad en los vidrios y advertencias para los alumnos en las zonas de cornisas. “Todo esto es trabajo preventivo y no queremos que nada nos sorprenda”, contó Mario Lugones, secretario Administrativo.
 
En la Facultad de Ciencias Agrarias está casi terminada la nueva salida de emergencias. Y se planea hacer obras iguales en Filosofía y Ciencias Económicas. “En algunos edificios es más sencillo hacer éstas cosas y en otros se complica porque son antiguos y hay que modificar estructuras”, aseguró González Gaviola.
 
Desde el rectorado aclararon que las obras no son consecuencia de lo que pasó en la pileta, pero informaron que ahora hay más demanda de parte de las dependencias.
 
Todo el complejo de la UNCuyo estaba atrasado en este tema por la antigüedad de las construcciones y la crisis de financiamiento que impidió realizar obras por varios años. Desde 2005 se reanudó la posibilidad de invertir y hay mejoras que se notan. En Ciencias Políticas, por ejemplo, se acondicionó la escalera de incendios con puertas antipánico (aún no inaugurada), se colocaron señales, luces de emergencia y cintas antideslizantes. “Teníamos muchas falencias y aprovechamos una línea de financiamiento del rectorado para mejorar la seguridad. Con lo que pasó en enero estamos todos más sensibilizados, pero se está trabajando desde antes”, dijo Juan Carlos Aguiló, decano de Ciencias Políticas. En esa facultad se harán simulacros programados y espontáneos.
 
En Derecho también se planificaron mejoras, como la compra de insumos y el resguardo de los vidrios.
 
$ 20 mil en policías
 
Hace unos años el predio de la Universidad Nacional de Cuyo comenzó a sufrir problemas de seguridad, pero relacionadas con lo policial. Por eso en muchas facultades se decidió, por ejemplo, cerrar la mayor cantidad de accesos.
 
Desde ese momento el tema comenzó a ser tratado institucionalmente y a tener presencia en el presupuesto.
 
Actualmente la UNCuyo destina 20 mil pesos mensuales para pagar a la Policía de Mendoza la custodia de la Ciudad Universitaria. Además, cada facultad contrató servicios especiales o guardias de agencias de seguridad privadas.
Pablo Icardi picardi@losandes.com.ar