Esto que acabamos de reproducir no es lo que pasó este 1 de mayo en la Legislatura provincial, sino lo que ocurrió allí hace exactamente un año, con algunos levísimas diferencias (hoy Iglesias no estuvo enfermo sino viajando, y Baglini vino igual aunque sin fiebre, mientras que Fayad sigue igual de cansado).
Por lo tanto, en lo que se refiere al clima que se vivía en la Legislatura ante el discurso del gobernador Julio Cobos, podemos eximirnos de mayores comentarios si basta con repetir los del año pasado.
Cobos y sus padres. No obstante, el que sí cambió fue Cobos, no en sus ideas generales pero sí en su estilo de comunicarlos: el hombre hace un año no se cansó de alabar a su mentor espiritual (y definitivamente material) Néstor Kirchner, mientras que sutilmente deslizaba las primeras diferencias concretas entre su modo de hacer política y el de su mentor electoral, Roberto Iglesias.
Ahora, el hijo ya no necesita citar a los padres, puesto que los incorporó en su interior. Y, hasta quizá -piensa- los puede haber superado a través de una síntesis -que sólo puede ocurrir en el interior de Cobos- entre dos extremos inconciliables.
Por eso ni una vez nombró a ese Presidente que le da las obras públicas que ocuparon casi la mitad del discurso: sólo diferenció entre obras de procedencia nacional, mixtas y unas poquitas provinciales. Pero ni un gracias personalizado.
Por otro lado, quién diría que mientras más se alejan Iglesias y Cobos por el afecto de este último hacia Kirchner, a la vez nuestro gobernador deja a la altura de un poroto el conflicto entre su antecesor y los jueces. Porque así como en su discurso del año anterior fue en extremo conciliador con el Poder Judicial, ahora fue en extremo confrontativo, en onda con su línea política actual.
Cuatro Mendozas. Cobos empezó su discurso hablando de dos Mendozas, pero en realidad terminó hablando de cuatro: al principio diferenció entre una Mendoza que crece económicamente versus otra donde aún hay pobreza, sensación de inseguridad (ese invento climático comunicacional por el cual se insinúa que hay menos delincuencia pero que la gente no se da cuenta), falencias en transporte y salud.
Pero allí nomás inventó otra contradicción:entre la Mendoza de los conflictos (que es la que quieren jueces y estatales) y la Mendoza de paz y orden, o sea la Mendoza oficial, esa que con “sensatez e inteligencia está asomando” en los diarios de Yrigoyen que le suelen escribir al gobernador algunos de sus ministros preferidos.
Las autocríticas. Realizó algunas autocríticas en materia de transportes y educación, pero sólo para redoblar la apuesta en sus convicciones.
En transporte reconoció que no pudo lograr lo que quería (entregarle los micros estatales a los concesionarios) por culpa de los legisladores: “no tuvimos una ley que fuera de nuestro agrado”, en vez de admitir que el error fue no haber tenido un plan. Yla solución que ofrece también parece un poco tirada de los pelos:transformar a la Empresa Provincial de Transportes en una especie de Giol Estatal que regule el mercado poniendo micritos, y, de ser necesario, estatizar el sistema.
En educación admitió que pudo haber sido apresurado el cambio curricular, pero prometió seguir adelante luego de eliminar el “escollo” judicial: “estamos acostumbrados a hacerlo”, dijo poniendo cara de hartado y amenazante.
Estatales. Al final, mejoró de modo importante las asignaciones familiares de los estatales como implícita respuesta a los gremialistas que fuera de la Legislatura aguardaban indignados. Acusó a estos de ser siempre los mismos “en caras y acciones” y de pretender volver al caos de 2001. A lo que la sindicalista Raquel Blas respondió acusándolo de mentiroso y prometiendo retornar a los días de fines de 2001, a la vez que sugería la aplicación de patadas en un lugar íntimo y sensible del cuerpo humano.
Queda como anécdota la frase del discurso donde Cobos aseguró que “en el año 2010 la salud mental será considerada la enfermedad prevalente”. No sabemos si se trata de una gaffe del gobernador que en vez de “insanía” dijo salud, o si es una especie de profecía acerca de lo que les espera a los cuerdos en este país de locos.
Textuales del discurso
Clubes sociales. “A partir del 20 de mayo, los clubes sociales podrán reformular propuestas de refacción. Podrán acceder a subsidios de 10 mil a 100 mil pesos, siempre que presten servicios a escuelas cercanas”.
Ex empleados de los bancos provinciales. “Los ex empleados de los bancos de Mendoza y de Previsión que se quedaron sin empleo, podrán afrontar sus deudas hipotecarias. Estamos renegociando las deudas de 350 familias mediante la compra de la cartera hipotecaria con una quita del 60%”.
Educación. “Vamos a insistir con las reformas de planes curriculares, que lamentablemente una medida judicial nos obliga a dar marcha atrás. Se necesita más formación básica, más Matemática, más Lengua...”
Pasos Fronterizos. “Si la Nación quiere construir nuevos pasos a Chile, ofrecemos dos alternativas: el paso de baja altura en Las Leñas o el Portillo del Viento, en Tunuyán”.
Tren de pasajeros. “Queremos un transporte que una a todos los departamentos del Gran Mendoza, en el que no quede excluido el ferrocarril. Por eso, mantenemos la expectativa de volver al tren de pasajeros Mendoza- Buenos Aires”.
Investigadores. “Están faltando. Nuestra provincia debería duplicar la cantidad de científicos para que se genere el conocimiento innovador que requieren áreas como la producción y la salud. En ese sentido, estamos trabajando junto a la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Nación”.
Mortalidad infantil. “Estamos conmovidos por el sensible incremento (2,4%) de la mortalidad infantil. Hemos reforzado los sistemas de control preconcepcional y el seguimiento del recién nacido, tanto en hospitales públicos como privados. Hay que fortalecer el vínculo madre-hijo. Por eso, espero que la Legislatura apruebe el proyecto que aumenta la licencia por maternidad de 90 a 120 días y de 90 a 120 días para nacimientos múltiples o chicos discapacitados”.
Seguridad. “Trabajamos en tres ejes: represión y prevención del delito, mejorar el servicio de justicia y reorganizar el sistema penitenciario”.
Apostillas
Ni siquiera los gremios se quedaron para ver al gobernador Cobos. La Asamblea Legislativa de este año tuvo dos características: no fue casi nadie y perdió el glamour que solía tener. Muy pocos ciudadanos se acercaron al lugar para conocer el mensaje del Gobernador. Además, los gremios llegaron tarde y se retiraron antes que la mayoría de los políticos.
La directora general de Escuelas, Emma Cunietti, fue la última en llegar. Ingresó corriendo por la puerta principal y pasó al recinto de sesiones.
El discurso -que duró una hora y cuarto- fue muy poco aplaudido. Es más, la primera ovación llegó recién a los 26 minutos de iniciado.
A diferencia del año pasado, no brillaron tanto los trajes de funcionarios y funcionarias y la gente -incluso- se atrevió a entrar en bermudas, zapatillas y alpargatas.
Los pocos que estaban aseguraron que fueron al acto para conocer cómo piensa el Gobernador, aunque aclararon que no les parece un momento tan importante. Había en la parte alta sólo 100 personas, porque estaba prohibido el ingreso al recinto y a los diferentes salones sin tener una invitación y porque esta suerte de tribuna no puede albergar más de 250 personas.
Al final del discurso se podían ver muchas caras adormiladas y los salones bastante vacíos. Sólo Cobos seguía en la Legislatura en medio de una conferencia de prensa. Afuera, reinaba la apatía.
La seguridad estuvo dividida en el sector interno y externo. En el primero había 15 policías y en el externo 50 de diferentes unidades. En los alrededores, se cortaron las calles España y Espejo, además de Patricias Mendocinas a la altura de Rivadavia y también de Espejo. El tránsito estuvo prohibido. /