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Los Andes: Los leones jóvenes del Zoo se mudaron

El Zoológico de Mendoza tuvo ayer un día agitado. El traslado de los leones africanos desde su jaula habitual a un lugar más cómodo atrajo la mirada de varios visitantes que pasaban por el sector. Es que no todos los días se puede tener rendido a los pies a un felino de más de cien kilos.

22 de abril de 2005, 13:05.

La “movida” la realizó el equipo de veterinarios y personal del lugar, junto a alumnos de Veterinaria de la Universidad Maza (ver aparte). El objetivo era ubicarlos en el denominado Sector de Playa, donde tendrán más espacio para sus movimientos.

“Cuando llegan a una determinada edad hay que pasarlos a otro lado, porque el recinto donde están desde cachorros ya es muy pequeño para ellos. Han crecido demasiado”, indicó el jefe de veterinarios del Zoológico, Alberto Duarte.

Uno por vez, en forma voluntaria, los animales fueron pasando a la celda continua cuando el jaulero abrió la puerta. Allí se les aplicó -desde afuera- un dardo sedante para poder cargarlos en una lona hasta su nueva morada.

“Éste es un procedimiento normal que utilizamos para dormir a los animales acá.Ya que los sedamos, aprovechamos para sacarles sangre y hacerles todos los análisis pertinentes”, explicó Duarte.

El primero que se ofreció fue un león de dos años, el más grande la camada. Éste fue el único que tuvo su minuto de fama, ya que cuando quedó totalmente indefenso, la gente se sacó una foto con él. “Ahora sí se animan a tocarlo”, dijeron a coro los responsables del Zoo a los curiosos.

Ayer sólo se pudieron trasladar tres de los cinco machos que ocupan la jaula porque la operación llevó su tiempo y la hora del almuerzo los puso nerviosos.

“Cada uno come cinco kilos de carne, cinco veces por semana. En la selva no comen todos los días y por eso acá ayunan dos”, aclaró Duarte.

Con la operación, los animales quedarán repartidos en tres grupos diferentes. Uno es el de las hembras, otro el de los machos viejos y este último que estará formado por los machos jóvenes. De esta manera, se quiere evitar que se peleen y apareen, lo que por el momento no es necesario porque hay una superpoblación de leones. Para llevarlos de un sitio a otro hizo falta que ocho personas cargaran la lona que contenía al pesado león, incluso un valiente turista chileno colaboró con la tarea.

Como el procedimiento no estuvo anunciado a los que entraban al Zoo, muchos se encontraron con esta sorpresa cuando caminaban por la celda de los leones.

“Elegimos justo el día, nos encantan los leones y estamos contentos de haber visto esto”, comentó una pareja de chilenos. A ellos se les unió un grupo de chicos de una escuela primaria que no quiso perderse ningún detalle.

“Es una experiencia única porque no todos los días se puede tener contacto directo con los animales silvestres”, dijo Alberto Pinnavaria, estudiante de la Universidad Maza (ver aparte).

Cuando quede vacía la jaula, será usada por dos leones cachorros que fueron separados de la madre.

Futuros veterinarios, con una pasantía única

Los alumnos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Juan Agustín Maza realizan sus prácticas obligatorias en el Zoológico de Mendoza. Con esto, los alumnos son unos de los únicos en el país que salen adquiriendo conocimientos en animales silvestres y no sólo en los domésticos o de granja.

En este momento hay tres pasantes en el Zoo: Carolina Olguín, Juan Carlos Arjona y Alberto Pinnavaria. Ayer por primera vez tuvieron su contacto directo con los leones africanos del paseo.

Todos coinciden a la hora de hacer un balance de su tarea en el lugar. Por más que sepan que difícilmente puedan trabajar con animales silvestres, no dejan de aprovechar la oportunidad para aprender. Su vocación por ayudar a los animales es más fuerte.

“Está bueno porque trabajamos a la par de los veterinarios del Zoológico”, dijo Carolina Olguín.

Las pasantías son obligatorias para que los jóvenes puedan obtener el título de la carrera y las hacen cuando terminan de cursar, como parte de las prácticas profesionales.

Pero mientras cursan el segundo año en la facultad, pueden ayudar en el Zoológico en forma voluntaria. Éste es el caso de Alberto Pinnavaria: “Si empiezo desde ahora voy aprendiendo más”.

“Los jóvenes vienen acá a practicar y además hacen un montón de actividades que a nosotros nos son sumamente útiles. Hay un déficit de personal y por eso es muy bueno contar con alumnos bien formados”, aseguró Alberto Duarte, veterinario del Zoológico y decano de la Facultad.

También está previsto que los que quieran seguir indagando en este tipo de animales puedan continuar sus prácticas en otros zoológicos del mundo, como el Buin Zoo y el Metropolitano, ambos de Chile.

Al Zoo local también llegan pasantes de otros países, como Canadá, México y Chile.

Los estudiantes junto con los profesionales del lugar hacen todos los chequeos necesarios a los animales y se manejan libremente en el laboratorio y quirófano, siempre supervisados por alguno de los veterinarios.

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