Una de las ventajas (con la que se cuenta desde el año pasado) es la entrada a la base de datos de la Secyt (Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación), un privilegio que antes sólo existía para las Universidades públicas y organismos estatales.
De este modo, a través de la página del Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP) -www.crup.org.ar -, ahora la Universidad de Mendoza posee vía libre para navegar en la biblioteca electrónica de la Secyt, que ofrece 524 títulos de publicaciones periódicas de agricultura, biología, economía, geología, matemática, medicina, psicología y sociología (Springer). También se pueden consultar más de 1.250 diarios y 2.500 libros que abarcan los campos de la electricidad, telecomunicaciones, computación y otras ramas afines a estas disciplinas (Ingeniería en Electrónica y Electricidad, IEEE). Y por otro lado, conocer los últimos avances científicos por intermedio de la revista electrónica Nature.
Nuevo servicio
Pero además, para cubrir completamente todas las especialidades, la institución (junto al CRUP) se suscribió en marzo a la red informativa de la empresa mexicana, Ebsco. Así, tiene acceso ilimitado a unidades académicas, bibliotecas y facultades de distintos países. Así, se reforzaron las áreas de ciencias sociales, arquitectura, económicas, ciencias médicas, psicología y educación.
“Hasta ahora solamente existían accesos a unas pocas publicaciones. Por eso, a nivel académico el avance es muy importante, porque si el personal quiere hacer una tesis, de grado o de posgrado, es necesario que sea innovadora, y esto requiere conocer el material científico de calidad que ya existe”, comentó la ingeniera Celina Drovandi de Bustelo, encargada del área de Tecnología y Estadística del rectorado.
Los dos sistemas operan desde las computadoras de la Universidad y también en el Centro de Cómputos de la Biblioteca Central. Miles de textos electrónicos están disponibles para los jóvenes y docentes, con sólo abrir la página de la Universidad y también con la dirección del CRUP.
Diego Borel (22), estudiante de Ingeniería Electrónica, es uno de los alumnos que ya usó la biblioteca electrónica para buscar artículos relacionados con su carrera. “Hay información que no aparece en los buscadores comunes y además al ser más seria te quedás tranquilo. Pero el servicio sería más completo si pudiéramos tener acceso desde afuera, a través de otras computadoras que no fueran las de la Universidad”, señaló.
Los bibliotecarios se especializaron en el servicio virtual para asistir a los usuarios en la búsqueda. “Como todavía muchos chicos no saben que está la base de datos, se los ayuda a entrar desde cualquier computadora de la universidad. Los que van conociendo el sistema se entusiasman y vuelven a usarlo”, indicó Rosa Roitman, del Centro de Cómputos de la Biblioteca.
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