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Los Andes: Malargüe: un viaje de ciencia y turismo al centro de la Tierra

La explosión fue impresionante. Mató todo lo que había en 30 kilómetros a la redonda y dejó un cráter de más de 8.000 metros Hoy, unos 100.000 años después, las secuelas están intactas en el Payún Matrú y los más de 800 conos volcánicos que hay en la Payunia, en Malargüe. El lugar es un campo casi virgen desde entonces y se puede convertir en el primer parque volcánico del país. Es un proyecto que surgió hace más de cinco años, pero ahora cobra nuevo impulso.

El geólogo Eduardo Llambías, un investigador que trabajó en el lugar durante años, descubrió nuevas fisuras en la roca volcánica que permiten ingresar hasta 50 metros dentro del mayor volcán y, por lo tanto, también en un túnel del tiempo único. El atractivo se sumaría a los sitios ya difundidos como turísticos, como Pampas Negras. En conjunto, configuran un gran potencial científico y turístico.
 
“En la parte oriental del Payún Matrú hay una fisura volcánica que todavía está abierta. Uno puede entrar allí y meterse hasta 50 metros de profundidad. Se puede ver perfectamente cómo funcionó el vulcanismo en ese lugar y las formaciones que dejó”, explicó Llambías, docente de la Universidad de La Plata.
 
Por ahora ese circuito tiene dificultades de acceso. Para llegar hay que trepar a caballo durante unas cuatro horas. Pero el esfuerzo vale la pena. “El espectáculo es impresionante. Después está la parte central, la laguna o lo que nosotros llamamos la caldera. Allí se ve la pared del desplome que se generó luego de la erupción. En esa zona hay un campo de bombas de vidrio. Es completamente diferente al de Pampas Negras”, describió el científico.
 
La Payunia es uno de los sitios en el mundo con mayor densidad de conos volcánicos. Además permite recorrer casi todas las formas volcánicas que se preservan sin erosión ni vegetación. Hay lava de distintos tipos, “bombas” que dejaron las erupciones y grandes campos de piedra pómez. Según estudios de investigadores italianos, en Malargüe están las coladas más largas del mundo (189 km).
 
La idea de crear un parque fue reimpulsada por Llambías (autor de la iniciativa hace unos años), la Dirección de Recursos Naturales y ahora se suma la Subsecretaría de Turismo. A las formaciones de La Payunia se les suman otros relieves, como el volcán “Malacara”.
 
Los objetivos son mostrar cómo se producen estos fenómenos y proteger el lugar. Al tratarse de volcanes relativamente jóvenes, la zona mantiene una geografía igual a la que se generó cuando la colada fue escupida por los volcanes.
 
Génesis
 
Según estudios de profesionales del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata, en el Payún Matrú se produjo un tipo de erupción similar a la del volcán Pinatubo, de Filipinas en 1991. Se trata de explosiones con “mezcla de magmas”, las más violentas que se pueden generar.
 
“El magma que viene de las profundidades y a una elevada temperatura se junta con la cámara magmática del volcán. Se aumenta la temperatura y se produce un proceso físico-químico con los gases. Por diferencia de temperatura y despresurización, se genera una presión enorme y una gigantesca explosión. Eso aniquiló toda la vida del lugar. En estas cavidades es donde hoy curiosamente se junta el agua para dar vida”, dijo Llambías. El hombre pasó meses enteros de campaña en la Payunia y describió en detalle su geología. Ahora retornó para dirigir otras investigaciones.
 
La zona ya se “vende” como atractivo, pero con emprendimientos pequeños. La idea es generar un polo de turismo científico. “Es fundamental el apoyo científico porque nos da mucho respaldo y pone en valor el lugar”, explicó Leopoldo León.
 
Falta infraestructura para visitantes
 
La Payunia es una reserva total en la que se resguardan los campos volcánicos y la que probablemente es la población de guanacos bajo protección más importante de Argentina. Una de las contras que tiene para el acceso de visitantes es la falta de infraestructura y las distancias (unos 500 km de la ciudad de Mendoza).
 
Para concretar el parque volcánico es necesario, según el proyecto, mejorar los caminos de acceso e internos de la reserva, construir un centro de interpretación, redactar textos explicativos y guías de campo sobre las características del lugar y hacer una agresiva propaganda sobre la importancia del sitio. Según Leopoldo León el proyecto es viable. “Hay recursos que iban a ser destinados al Aconcagua, pero como esa reserva tiene financiamiento, se los puede derivar a Divisadero Largo o a la Payunia. Lo prioritario es construir un centro de interpretación en Pampas Negras”, aseguró León.
Pablo Icardi picardi@losandes.com.ar

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