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Los Andes-Martes 23: El mendocino que llegó a la Olimpíada Internacional de Biología

Ya había transitado dos instancias con buena fortuna. Ahora el final se aproximaba y no tenía todos los elementos necesarios para enfrentarlo. Le faltaban textos específicos, la explicación de profesores de la materia y, sobre todo, un laboratorio para realizar las prácticas. Cuando todo parecía difícil de alcanzar, la solidaridad de la población llegó y David Nardin se transformó en el único mendocino en llegar a la Olimpíada Internacional de Biología.

24 de mayo de 2006, 11:41.

Con sólo 17 años, el adolescente maipucino se anotó en la nómina de los cuatro argentinos que participarán en la competencia mundial; que este año se realizará en la Argentina, en Río Cuarto, Córdoba, entre el 9 y 16 de julio y participarán representantes de 51 países de los cinco continentes. Después de que David le contara a Los Andes que necesitaba un laboratorio y más libros para seguir en carrera -nota que se publicó el 3 de enero-, profesionales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo y del Centro Regional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Cricyt) colaboraron para que pudiera continuar con la preparación académica.
 
“Fue prácticamente inmediato, ustedes publicaron la nota y por correo electrónico se contactó conmigo Mariano Coni, que es ingeniero agrónomo. A través de él me abrieron las puertas de la Facultad de Agronomía de la UNCuyo, lo que me permitió hacer disecciones y montaje de insectos; también me facilitaron pinzas y agujas entomológicas”, contó David.
 
Y no sólo eso, rescató el adolescente que estudia en el Instituto Maipú de Educación Integral (IMEI), “sino que también pude trabajar todo lo referido a botánica con los ingenieros José Ambrosetti e Iris Peralta”.
 
La contribución de estos profesionales, junto con los del Cricyt, le permitió a David lograr un excelente nivel teórico y sobre todo práctico. “No tenía un laboratorio para hacer las prácticas, esto me preocupaba porque en esos exámenes no me iba tan bien”, explicó.
 
Las bibliotecas de Agronomía y del Cricyt estuvieron abiertas para que el joven pudiera buscar la información que le faltaba.
 
“Quiero agradecerles especialmente a las bibliotecarias, que siempre me ayudaron y me facilitaron los textos”, no dudó en resaltar, mientras sigue preparando sus últimos dos exámenes.
 
Alumnos de 51 países
 
La XVII Olimpíada Internacional de Biología (IBO por sus siglas en inglés) este año se realizará en Río Cuarto, Córdoba y participarán representantes de 51 países de todo el mundo. Cada equipo está constituido por cuatro miembros y cada uno deberá rendir cuatro exámenes teóricos y uno práctico.
 
La competencia está destinada para alumnos de nivel medio y se evaluarán las habilidades y capacidades para enfrentar y resolver problemas biológicos. Además es necesario tener creatividad y perseverancia. “Esto último es fundamental porque para llegar a la instancia internacional he rendido quince pruebas, doce prácticas y tres teóricas”, señaló el único mendocino que llegó a este certamen junto con dos adolescentes de Buenos Aires y uno de Chubut.
 
Por ahora, los chicos seleccionados esperan viajar la próxima semana a la Universidad Nacional de Río Cuarto, permanecer una semana, y reunirse con los ocho profesores que tienen como única meta prepararlos para la competencia. Temas tales como microbiología, bioquímica, zoología, botánica, el proceso científico y las técnicas biológicas básicas serán los que estos cuatro argentinos tendrán que estudiar.
 
Finalmente, y antes de los exámenes finales durante la semana del 9 de julio, David volverá a Córdoba en junio para el último “entrenamiento”.
 
Día Mundial de la Diversidad Biológica
 
Ayer se recordó en todo el Planeta el Día Mundial de la Diversidad Biológica, fecha en la que se pretende proteger las especies y las poblaciones individuales o resguardar los hábitats en los que viven.
 
Lo más importante, señalan los especialistas, es la conservación de ecosistemas enteros, asegurando su funcionalidad. La pérdida de la diversidad genética, de especies y de ecosistemas es uno de los mayores peligros para el futuro de la humanidad.
 
Otra de las amenazas más graves es el desarrollo de los cultivos transgénicos, ya que puede tener graves consecuencias a lo largo del siglo XXI si la presión ciudadana no frena su desarrollo.
 
Cada año desaparecen miles de especies y con ellas nuevas posibilidades de culturas agrícolas, productos industriales o medicinas para curar las enfermedades. Con la pérdida de diversidad, también aumenta la uniformidad, la dependencia de unas pocas variedades de plantas para la alimentación y, sobre todo, crece la vulnerabilidad ante las plagas y las enfermedades.
 
A las consecuencias indeseables del desarrollo económico, del crecimiento demográfico, de la desigual distribución de la renta y del consumo insostenible de recursos, hay que añadir las causadas por las nuevas biotecnologías y el desarrollo de la ingeniería genética.

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