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Los Andes: Misioneros de cuatro países trabajan por la integración

Descubrir nuestras fortalezas y debilidades. Buscar en el otro la certeza de no estar solos desde el acto mismo de compartir. Renovar la esperanza. Todas ellas son acciones que tienden a promover cambios en cada ser. Y esto es lo que un grupo de misioneros católicos de distintos países de América Latina intenta transmitir por estos días en nuestra provincia.

14 de julio de 2004, 12:38.

Desde el sábado, un contingente de 150 jóvenes provenientes de Chile, Uruguay, Brasil y en menor grado de Buenos Aires, a los que se sumaron algunos mendocinos, llegaron a la provincia en el marco de un encuentro internacional organizado por la Universidad Católica. Entre los objetivos trazados por los misioneros se destaca la contención para personas de todas las edades mediante talleres recreativos y de reflexión.

Francisco Piriz (19), uno de los misioneros que llegó desde Chile, explicó que a partir de este tipo de intercambios es posible encontrar soluciones acordes a las numerosas problemáticas que debe afrontar la población latinoamericana en general. “Es necesario fortalecer la unión de toda América Latina desde lo cotidiano de cada uno de nosotros”, dijo.

Francisco, junto a otros 26 feligreses de 18 a 24 años, se encuentra trabajando en la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, de Godoy Cruz, mientras que el resto está distribuido en otras tres parroquias del Gran Mendoza: San Antonio de Padua, San Miguel (ambas de Las Heras) y Nuestra Señora de Luján (que pertenece a Luján de Cuyo). Todos ellos, llegaron el sábado y extenderán sus actividades hasta el viernes para volver a su país el fin de semana.

Otra de las acciones que realizan para invitar a la comunidad a compartir experiencias tiene que ver con la visita puerta a puerta. Según admitieron los creyentes, que organizan recorridos por zona todos los días, los mendocinos se muestran muy predispuestos a tratar temas religiosos, aunque “también están quienes por algún motivo no nos pueden atender”, dijo Ignacio Mackenna, mientras se reponía la caminata diaria.

Respecto de los talleres, en la iglesia godoicruceña la dinámica se basa en temas como liderazgo, autoconocimiento, reconocimiento de los demás y difusión del Evangelio, entre otros aspectos. La modalidad elegida se sintetiza en la división de subgrupos de acuerdo a la edad: niños, jóvenes y adultos se acercan a las parroquias para compartir vivencias. “El taller de jóvenes nos sirve de mucho, porque estamos aprendiendo a conocernos nosotros y a los demás”, expresó Joana Alcaraz (19), quien llegaba con una amiga a la parroquia para recibir la segunda charla.

Felipe Bezanilla, uno de los sacerdotes que acompaña a los parroquianos, fue mucho más allá al hacer hincapié en la importancia de facilitar un clima de unión entre las naciones de América del Sur por medio de los encuentros. “Lograr la fraternidad para crear puentes que nos acerquen es un proceso que debemos construir todos los días también desde la profesión”, expresó.

Por eso, la organización de esta misión parte desde el ámbito universitario, ya que a través de sus propios conocimientos los estudiantes misioneros cuentan con herramientas prácticas y teóricas para cumplir los objetivos prefijados por la Universidad Católica en cada una de las misiones.

Las claves

La misión que se encuentran realizando los jóvenes de los países vecinos y de la Argentina se basa en tres ejes: Integración. La idea de promover la unión entre los países sudamericanos es uno de los objetivos centrales de los misioneros. Compromiso. Las actividades toman como eje la toma de conciencia sobre la realidad social. Liderazgo. Para crear y fortalecer nuevos grupos misioneros en cada país latino.

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