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Los Andes: Nadie se hace cargo de reparar la rotonda de la Universidad de Cuyo

Parafraseando el título de una conocida novela latinoamericana, la rotonda de acceso al campus de la Universidad Nacional de Cuyo no tiene quién la cuide.

08 de agosto de 2005, 13:30.

Esa obra, ubicada sobre la calle Carlos W. Lencinas y José Ingenieros, presenta un estado de abandono tal, que en nada se condice con el hecho de ser un punto de referencia del centro de estudios universitarios más importante del Oeste argentino.
Sin parquización y con bloques de cemento, su aspecto estético es deprimente. El cerco de madera que la rodea para proteger algo, no se sabe qué, aporta su cuota de desaliño.
Los visitantes que llegan al complejo, además de los profesores y los estudiantes que pasan todos los días por allí, lamentan que nadie arrime la solución, cuando ésta implica un emprendimiento sencillo y de poca inversión. Cuando se averigua qué repartición tendría que ejecutar las obras, no surge clara la jurisdicción. En la UNCuyo, creen  que la responsabilidad es de la Municipalidad de Capital y lo mismo piensa Roberto Belinaud, director de Parques y Zoo. Pero la comuna contesta que ese pequeño paseo no es suyo, por lo menos ése es el mensaje de su oficina de Prensa. A pesar de este aparente traslado de pertenencia, la Universidad se hizo cargo de dotar de agua al predio. Parques, del área provincial, donará las semillas para plantar césped, y entonces tendrá sentido el cerco, porque se intentará que la gente no cruce por el interior de la rotonda. También Belinaud prometió el mantenimiento futuro cuando el verde impere otra vez en el terreno. Docentes como el profesor Néstor Chiapetta piden una acción urgente. “Encontrándose en un lugar tan importante como el ingreso al Centro Universitario, alguna autoridad, ya sea pública o privada, en forma individual o compartida, debería tomar cartas en el asunto y dejar ese sector en condiciones de una vista agradable”.
Vialidad provincial, que está cerca, podría aportar el mejoramiento de la calzada, y más cuando dentro de poco se habilitará por allí el paso del trole. Las mejoras generales del área deben extenderse a la vereda que comunica con la rotonda de monseñor Orzali. Y como sostuvo Carlos Echegoyen, presidente del Círculo de Oficiales de Ejército, además de la estética, hay que aportar una adecuada iluminación en aras de conseguir una mayor seguridad en el sector, por donde circulan alumnos y los vecinos de barrios cercanos. / Miguel Títiro

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