“Lo único que podemos determinar es que no se trató de un pacto suicida como se especuló en un momento”, dijeron desde la fiscalía, para descartar la que, tal vez, era la última hipótesis que se le podría haber ocurrido a los investigadores especializados en homicidios.
A partir de lo obvio, surgieron líneas de investigaciones varias.
Que hayan querido atacar sexualmente a la mujer y su marido se resistió y por eso le dispararon; o que haya sido un asalto, pero aún no hay datos suficientes para confirmar esta versión.
Cualquier teoría acerca del móvil del crimen, hasta ayer, carecía de los fundamentos necesarios.
El matrimonio había salido, como era su costumbre, a pasear a sus perras. Uno de los animales apareció al lado de los cadáveres, como único testigo de lo que sucedió.
El destino de la otra perra es una incógnita. / J.H.