“Sinceramente no lo esperaba. Uno nunca piensa que va a ser el elegido, así que fue una sorpresa y una alegría. Es muy bueno porque es un reconocimiento del trabajo que uno hace”, contó Mackern.

Al concurso se presentó hace un año y en noviembre le avisaron que había resultado ganadora. Ahora, volvió a Mendoza con una medalla de oro y un diploma que recibió de las manos del presidente de la ANI, ingeniero Arturo Bignoli, durante un acto que se desarrolló en la Casa de las Academias Nacionales de Capital Federal.

La institución otorga el premio “Ing. Eduardo Baglietto” cada dos años, para distinguir el mejor trabajo desarrollado en el campo de la Geodesia o Geofísica por un ingeniero, licenciado o agrimensor argentino con título universitario reconocido por el Estado. Además, otro de los requisitos es que la presentación (ante la Academia) sea inédita y haya sido publicada en algún lugar anteriormente.

En su caso, la investigación fue parte de su tesis doctoral, realizada y publicada en la Facultad de Tecnología y Ciencias Aplicadas en la Universidad Nacional de Catamarca. El tema que abordó fue “Materialización de un sistema de referencia geocéntrico de alta precisión mediante observaciones GPS”.

“Me recibí en 1993 en la Universidad de San Juan y el doctorado lo empecé en 1998 en Catamarca. En 2000 comencé con la tesis y tres años después la rendí”, comentó Mackern.

En la actualidad, la ingeniera se desempeña como docente en la Universidad Maza. Es profesora titular en dos materias de los últimos años de la carrera de Ingeniería en Agrimensura: una es Sistema de Posicionamiento Satelital y la otra es Geodesia. A su vez, realiza investigaciones en el Cricyt.

El hecho de desempeñarse en una profesión basada en ciencias duras no es un problema para ella: “Es una profesión más; sólo debo organizar mis tiempos para trabajar y no descuidar a mi familia”, aseguró la profesora Virginia Mackern.