Según lo prometido, el año que viene se destinarán 5,5 millones de pesos para este programa y se cerrarán acuerdos con instituciones intermedias y empresas. Hoy a las 12 se realizará la primera reunión intersectorial y recién comenzará a tomar forma la idea.
“Queremos avanzar rápido con esto por eso lo anunciamos. Queremos que se capacite a los chicos y se enseñen hábitos como cumplir horarios. La idea es que las carreras universitarias incluyan como materia la práctica solidaria para que colaboren”, dijo Julio Cobos, quien aseguró que el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, se mostró interesado en apoyar la idea.
Desde la Universidad Nacional de Cuyo, una de las patas fundamentales del proyecto pero que fue invitada a participar recién ayer a la tarde, dijeron que a primera vista parece una muy buena idea. Y que, de hecho, hay varias carreras que ya tienen prácticas sociales obligatorias como Trabajo Social, Odontología y Medicina. Otra de las patas fundamentales es el sector empresario. “Aquí podrían aplicar la responsabilidad social empresaria y apoyarnos con puestos de trabajo”, dijo el Gobernador.
La idea tiene un antecedente trunco en el proyecto de Voluntariado Solidario lanzado por el gobierno de la Alianza y la Federación Universitaria Argentina (FUA) en el año 2000. En ese momento se realizaron inscripciones en las universidades nacionales y se desató una polémica porque algunos aseguraban que era “trabajo en negro”. Igual el tema no progresó.
Ayer el Gobernador recorrió los talleres de la IV Brigada Aérea, donde 22 jóvenes que antes vivían en la calle se capacitan en distintos oficios a partir del programa “Juntos”. Durante varios meses, los operadores realizaron un seguimiento de los chicos en la calle y luego, como prueba piloto, se incluyó a un grupo en el programa. Entre otras cosas los jóvenes aprenden panadería, metalurgia y mecánica, y durante 6 meses reciben una beca de 200 pesos.
Según explicaron el desarrollo del programa es exitoso, pero los chicos tienen dudas sobre lo que puede pasar luego de los 6 meses. La idea es comprometer a las empresas para que contraten a los jóvenes ya capacitados. Lo mismo se quiere hacer con el voluntariado, que por ahora es una expresión de deseo. / Pablo Icardi
Un programa que genera esperanza
Ariel Lucero sobrevivió en la calle desde los 10 años. Hoy tiene 21 y por primera vez está aprendiendo un oficio. Antes se las rebuscaba como limpiavidrios y ahora será un experto en hojalatería. “Ni se compara un trabajo con el otro”, asegura Ariel que es uno de los 22 jóvenes que está incluido en el programa “Juntos”.
Todos reciben capacitación durante 6 meses y una beca de 200 pesos. La idea es que luego se reinserten en algún trabajo. Y esa es la principal duda. “Esperamos tener trabajo, sino habrá que volver a la calle”, confiesa Ariel.
Ayer Cobos y parte de su gabinete recorrieron los talleres para ver el trabajo de los jóvenes. De esa base partirá, según los anuncios, el futuro voluntariado solidario. “El servicio militar tenía algunas cosas buenas, como acostumbrar a la rutina”, afirmó Cobos.
Sergio Fernández aprende los secretos de la cocina junto con dos compañeros. Hasta hace poco también era limpiavidrios. Está entusiasmado con el nuevo trabajo, aunque muchas veces por la tarde debe ir a la calle porque no le alcanza. “Esto es muy bueno para nosotros, porque nadie quiere estar en la calle y escapar de la Policía”, dice mientras termina de cocinar Sergio, que tiene dos hijos.
En la recorrida Cobos tomó contacto rápido con varios de los jóvenes para saber qué pensaban. Quizá sin mala voluntad, pero con imprudencia, sobreexpuso a algunos preguntándoles sobre sus historias delante de las cámaras, a pesar de que eran menores.