Allí, se validaron las opiniones recolectadas durante cinco meses de intenso trabajo, y se incluyeron algunos aportes nuevos que terminaron de homogeneizar y consolidar una propuesta construida desde la participación, el diálogo y el intercambio, lo que constituyó una experiencia innovadora y apasionante.
El Plan Estratégico de Cultura fue definido, desde sus inicios, como una instancia de construcción colectiva que apunta a poner en el centro de las políticas públicas del sector al ciudadano. De esta manera, la Universidad Nacional de Cuyo y el equipo técnico a cargo del proyecto, no ha hecho más que generar los ámbitos necesarios para la búsqueda de consensos, intentando revalorizar el rol que la cultura ocupa en la agenda pública, propendiendo a la búsqueda de soluciones que concluyan en un mejor desarrollo del sector, sobre la base de la racionalidad y la articulación del trabajo de los distintos actores involucrados.
Como ha sido a lo largo de todo este proceso, se debatió sobre la base de los 8 ejes transversales oportunamente trazados. Tal conceptualización permitió abrir la discusión más allá de la clásica distinción entre disciplinas artísticas y no artísticas, y facilitó a los participantes, reconocer problemáticas en común cuyas respuestas también merecen ser dadas en un contexto integral.
Descentralizarnos y participar para crecer
En el eje que plantea la Descentralización territorial y la participación comunitaria, se concluyó que es necesario la reformulación de los fondos concursables que aseguren una efectiva distribución en todo el territorio. Asimismo, la implementación de una red de gestores culturales y la creación de agencias territoriales que refuercen la acción en este sentido.
Paralelamente, se propuso la implementación de fondos coparticipables entre los municipios y el gobierno central para asegurar financiamiento de proyectos y programas culturales. También, la circulación permanente de productos y servicios culturales.
Respecto de la participación comunitaria, se consideró la implementación de consejos consultivos departamentales, redes sociales de comunicación cultural que trasciendan las estructuras gubernamentales y la promoción de instancias de asociatividad que contribuyan a la mejora de capital social vinculado a cultura.
Conocernos para comunicar mejor
El eje del Fomento, la difusión y el desarrollo de audiencias, es decir la necesidad de ampliar los públicos que acceden a la oferta cultural, planteó la necesidad de crear observatorios culturales que estudien los requerimientos y las preferencias de los mendocinos. Asimismo, el desarrollo de programas que fomenten la diversidad de estrategias comunicacionales y el involucramiento de los hacedores culturales en la tarea de difusión.
Asimismo, se propuso articular con el sector privado instancias de trabajo conjunto que permitan ampliación de recursos, para que la cultura sea eje de las políticas corporativas de responsabilidad social empresaria. También se debatió sobre el rol y la responsabilidad de los medios de comunicación en torno a la actividad cultural.
Insertarnos en el mundo desde nuestra identidad
El eje que planteó la discusión sobre la Inserción internacional de la cultura y el fomento a la cooperación cultural internacional puso de manifiesto la ausencia de una oficina específica responsable del tema dentro de la actual estructura gubernamental. Se propuso su creación con el fin de estimular la vinculación y mantener un sistema de información y promoción de oportunidades internacionales.
También se sugirió la planificación y definición de criterios en torno a la importación y exportación cultural, la superación de obstáculos burocráticos (generalmente aduaneros), y el mayor aprovechamiento de la red de consulados, agencias de cooperación internacional y de las universidades que existen en la provincia, a fin de intensificar tanto la presencia de nuestros creadores en el mundo, como de la llegada a Mendoza de otras expresiones culturales.
Se hizo referencia a la estratégica ubicación de Mendoza en el corredor bioceánico y la necesidad de integración cultural primaria con Chile, Brasil y Uruguay, en un eje que vincule Atlántico y Pacífico y que tenga a nuestra provincia como escala obligada en esa ruta cultural.
Mejor formación para una mejor acción
El debate propuesto desde el eje de la Formación de artistas y gestores culturales, concluyó con la definición de perfiles de la formación terciaria y universitaria y la ampliación de la capacitación continua (tanto formal como no formal). Asimismo, se propuso la incorporación de los gestores culturales a los programas de financiamiento y capacitación, para que éstos cuenten con herramientas sistemáticas para su acción cotidiana.
También se revalorizó el campo de la cultura popular como ámbito de trabajo de los gestores culturales y se reclamó la formación de hacedores culturales de excelencia, acordes con las necesidades sociales que hoy tiene la provincia.
Cómo cuidamos a los que invierten
En el eje sobre los Emprendimientos culturales para los nuevos escenarios, se propuso concretamente, la instrumentación de incubadoras de microemprendimientos culturales y el desarrollo de programas de pymes culturales.
Asimismo, se hizo hincapié en la gestión de un régimen tributario especial, un registro de emprendedores, una unidad de apoyo y fomento y la generación de normas de calidad para los servicios culturales. Todo ello, acompañado de mayores líneas de financiamiento específico, con características especiales que atiendan a la importancia del sector cultural como motor del desarrollo social de la provincia.
Mejor infraestructura para transformarnos en un polo cultural
La tarea del eje Gestión e infraestructura para el desarrollo de un polo turístico-cultural propuso el relevamiento de la infraestructura primaria y secundaria de la provincia, un programa de reacondicionamiento de espacios significativos y la construcción de otros nuevos donde exista deficiencia crítica o parcial.
Asimismo, la compra de equipamiento para los espacios culturales, la implementación de un sistema de señalética y cartelería provincial y la potenciación de espacios comunitarios ya existentes y subocupados a fin de ofrecer mejores condiciones físicas que se traduzcan en un mejor aprovechamiento de las condiciones que ya posee la provincia, para beneficio directo de los mendocinos y también como atractivo de turismo cultural.
Cuidar el pasado para trascender
El planteo del eje Investigación y preservación del patrimonio tangible e intangible, supone una ampliación del concepto tradicional de patrimonio, para lo que se propone el estudio que contemple tanto el inventario y cartografía, como así también el uso y apropiación que se realiza del patrimonio.
También se propuso la promoción y articulación de acciones en ámbito público y la implementación de actividades de promoción que generen mayor preocupación y compromiso sobre la realidad patrimonial.
No se dejó de lado tampoco la elaboración de planes de gestión, la formación de especialistas y la instrumentación de los mecanismos de aplicabilidad de las leyes existentes.
Derechos culturales como base de la construcción ciudadana
En el eje de Legislación cultural, se hizo referencia a la defensa del federalismo consagrado en la Constitución Nacional, en lo relacionado a los derechos culturales, pero también en la realización de un relevamiento que incluya la existencia de vacíos legales, las leyes vigentes sin cumplimiento, las que tienen cumplimiento parcial y las que están sin reglamentar. Con este material, se propone la edición de un Digesto Jurídico Cultural Provincial, y tras ese estudio la sanción de una ley marco que establezca las líneas generales de una política cultural integral.
Asimismo, la organización de un servicio de información y asesoramiento sobre asuntos jurídicos vinculados a lo cultural.
Estas son algunas de las opiniones y propuestas que ahora deberán ser sistematizadas y formuladas con precisión a fin de su incorporación en el documento final que será presentado a las autoridades de la Provincia cuando finalice el primer trimestre de 2006. Por lo pronto, los miles de mendocinos que de una u otra manera han sido parte de este proceso no han hecho más que reforzar con sus aportes el sistema democrático, mostrando la capacidad del sector cultural de debatir y acordar aquellas líneas principales o estratégicas que se pretenden para la cultura de Mendoza.
Por Lic. Luis Abrego, Universidad Nacional de Cuyo, Director Plan Estratégico de Cultura 2005-2010
SADE y su perspectiva del Plan
Una vez más, desde la instancia oficial -Ministerio de Turismo y Cultura- se convocó a un foro abierto para reflexionar qué cultura queremos para Mendoza. Algunos primerizos, o quizá ingenuos o, lo que es peor, amnésicos consuetudinarios, creyeron tal vez que iniciaban el desarrollo de una nueva idea con inauguración de un primer punto de partida. Los más maduros, y los veteranos, sabíamos por experiencia que se trataba de un intento más para incorporar los lineamientos gubernamentales a la corriente de los eternos optimistas y esperanzados, no ilusos ni crédulos, entre los cuales se ubica la actual conducción de la Sociedad Argentina de Escritores de Mendoza.
En tantos encuentros como ejes establecidos (8) se realizó un análisis sobre aciertos, desaciertos y/o errores preexistentes, y existentes en el ámbito cultural, actualmente incorporado a la potenciada área de turismo.
Se puntualizaron los "agujeros negros", las "zonas francas" para algunos en detrimento de otros; la sobredimensión de ciertas (pocas) disciplinas con la consecuente infravaloración de las más. En una síntesis acotada, estimamos que se tuvo la oportunidad -amplia y acertadamente coordinada- de hacer catarsis de cuanto se observó no puede ni debe mantenerse sólo por inercia sin que responda a una real necesidad cultural mayoritaria. Para cada problema específico identificado en los respectivos diagnósticos por eje, surgió -como era de suponer- la respectiva propuesta. En general con bastante objetividad luego de la ineludible decantación de subjetividades que sólo orientaban a soñar despiertos en un mundo de fantasía, que a propiciar una modificación.
Siempre existe un punto de llegada. Así arribamos a la asamblea general, no ya convención como inicialmente se anunció a la recopilación de propuestas. Abarcó una intensa jornada desde las diez hasta las veinte de un grato sábado, tanto por el entusiasmo como por el clima (con y sin equis final).
El Centro de Congresos y Exposiciones albergó inicialmente a un numeroso grupo que fue desgranando en el transcurso de las horas de la tarde. Tanto que llegamos los menos al cierre; los "valientes", en el decir del titular del Plan, Luis Ábrego, en sus palabras finales.
En la primera parte del desarrollo del trabajo por ejes, cada coordinador hizo conocer lo hasta entonces elaborado sobre diagnóstico y propuestas. Con respecto a éstas, se afinó su contenido como su enunciación, en respuesta a requerimientos fundamentados, sugerencias ajustadas a la lógica u observaciones válidas de los asistentes.
Luego del intervalo donde un reconfortante refrigerio ofició de almuerzo, continuamos para efectuar los ajustes finales a las proposiciones. En el plenario final los coordinadores expusieron las conclusiones elaboradas por cada grupo nucleado en torno a su respectivo eje.
Como actividad resultó saludable y prometedora. Nos dejó la sensación de haber alcanzado un contundente punto de contacto entre la realidad actual y la necesidad urgente de un profundo cambio renovador.
Un recordado adagio sentenció desde antiguo, "nada hay nuevo bajo el sol". Efectivamente; a través de las etapas gubernamentales de diversos ángulos partidistas, conocimos sucesivas experiencias. Lamentablemente, muchas quedaron impresas en enjundiosos documentos que no llegaron a ver la luz de la consideración para su ejecución. Por eso, dentro del marco del eje Legislación en el cual participamos, la SADE enfatizó la conveniencia de que este esfuerzo mancomunado -luego de la evaluación final y de la integración y ensamble que efectuará hasta fines de marzo el equipo organizador y conductor del Plan- dé origen a un proyecto de ley para su presentación en la Legislatura provincial. Así quedó consignado en el trabajo de este eje, por lo cual confiamos en que se llevará a cabo.
Otro aspecto fundamental que surgió con reiteración y de seguro dará origen a otro sustancioso debate, reside en la revisión de si Cultura debe continuar incorporada a Turismo en un solo ministerio, o retomar su identidad propia e independiente con cartera ministerial exclusiva. La SADE fundamentó, sustentó y propició la oportunidad temporal de auspiciar la segunda opción.
Como apreciación final -desde el color de nuestro cristal-, el tratamiento de este Plan Estratégico con proyección hasta el 2010 resultó auspicioso desde el punto de vista de asistencia y aportes de individualidades con participación activa y reflexiva. Clara evidencia del interés constante; de la vigencia de las ideas-fuerza de muchos que levantaron su bandera antes de ayer, ayer, y lo siguen haciendo hoy en este caleidoscópico presente cultural.
Concluimos con un ferviente anhelo: que no se olvide o se pierda lo avanzado; que la continuidad de estos encuentros sea una constante; que la legislación marco a la que aspiramos con fe pueda asegurar la presencia cultural mendocina con visión futurista que admita desde el vamos que, dado que el hacedor cultural es un ser biológico, su cultura es materia viva y como tal está regida por el permanente movimiento, propio del cambio dentro de la evolución.
Cambiar para crecer podría ser la consigna impostergable para estos encuentros y los próximos. Nuestro invariable optimismo nos impulsa a vislumbrar que el criterio aglutinador, dentro de la diversidad, evidenciado en el tratamiento de esta analítica tarea, no admitirá que la concluyente definición final sea considerada sólo como una renovada expresión de deseos; una más de las tantas que vimos sucumbir en la nebulosa de la inacción o la omisión. El momento histórico que transitamos exige capacidad, criterio y voluntad. Y, por lo que pudimos apreciar una vez más, somos muchos los que contribuimos y estamos dispuestos a hacerlo para asegurar para la cultura el cumplimiento sine qua non de esa exigencia.
Por Elsa Quiroga Frassoni. Presidenta SADE Mendoza