Dicha elogiable iniciativa contó desde sus orígenes con el auspicio de las Naciones Unidas, siendo encarada, conjuntamente, por Eliana Molinelli, el gobierno de Mendoza y la ONG argentina Espacios para el Progreso Social. Lo interesante de la propuesta es que se efectuó a partir de un plan de canje de armas de fuego por vales de alimentos para los más necesitados. Luego, el grueso de las armas pasó por una prensa que las aplastó, para evitar cualquier riesgo personal a la hora de intervenirlas y finalmente fueron cedidas a la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad de Cuyo. Sin embargo, en el proceso de aplastamiento, se tuvo el cuidado de que tales objetos no perdieran sus configuraciones originales. A posteriori, estos restos descoyuntados fueron enviados a los artistas que desearon sumarse a tan magnánima convocatoria.
Bajo el seno del doble emprendimiento estético y ético, que implica re-significar y dotar de nuevos contenidos y morfologías a tales materiales,llevados ex profeso a su grado cero, cobran relieve las apuestas escultóricas de los rosarinos Enio Iommi, Eulalia Gentile Munich y María Juana Heras Velasco. Esta última es una consagrada artista de origen santafesino, radicada en Buenos Aires y única discípula viva de Lucio Fontana, cuando el ilustre rosarino impartía sus clases de escultura en la mítica Academia Altamira (Buenos Aires), junto a Emilio Pettoruti (pintura) y Jorge Romero Brest (crítica de arte).
Otras figuras de primera línea que participan del proyecto son Clorindo Testa, Jorge Gamarra, Nora Correas, Claudia Aranovich, Roberto Rosas, Ernesto Pesce, Betina Sor, Chalo Tulián y Luis Quesada.
A lo largo de centurias, muchos filósofos, intelectuales y artistas se embanderaron en pos de la paz mundial, en contra de las persecuciones, los holocaustos y el exterminio en masa, arriesgando y aún perdiendo sus vidas. Tal es el caso de Walter Benjamin, una de las mentes más lúcidas de la primera mitad del siglo, quien murió en 1940, en Port-Bou, en la frontera entre Francia y España, perseguido por los nazis. En un breve escrito suyo, a propósito del "Angelus Novus" del artista Paul Klee tuvo una visión premonitoria sobre la noche que cubriría toda Europa durante la Segunda Guerra Mundial. El texto sigue siendo por demás actual. He aquí algunas de sus pasajes más evocadores: "Se ve en él un ángel, al parecer en el momento de alejarse de algo sobre lo cual clava su mirada.
“Tiene los ojos desencajados, la boca abierta y las alas tendidas. El ángel de la historia debe tener este aspecto. Su cara está vuelta hacia el pasado. En lo que a nosotros aparece como una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que acumula sin cesar, ruina sobre ruina y se las arroja a sus pies. El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero una tormenta desciende y se arremolina en sus alas y es tan fuerte que el ángel no puede plegarlas. Esta tempestad lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al cual vuelve las espaldas, mientras el cúmulo de ruinas sube ante él hacia el cielo. Tal tempestad es lo que llamamos progreso".