Independizada de la naturaleza, de la realidad "objetiva" visual y sobre todo de la estética tradicional, la imagen artística en la actualidad se libera del modelo de la mímesis mediante un proceso de subjetivación de las fuentes. El sujeto enfrentado a la realidad "objetiva", fundamento epistemológico hasta entonces de las ciencias (y de la pintura), se conmueve hasta su base y entra en crisis la noción no sólo de "realidad" sino de "verdad" en los dominios científico y sensible. El espejo de la realidad se ha quebrado en facetas múltiples, diversidad de matices del intelecto y de la emoción desplazan al antiguo orden visual y del pensamiento.
Es en estas coordenadas de la cultura donde surge la necesidad de reformular la teoría del arte, ciencia del arte, estética, de reemplazar los constructos apriorístico-deductivos e idealistas por una forma de pensamiento nacido en y de la práctica del arte, sensible a la diversidad empírica del hacer artístico actual, reflexión desde la observación de los procesos operativos del creador y de las configuraciones plásticas en un conjunto histórico, particular, de obras de arte.
Procesos y obras integran complejos sensibles que podrían definirse como objetos iridiscentes. Sus variaciones fenoménicas podrían ser los agentes de renovación de la reflexión del arte, desde el arte, al invertir las coordenadas de la reflexión misma. La construcción final no es abstracción intelectual, teoría, sino obra de arte o de diseño; o su interpretación discursiva nacida de la comprensión interior de su singularidad pero que debido a la tensión de sentido entre los dos sistemas el lenguaje se transfigura en metáfora, imagen poética.
La poética es en este sentido teoría, pero "teoría concreta" del hacer en el arte, que nace de y durante las prácticas del pintor, arquitecto, diseñador, escultor. En ese sentido general, se puede decir que es una teoría general que trata de la objetivación de la "idea estética", "núcleo o matriz imaginaria" que se constituye en representación con vida matérica y forma. Se diría que la objetivación es entonces clave en el pasaje del no ser al ser de la obra de arte, a la existencia de la matriz imaginaria como entidad intencional a través de la cual el significado estético traspasa el umbral del ensueño sin exteriorización para existir en el mundo.
Se ha hablado de poética en la historia del arte, trasladando el término desde la crítica literaria, para hacer referencia a un complejo de principios pertenecientes al programa -o proyecto- y gusto propio de un artista, de la tendencia y de la época a la cual pertenece. Podría decirse de estos principios, en una primera definición subsumida en una teoría general del arte, que no evolucionarían desde la estética como nivel abstracto de reflexión sino que se desarrollarían desde la crítica y al contacto directo con las obras. La poética, sin embargo, deviene más de la comprensión que de la valoración de las proyecciones de la creatividad individual y se refiere a los procedimientos operativos del artista, su "ratio faciendi", y a su inteligibilidad, y de la obra, por parte de un historiador u observador teórico. / Prof. Silvia Benchimol (UNCuyo)