Hace tres años que el proyecto Sigma, de científicos locales y de la Universidad de Hawai (Estados Unidos), comenzó a tomar forma. La idea consiste en utilizar un GPS (Global Positioning System, o Sistema de Posicionamiento Global) de pequeñas dimensiones y la mayor resolución posible para instalarlo en la cumbre de la montaña, a 6.961,80 m (ver aparte).
Así, a partir de los datos captados por el GPS -en conexión con satélites orbitales- sería posible monitorear el movimiento de los Andes Centrales.
En pocos meses, ese objetivo dejará de ser un anhelo para convertirse en realidad. El equipo GPS ya fue traído desde Estados Unidos por el director del instituto Pacific GPS Facility de la Universidad de Hawai, Benjamín Brooks. El especialista llegó a Mendoza ayer y el jueves dará una conferencia en la que presentará el proyecto, junto a científicos de la Universidad Nacional de Cuyo y del Cricyt.
Una vez que la estación sea instalada a casi 7 mil metros de altura sobre el nivel del mar, Mendoza y el mundo contarán con mediciones más exactas en lo que refiere a los cambios terrestres y atmosféricos de la región.
Los equipos de GPS cumplen las veces de ‘traductores’ de la ubicación geográfica de un punto determinado de la tierra o el mar. La información es captada por satélites que giran alrededor del planeta y a su vez se decodifica en los receptores; en principio estos aparatos eran de utilización militar, pero luego se adaptaron a usos civiles (navegación, montañismo, ingeniería).
Por regulaciones de seguridad, los GPS de venta comercial para uso civil tienen un margen de error en torno a los diez metros. En este caso, la resolución lograda será más alta, por lo que el margen de error se reducirá a sólo dos milímetros.
Al encontrarse en el lugar más elevado del hemisferio occidental, la estación permitirá avanzar en investigaciones geodinámicas destinadas a seguir de cerca los cambios tectónicos de las placas cordilleranas. También formarán parte de la investigación las zonas más altas de la atmósfera (ionosfera) y será posible tener una ‘radiografía’ exacta de los cambios en la vegetación.
La cartografía del Parque Provincial Aconcagua, así como el impacto ambiental a lo largo de cinco años, serán también las premisas de la experiencia, inédita en el mundo.
Los andinistas contarán con un marco de referencia más claro a la hora de recorrer senderos y caminos. Según explicó el doctor en ingeniería Jorge Barón, director del Cediac, la estación estará conectada a una ubicada en el Cricyt y a otra en Chile. También está previsto instalar receptores en Plaza de Mulas, Horcones y Puente de Inca, que servirán de enlace entre la estación y las distintas sedes de decodificación de datos.
Características
Proyecto. El equipo será incorporado en el verano en la cumbre del Aconcagua. Si funciona el plan piloto, quedará por 5 años.
Dimensiones. El aparato de GPS es más pequeño que una caja de zapatos y lleva una antena del tamaño de un plato playo. Se alimenta de electricidad con paneles solares.
Involucrados. Universidad de Hawai, Cricyt, UNCuyo, Dirección de Recursos Naturales, Universidad de La Plata, Conicet e Instituto Geográfico Militar (IGM).
Un punto privilegiado para estudios científicos
Su condición de punto más elevado del hemisferio occidental, con cierta facilidad de acceso, hace del Aconcagua un sitio privilegiado para estudios científicos. Las primeras expediciones europeas, a fines de los 1800, ya incluían ese fin.
En 1950 un grupo de físicos argentinos realizó en el Aconcagua la primera investigación sobre radiación cósmica del país. Científicos de la UBA expusieron placas nucleares a más de 6.000 metros, en una suerte de ancestro de lo que es hoy el complejo Pierre Auger en Malargüe.
Un dato aportado por la tecnología satelital es la altura del cerro. En 2001 científicos italianos del “Proyecto Tower” sembraron la zona con GPS, teodolitos y barómetros, para concluir que la montaña mide exactamente 6.961,83 metros.
Zulema Usach zusach@losandes.com.ar
Los Andes-Sábado 24: Estación GPS en la cumbre del Aconcagua
Es el sitio más alto de América, pero la naturaleza parece empeñada en acrecentar su porte. Los geólogos tienen esa hipótesis y la tecnología permitirá confirmarlo; cuando el sol del verano haya disipado la nieve en el cerro Aconcagua, comenzará una prueba piloto única en el mundo. Un equipo de medición satelital se instalará en forma permanente en la cumbre, para estudiar el crecimiento del macizo andino.