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Los Andes-Sábado 29: “Me gusta el texto que respalda al actor”

Ella cree en el teatro tal y como lo aprendió en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático de Buenos Aires. Cree en el texto como base ineludible de la puesta en escena. Cree en los actores que ponen su piel y sus entrañas en función de un ser inexistente, y a refundar cada noche. Cree en el teatro ritual. Cree en los clásicos. Cree que todo esto en lo que cree es un espacio que en Mendoza está faltando.

31 de octubre de 2005, 13:50.

Por eso es que, tentada por la iniciativa del director Juan Rossi Vaquié, decidió volver a las tablas para poner en hechos teatrales todo aquello en lo que cree. De esto y de otros temas relacionados con sus años de experiencia (treinta y cuatro de labor ininterrumpida con el Elenco Estable de la UNCuyo, antes de su impasse de poco más de una década) es que Ibis Lusetti de Cepparo habló con Los Andes.
-¿Su experiencia teatral, luego de la formación en el Conservatorio Nacional, se ha circunscripto solo a la tarea en el Elenco de la UNCuyo?
- No. Hice algunas cosas de teatro y también de cine. Me acuerdo de una película en la que actuaba Juan Carlos Thorry y Analía Gadé. Después me vine a Mendoza y creé la Escuela de Teatro de la Dirección Provincial de Cultura, con más de cien alumnos. Aquí hice teatro infantil, hasta que en el ‘58, durante el gobierno de Onganía, fue difícil seguir ejerciendo el oficio y lo dejé un tiempo. Finalmente entré, por concurso, en el Elenco de la UNCuyo donde permanecí como actriz estable durante 34 años.
- Estuvo en el elenco durante su época de gloria...
- Sí. Realmente fue una época de una producción muy seria e interesante del elenco. Con gente como Luisa Gamez y Benito Talfitti, referentes del teatro mendocino.
- ¿Por qué se alejó de los escenarios estos once últimos años?
- Yo soy una amante de trabajar con textos. Me gusta el texto que respalda al actor y le da la posibilidad de crear personajes de composición. Y, en este último tiempo, empezó a hacerse en Mendoza otro tipo de teatro con el que no me sentía cómoda.
- ¿Qué tarea artística recuerda como más significativa, durante su permanencia en el elenco universitario?
- La última. “Mariana Pineda” de Federico García Lorca. El texto es en verso, muy difícil de afrontar. Además, luego de estrenarla en Mendoza, fuimos con esa puesta a la sala Casa Cuberta del Teatro San Martín, en Buenos Aires. Es una obra difícil porque no se podía cambiar una sola palabra del texto, ya que eran el pie de muchos movimientos de otros actores. Cuando estuvimos en Buenos Aires no había posibilidades de la “pasada de letra” así que yo estaba aterrada. Pero nos fue muy bien. Fue para mí una experiencia muy fuerte como actriz, porque cada vez que uno afronta un personaje se está midiendo a ver si llega a lo que debe llegar.
-¿Y por qué volvió ahora a las tablas?
- En realidad yo pensé que nunca más volvería, pero en este caso, se dio la invitación de Vaquié, que plantea este espectáculo (se refiere a “Trilogía”) que ronda alrededor de una sola palabra: “humillación”; que se da en los tres textos que aborda la puesta: “La voz humana”, “Sobre el daño que hace el tabaco” y “Las criadas”. Es, sin duda, un teatro que reposa en grande textos. Y esto fue lo que me volvió a la vida teatral y me iluminó de alegría. Es que la llamita del actor nunca se apaga. Y, en realidad, espero que éste sea un nuevo comienzo.
- ¿Cómo es “Trilogía”?
- Es un espectáculo que no tiene la pretensión de divertir sino de hacer pensar a espectador. Es una faceta teatral que debe existir en Mendoza como propuesta, para la gente que gusta de este tipo de teatro. Es un espacio que le estaba haciendo falta a Mendoza.
- ¿Cómo ve usted al teatro mendocino actual?
- Creo que el aspecto económico tiene mucho que ver con lo que rodea a las propuestas actuales. También la falta de continuidad. No hay salas que permitan establecer una oferta continua, que permitan generar un público que sabe que, en determinado lugar, encontrará un tipo de teatro u otro. Tampoco hay posibilidades de producciones importantes, faltan las comodidades primarias para poder trabajar. Todo esto creo que ha influido, no sólo en las propuestas teatrales, sino también en la escasa convocatoria de público para teatro. Sin embargo yo estoy muy contenta de poder integrar este tan buen equipo que es el elenco Manantial, con gente tan valiosa y talentosa como Juan Guinovart o nuestro director, Rossi Vaquié.
Por Patricia Slukich (pslukich@losandes.com.ar)

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