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Los Andes-Sábado 29: Noche de romanticismo alemán

Pese a estar consideradas entre las más bellas composiciones del repertorio lírico, las “Cuatro últimas canciones”, de Richard Strauss, no suelen figurar en los programas locales. De allí que se transformen en uno de los principales actractivos del concierto que para esta noche tiene previsto la Sinfónica de la UNCuyo.

31 de octubre de 2005, 13:48.

El repertorio escogido se completa nada menos que con una selección wagneriana integrada por la obertura de la ópera “Los Maestros Cantores”, la obertura de la ópera “Rienzi” y “Viaje de Sigfrido por el Rhin” (fragmento de la ópera “El ocaso de los dioses”).
La dirección de esta noche de romanticismo alemán estará a cargo del maestro titular de la agrupación, el estadounidense David Handel y, en calidad de soprano solista, se sumará Marcela Carrizo. La función, además, será en adhesión a los 123 años de Diario Los Andes.
En opinión de Handel, la poca frecuentación de las “Cuatro canciones...” tiene que ver con que se trata de obras “de mucha exigencia a nivel orquestal y vocal. Hay pocas voces que puedan aguantar sus exigencias líricas en el contexto de una orquesta funcionando de modo masivo. En Marcela Carrizo hemos encontrado una voz con las características necesarias para llevar adelante esto”, asegura el director.
Por otra parte, Handel subraya que estos lieder implicaron a Strauss haber llegado a la paz con si mismo, sobre el término de su propia vida. “Además, en ‘Im Abendrot’, cita una frase de una de sus primeras obras, ‘Muerte y transfiguración’, con lo que demuestra que está manejando un arco de principio a fin, que culmina en el logro de esa paz interior”.
Fue el 22 de mayo de 1950, en Londres, cuando se interpretaron por primera vez las “Cuatro últimas canciones”. En esa ocasión, Kirsten Flagstad actuó como solista junto a la orquesta Philharmonia, bajo la dirección de Wilhelm Furtwängler.
Richard Strauss había muerto en noviembre del ‘49, a los 85 años, en la ciudad bávara de Garmisch Partenkirchen, dos meses después de terminar de componer en Montreux “September”, la cuarta de las canciones, inspirada en un poema de Herman Hesse.
La secuencia de composición había comenzado a fines del ‘46, cuando Strauss se trasladó a Suiza huyendo de las miradas que lo identificaban con el nazismo. Allí conoció un poema de Joseph von Eichendorff (“Im Abendrot”/”En la puesta de sol”), para el que compuso una música para soprano y orquesta. De este modo quería homenajear a su esposa, la soprano Pauline de Ahna.
No obstante, la pretensión de Strauss era que “Im Abendrot” perdurara como una obra autónoma. Y de hecho, para él lo fue, ya que fue luego de su muerte cuando el editor londinense Ernst Roth evaluó apropiado integrar en un ciclo esa obra y otros tres poemas, todos de Hesse, amigo de Strauss.
Además de “September”, esta suerte de testamento de Strauss incluye los lieder “Frühling” (“Primavera”) y “Beim Schlafengehen” (“Al ir a dormir”), ambos completados en 1948, durante su estancia en Pontresina.
Fausto J. Alfonso falfonso@losandes.com.ar

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