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Los Andes-Sábado 30: Desarrollan en el Este un innovador sistema de conducción de viñedos

La necesidad de mecanizar la vendimia llevó a un viticultor de Rivadavia, en el Este de Mendoza, a desarrollar un innovador sistema de conducción que, según coincidentes dictámenes técnicos, ofrece significativas ventajas sobre los más usuales para el desarrollo del cultivo, como el parral y el espaldero.

02 de mayo de 2005, 13:47.

Los resultados obtenidos tras siete años de investigación derivaron, por otra parte, en el diseño de un prototipo de cosechadora adaptada a las características del sistema, que está en proceso de adaptación.

Ambos desarrollos fueron ideados por Luis Alberto Ramero, titular de Agromecánica Vid SA, con viñedos en el paraje Los Otoyanes, Rivadavia. Y recientemente presentados en ese departamento del Este de Mendoza, luego que el sistema de conducción (que es, en realidad, la esencia de la innovación lograda) fuera sometido al análisis de profesionales, académicos e investigadores del INTA, la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo y del Fondo para la Transformación y el Crecimiento de la Provincia de Mendoza.

Dictamen del INTA

Un informe que firman los ingenieros agrónomos Horacio Marín, jefe de la Agencia de Extensión Rural dependiente de la Estación Experimental Agropecuaria Junín; Hugo Martínez; y Moisés Nazrala, investigador del Centro Regional Cuyo del INTA, definen al sistema “Rame” como “una forma de conducción muy innovadora del clásico parral cuyano”.

Al cabo del seguimiento realizado durante cuatro ciclos vegetativos concluyeron que ofrece, entre otras ventajas, brotación homogénea y producción de racimos bien distribuidos -lo que permite buen manejo de canopia y favorece tanto la cosecha manual como mecánica-.

Señala, por otra parte, que “la distribución de la canopia permite una eficiente aplicación de fungicidas y favorece la ventilación, lo que contribuye a mejorar el comportamiento sanitario del cultivo y la exposición a los rayos solares.

Protección antigranizo

El informe puntualiza asimismo que, a pesar de que el costo de implantación es “un poco superior al del parral tradicional, el sistema permite colocar malla antigranizo a un costo muy inferior y sin necesidad de modificar estructuras”. Y afirma, por otra parte, que no afecta la expresión vegetativa de la planta, como suele ocurrir en los espalderos con protección tipo “Grembiule”.

Finalmente, los técnicos del INTA remarcan que “la utilización de la maquinaria de recolección específicamente diseñada para este sistema, permite mayor eficiencia en relación a las máquinas actualmente en uso, y a un costo sensiblemente menor.”

La Facultad

Desde la cátedra de Viticultura de la Facultad de Ciencias Agrarias, los ingenieros Ignacio Galárraga y José Rodríguez hicieron -durante tres ciclos- una evaluación del sistema, que fue aplicado a un viñedo de Bonarda con pie franco, de seis años de antigüedad.

Destacan el equilibrio entre la expresión vegetativa y el comportamiento productivo; las adecuadas características microclimáticas -tanto a nivel de racimos como del aparato foliar- y la estructura de la canopia, que mejora el comportamiento sanitario.

La calidad de la cosecha, que se manifestó por encima de la media, se correspondió con el buen comportamiento cualitativo obtenido en micro vinificaciones, análisis químico de mosto y vino; y la evaluación organoléptica de los vinos obtenidos, sobre todo los elaborados a partir de las uvas cosechadas de los cuarteles protegidos con tela antigranizo blanca.

Los académicos remarcan que el sistema permite de una superficie foliar expuesta que se ubica en valores considerados ideales, lo que favorece el aumento en la producción de fotoasimilados.

Versatilidad

“Es necesario realzar -puntualiza el informe- la versatilidad de este nuevo sistema de conducción, ya que por su diseño permite una importante mejora en las condiciones de labores culturales (poda, deshoje, despampanado, raleo, cosecha). Permite el empleo de tela antigranizo con un menor costo que otros sistemas” y, por otra parte, “facilitaría la cosecha mecánica con sacudimiento horizontal”.

Finaliza diciendo que es un sistema de conducción “altamente recomendable” aunque admite que “es necesario continuar con las evaluaciones, en especial frente al comportamiento de diferentes variedades”.

Por su parte, el ingeniero Juan Carlos Formento, profesor titular de la Facultad de Enología de la FCA de la UNC, comentó que lo interesante de este sistema es poder contar con la posibilidad de cosechar la uva en el momento preciso.

En este sentido, el profesional subrayó que “actualmente, la viticultura mundial le da mucha importancia al momento de cosecha o a la madurez de la uva. Y todos conocemos y estamos sufriendo las dificultades que hay cuando tenemos que cosechar. Se hace un seguimiento de los viñedos, de la madurez fenólica y, cuando llega el momento de la cosecha, la uva se recolecta cuando se puede y no cuando se debe”.

Un diseño especial. Una máquina sencilla

La estructura que permite guiar la cepa está diseñada de forma tal que se obtienen cordones suspendidos con orientación vertical del follaje.

La cepa se desarrolla hasta la altura de la estructura. Desde ese punto parten, hacia los lados, dos cordones que luego bajan paralelos al tronco, hasta poco menos de 1,5 m del suelo. A partir de allí se bifurcan para seguir en forma paralela a la hilera. De esas bifurcaciones nacen los racimos, que quedan suspendidos.

Es posible desarrollar este sistema de “cortina suspendida” en distintas medidas que permiten adaptarse a estructuras existentes y a la maquinaria de labranza con que cuente cada viticultor.La máquina cosechadora ha sido concebida con un criterio eminentemente práctico, y no presenta mecanismos complejos.

La vendimiadora Rame (que no dispone de fuerza motriz propia, sino que va enganchada al tractor) cuenta con dos hileras de bastones que aprisionan los alambres de conducción (que se encuentran a 1,40-1,50 m de altura) y los sacuden para provocar la caída de los racimos.

La uva cae a una cinta transportadora que va descargando el fruto en una tolva. Si bien la máquina deja caer hojas a la cinta transportadora, un ventilador ubicado en la parte posterior las separa del fruto.

El fabricante aclara que este dispositivo aún debe ser perfeccionado, ya que parte de las hojas cae dentro de la tolva.

“Esto va a revolucionar la vitivinicultura del siglo XXI”

“Todo empezó en 1997, cuando un colega volvió de un viaje a Australia organizado por el CREA (Consorcio Regional de Experimentación Agrícola) Valle de Uyata para estudiar la dinámica del negocio vitivinícola en ese país. Vino con la noticia de que se estaba generalizando allí la adaptación de los espalderos para permitir la mecanización de la cosecha. Ese tema me preocupó mucho, y comencé a desarrollar los primeros prototipos del nuevo sistema de conducción.

“Si uno ve los resultados de los estudios técnicos realizados sobre el sistema de conducción de vid RAME, no hay dudas de que esto va a revolucionar la vitivinicultura del siglo XXI. Por otra parte, la cosechadora que se ha diseñado es un prototipo que sigue un proceso de desarrollo.”

El Fondo también opinó

Luis Ramero gestionó en su momento un préstamo ante el Fondo para la Transformación y el Crecimiento, para financiar la cobertura antigranizo de sus viñedos conducidos mediante este sistema.

El ingeniero agrónomo Armando Solares fue el responsable, por entonces, de hacer la evaluación.

Su informe técnico -que data de junio de 2001- decía, entre otras cosas, que pudo apreciar “... facilidades de laboreo mecánico (...) y una muy buena exposición solar de las producciones”. Y que parecía ofrecer, entre otras ventajas, “mejores condiciones para la obtención de uvas de alta calidad enológica, alto nivel de producciones, posibilidades de mecanización, disminución de costos de mantenimiento, etc”.

Aseguraba asimismo que “... el sistema posibilita la protección con baja inversión respecto del parral tradicional”, reduciéndola “a menos de la mitad”. 

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