El geógrafo Raúl Mikkan, de la Facultad de Filosofía y Letras y José Leopoldo León, titular de la DRNR, explicaron los resultados de los estudios que se vienen haciendo desde hace dos años. “Los datos obtenidos -sostuvo Mikkan- permiten considerar a la zona como ‘activa’.
Una región tiene esa condición cuando ha tenido actividad volcánica en los últimos 10.000 años. En Payunia hubo erupciones hace 7.000, 4.000, 3.000 años hasta llegar a los 500 años, lo que determina la categoría de activa”, puntualizó.
Sin erupciones
Explicó el científico que la condición de “activa” no implica que se encuentre en erupción, como ocurre en el volcán Peteroa, en el límite argentino-chileno, en el Hudson (Chubut) o en Copahue, donde hubo manifestaciones volcánicas recientes.
Comentó también Mikkan que el año pasado en el volcán Payún Matrú -con 3.800 metros una de las mayores elevaciones de la Payunia- se registró una pequeña salida de gases. “Recorrimos la zona, pero no comprobamos nuevas manifestaciones”, dijo ayer durante una conferencia de prensa.
Como ocurre con los sismos, predecir una erupción volcánica es casi imposible. “Las investigaciones de este tipo sirven para advertir que en las zonas de riesgo no se deben alentar circuitos turísticos, asentamientos industriales, mineros o petroleros”, puntualizó el geógrafo.
“Es como un semáforo amarillo que instalamos en el lugar. Lo más conveniente es que el área quede en forma natural sin ningún tipo de acción humana”, agregó.
La variable de riesgo volcánico es entonces una nueva instancia que se introduce en el Plan de Manejo de la reserva Payunia, que controla la Dirección de Recursos Naturales.
Las características de la zona llaman la atención de los geólogos desde hace tiempo. El investigador de la Universidad de La Plata Eduardo Llambías, un experto que trabajó mucho tiempo en la región, presentó al gobierno mendocino hace un par de años un proyecto de parque volcánico en el lugar.
Cuña patagónica
Esta zona es considerada una cuña de la estepa patagónica en territorio mendocino, por sus características biológicas. En la reserva se encuentra una concentración de guanacos que sobrepasa los 11.000 ejemplares, la mayor comunidad protegida de estos camélidos en la Argentina.
Es generalmente aceptado que el nombre payén era utilizada por los pobladores pehuenches de la zona para indicar el sitio donde existía mineral de cobre.
Otras interpretaciones le atribuyen a Payún Matrú el significado “barba de chivo”.
La Payunia (o Reserva Total El Payén): se ubica en el extremo sudeste del departamento de Malargüe. Tierra de volcanes. La densidad de volcanes alcanza a 10,6 conos cada 100 km cuadrados. También hay grandes extensiones de coladas de lava. Extensión. Es la mayor área protegida de Mendoza. Hay distintos proyectos en danza. Actualmente tiene 192.000 hectáreas, pero para los investigadores debe tener 450.000. Un proyecto de ampliación de Diputados le daba 700.000 has, pero fue rechazado. Elevaciones. Los volcanes Payún Matrú y Payún Liso son las principales elevaciones de la zona. Riesgo. Los estudios indican que debe limitarse la actividad humana.
Impulso a la ampliación de un área protegida
Investigadores de institutos científicos, la Dirección de Recursos Naturales Renovables (DRNR) y entidades ambientalistas buscan que el área natural protegida de la Payunia se amplíe a 450.000 hectáreas y deje de estar fraccionada en dos, como ocurre ahora. Aseguran que esta situación limita la correcta preservación del sitio.
La propuesta, que impulsan diversas ONG como Oikos y las fundaciones Padín, Vivencias Argentinas y Cullunche, apoya una ley que declare de utilidad pública y sujetas a expropiación aquellas propiedades particulares con interés ambiental para todos los mendocinos. Sin esa norma, dicen, el enorme santuario de flora y fauna se deteriorará irreversiblemente.
Para llevar adelante la iniciativa se generó un comité de profesionales, entre los que se cuentan Antonio Dalmasso (Iadiza), Guillermo Padín (Fundación Padín), Roberto Candia (Iadiza) y Lina Montenegro (Vivencias...).
Todos se aglutinan en torno a la idea de que el fraccionamiento en dos del ecosistema,con tierras fiscales por un lado y campos privados por otro, por otro, impide lograr el objetivo de conservación.
La superficie de la Payunia que pretenden el Iadiza y la DRNR es de unas 450.000 hectáreas. “Como no tenemos la autoridad de aplicación de un área natural protegida, recientemente se produjo la cesión a un particular, no criancero, de un terreno para la explotación en silvestría del guanaco. El aumento de casos como éste, pueden hacer inmanejable la reserva; además se debería dar preferencia a la gente del lugar”, sostuvieron los especialistas.
Cuestión de hectáreas
Otro punto que discuten los técnicos y la Legislatura es la cantidad de hectáreas que deben expropiarse para ampliar el área protegida. Las dos posiciones difieren: el proyecto de los diputados sostiene que son 567.323 hectáreas, pero para la comunidad científica sólo deben expropiarse las que corresponden al Plan de Manejo de 1992, unas 260.000 hectáreas. Estas propiedades, sumadas a las 193.000 hectáreas fiscales, conforman la cantidad total e ideal de 450.000 hectáreas.
Inclusive hay que restar 40.000 hectáreas, que ya pasaron al patrimonio provincial a través de una sentencia judicial por expropiación inversa iniciada por un lugareño.
“Con esto resulta -explicaron Candia y Dalmasso- que las tierras que realmente deben adquirirse por revestir un valor ambiental único y por pertenecer a particulares, son 220.000 hectáreas. Esa cantidad representa un 5% de la superficie malargüina”.
Los puesteros
Un censo sociodemográfico actual revela que en los campos particulares que se pretende expropiar hay nueve personas. “Es primordial -dicen los expertos- que esos puesteros permanezcan en el lugar, sin ellos cualquier plan de manejo del área se tornaría inviable”. Citan como ejemplo lo que ocurre en la Reserva Telteca, de Lavalle.
El comité de investigadores advirtió que al tener esta zona mendocina una gran riqueza biológica, paisajística y cultural, existe la posibilidad de que sea adquirida por capitales extranjeros. Como referencia mencionan el caso de inversores anglo-malayos que compraron más de 300.000 hectáreas en Malargüe, incluyendo Las Leñas.
Además, mencionaron que si el área no es protegida, la Provincia perderá la oportunidad para postularla ante la Unesco como Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Mendoza, comparada con otras provincias, sólo posee el 4% de su superficie con áreas protegidas, contra el 20% de San Juan y el 10% de Neuquén.
Postergaron la esquila de guanacos
El recurso de amparo presentado por la entidad ambientalista Oikos, para impedir la captura y esquila de guanacos en La Payunia por parte de particulares, ha quedado en suspenso, por cuanto la experiencia ha sido trasladada a la primera quincena de enero próximo.
Oikos solicitó una medida de no innovar, señalando que, como la explotación se hacía dentro de un área que se quiere proteger, debía efectuarse previamente una evaluación de impacto ambiental.
La Asesoría de Gobierno refutó los argumentos acerca de que la experiencia se realizaría fuera de los límites de la reserva y de la zona intangible, y de que se trata de una prueba piloto para evaluar las consecuencias de esa silvestría en la especie y el entorno.
Ahora habrá que esperar hasta enero para ver si prospera la iniciativa privada.
Oikos va a insistir en que si se hace la tarea, sea controlada por el Iadiza y organizaciones civiles y en que se preserve el recurso renovable. Podría haber también una audiencia de conciliación.
La explotación de especies silvestres es un tema controvertido, que enfrenta a propietarios de tierras con autoridades ambientales. De acuerdo a la Constitución Nacional, la fauna salvaje no pertenece a los dueños de los campos, sino a toda la comunidad.