“El Polaco”

Andrés Krisak nació en 1933, en San Francisco, Córdoba. Cuando vivía en Peyrano (Buenos Aires) comenzó a tocar el bandoneón. Tenía diez años. “Allí comencé con la orquesta de un músico llamado Eduardo Bosch” recordó en una entrevista con Los Andes, publicada en 1988.

Un día llegó a Mendoza y se quedó para siempre. Tocó en la orquesta de Tito Martín, que “militaba” en el estilo D’Arienzo. También integró las filas de las orquestas de Los Hermanos Giunta, Juancito Olmedo y Rubén Ortega. Hasta 1961 fue músico estable de LV 10. Cuando se le terminó el contrato, dejó de tocar con frecuencia.

Sólo de vez en cuando armaba un recital con su amigo Tito Francia. Pasaron veinticinco años hasta que se sumó a la Orquesta de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza y formó el conjunto Tango-Tan.

Una de las mayores alegrías de su vida fue recibir el premio “Aníbal Troilo” La emoción se quedó reflejada en la entrevista que en 1988 le dio a Los Andes. “Tuve la suerte de ganar el primer premio pero eso no quiere decir que sea el mejor bandoneonista del país ni mucho menos... Seguramente debo haber hecho un zafarrancho y por eso me lo dieron” ironizaba en aquella oportunidad. Cuando se lo consultó por los 25 años de silencio, dejó ver en pocas palabras qué clase de persona era. Aquella mañana de 1988, con el premio en la mano dijo: “Cada vez que tocaba con Tito Francia me decía ‘hay que ir a Japón, hay que ir a París...’ mientras yo pensaba que al otro día tenía que marcar la tarjeta temprano en la oficina, si no a fin de mes en mi casa no habría dinero”.

Andrés Krisak murió el 17 de abril de 1995.