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Los Andes: Tarde de terror para dos chicas en el Parque

Lo que había empezado como una tarde llena de deporte y de vida al aire libre casi termina en una tragedia para dos chicas de 18 años que ayer por la tarde hacían ejercicios en el parque General San Martín. Un hombre que apareció de la nada intentó abusar de ellas, y de no haber sido porque una de las chicas logró escapar, la historia podría haber concluido de la peor manera.

Ocurrió ayer a las tres de la tarde en una zona del Parque cercana al estadio Islas Malvinas. Ese sitio fue el que escogieron dos amigas para trotar y hacer algunos ejercicios.

La tranquilidad se interrumpió con la irrupción de un sujeto de aspecto andrajoso que llevaba algo escondido en un pulóver que le envolvía la mano derecha. A las chicas les dijo que se trataba de un arma y bajo amenazas de muerte las llevó hasta un descampado a 30 metros de ese lugar.

En ese sitio, y con las chicas nerviosas, el sujeto comenzó a manosearlas al tiempo que les pedía que se sentaran y apoyaran sus espaldas en dos árboles. Eso hicieron las dos, pero mientras el indeseable empezaba atar a una las manos por detrás del tronco, la otra aprovechó y escapó corriendo del lugar.

Sin aliento, esta chica llegó hasta el control policial que está cerca del predio de la UNCuyo por la avenida Champagnat y le contó al policía lo que ocurría a menos de 300 metros.

Un móvil policial con la chica denunciante llegó hasta el sitio donde se estaba por cometer el abuso y sólo encontró a la otra adolescente presa de un ataque de nervios.

El sujeto había escapado. Pero a poco de patrullar, los agentes dieron con él a partir de las descripciones que hicieron las víctimas. Igual, la aprehensión no iba a ser sencilla: el hombre se hizo una herida en el brazo y comenzó a arrojarle sangre a los policías al grito de "¡tengo sida, milicos!".

Los efectivos lograron calmarlo y de inmediato lo llevaron al hospital Lagomaggiore donde, antes que nada, le hicieron hacer el examen de VIH para saber si en verdad estaba infectado. A las dos horas, la tranquilidad llegó a los rostros de los policías que habían sido manchados con la sangre del sujeto: la médica -de apellido Cayo- les informaba que "este hombre no tiene sida, el análisis dio negativo".

El sujeto terminó sus correrías en la seccional 6, donde la co fiscal lo detuvo por el delito de "tentativa de abuso sexual". La misma co fiscal ordenó un secreto de sumario para preservar la integridad psíquica de las víctimas.

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