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Los Andes: Un científico de Mendoza trabaja en una vacuna argentina contra la gripe

Se sabe que las vacunas hacen a las personas resistentes, o menos vulnerables, frente a las enfermedades infecciosas. Cumplen una función preventiva clave, por eso, en todo el mundo, los investigadores continúan ensayando fórmulas para elaborar nuevas dosis que curen diferentes patologías. Mendoza también trabaja en esta sintonía, ya que la provincia se suma a la investigación argentina que pretende generar una vacuna contra la gripe.

14 de octubre de 2005, 10:58.

La meta es avanzar en la producción de una vacuna recombinante, es decir, elaborada con técnicas de ingeniería genética y no con los mecanismos tradicionales. La parte mendocina de la investigación la realiza Eduardo Scodeller, doctor en Bioquímica que trabaja en el Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (Imbecu), dependiente al Centro Regional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Cricyt).
En este intento científico por obtener una vacuna argentina contra el virus de la influenza también participan la Universidad de Quilmes y el Centro de Biología Animal de Buenos Aires. Son quince las personas que están involucradas en este proyecto, que está financiado por Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación y con aportes privados de laboratorios nacionales.
En la Argentina, señaló Scodeller, no se producen vacunas contra el virus de la influenza, responsable de la gripe; se importan de Estados Unidos. “La gripe es una enfermedad que tiene un alto riesgo de producir una pandemia en el futuro. Si esto ocurre, no va a haber vacunas disponibles a nivel mundial, porque los países productores no van a alcanzar ni siquiera a cubrir a su población”, explicó el investigador independiente del Conicet.
Ante esta posible sobredemanda y la necesidad de asegurar la provisión, se buscan otras opciones para producir vacunas contra la gripe, una es utilizar técnicas de ingeniería genética. “A esto nos referimos cuando hablamos de vacuna recombinante. Hoy, la vacuna contra la hepatitis B se obtuvo con esta técnica, y ya ha anunciado un laboratorio internacional que ha generado una vacuna contra el papiloma humano, para prevenir el cáncer de cuello uterino, también de este modo”, especificó el investigador.
 
De buena “cepa”
Para desarrollar esta vacuna se están usando las cepas del virus de la gripe que afectan únicamente al Hemisferio Sur. Se trata de las tres cepas que la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó como nocivas para esta parte del mundo.
“Estamos utilizando dos cepas A (llamadas New Caledonia) y una cepa B (Yamanashi). Desde el año pasado estamos trabajando en la parte bioquímica de la etapa preclínica de la investigación, que va a demandar entre tres y cinco años”, manifestó Scodeller.
Puertas adentro, en el laboratorio, el trabajo consiste en aislar el material genético o ARN (ácido ribonucleico) del virus de la influenza y, por un proceso especial, transformarlo en ADN (o ácido desoxirribonucleico).
“Posteriormente, se utiliza el ADN del virus y se mezcla con el trocito del virus de la influencia que se aisló y que se transformó también en ADN; aquí es cuando se produce la recombinación, es decir, ambos ADN se unieron. Se obtiene un virus recombinante; con esto se infectan nuevas células y se va a producir la proteína recombinante en grandes cantidades, que, en este caso, es la hemaglutinina, y que sirve para producir la vacuna”, argumentó el investigador.
 
La investigación
Nombre. Desarrollo de una vacuna recombinante para el virus de la gripe.
Entidades que participan. Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (Imbecu), perteneciente al Centro Regional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Cricyt), Universidad de Quilmes y el Centro de Biología Animal de Buenos Aires.
Fondos. Aportados por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación y con aportes privados de laboratorios nacionales.
 
El método tradicional
El proceso habitual para obtener una vacuna contra un virus, por ejemplo, consiste en hacer crecer en el laboratorio células infectadas con el virus para lograr grandes cantidades de partículas víricas que luego son inactivadas y debilitadas antes de ser inyectadas a personas o animales.
Como respuesta a esta inyección, el sistema inmune del organismo de cada persona prepara anticuerpos, de manera que si posteriormente el individuo es infectado por este virus activo, este sistema reaccione de una manera mucho más poderosa y rápida, protegiendo al organismo.
Paola Bruno pbruno@losandes.com.ar

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