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Los Andes: Un nuevo plan oficial permitirá que 14 mil chicos terminen el Polimodal

Abandonar los libros en el Polimodal es una decisión generalmente basada en la necesidad de trabajo, en la suma de exigencias o en un desinterés social por completar la educación formal. Suman 14 mil los alumnos en Mendoza que se rehusaron a obtener el título cuando les quedaban un puñados de materias del último año. Este grupo no es pequeño, equivale al 12,5 por ciento de la población estudiantil del Polimodal.

11 de agosto de 2004, 12:07.

Para ellos, la Dirección General de Escuelas lanzó un programa piloto que intenta facilitar los trámites para que las personas de más de 18 años que estén en esta situación puedan obtener su diploma.

Tres centros funcionarán en la provincia (Gran Mendoza, Este y Sur) con docentes y programas especiales para ayudarles a rendir las materias que adeudan. Se contemplarán todas las modalidades y no se tendrán en cuenta equivalencias con el plan viejo. Una vez cumplido con el programa, los estudiantes podrán volver a su escuela de origen con un acta volante para certificar su terminalidad y obtener el título.

En esta primera prueba, el cupo de participantes será limitado, pero la titular de Educación Media, Ester Bollecich, dijo que analizarán, en función de la demanda, si amplían la propuesta en los años próximos. Por lo pronto, el centro del Gran Mendoza -que funcionará por convenio con la UTN- tiene espacio para 120 alumnos y los otros dos recibirán a una cantidad similar.

El programa viene a responder a una problemática que se vive en el nivel medio provincial. Mientras que la terminalidad es del 95 por ciento en la antigua primaria, los alumnos que terminan el Polimodal son poco más del 40 por ciento. El tema es más agudo en departamentos como Lavalle, San Carlos, Tupungato, General Alvear y Las Heras.

Los interesados podrán inscribirse hasta el 18 en la UTN (Gran Mendoza), en Cornú 341 de San Rafael (Sur) y en 9 de Julio y Paso de los Andes de San Martín para los del Este.

Cambio problemático

Lo cierto es que este segmento de la educación formal es el que más ha padecido los cambios educativos. “El ‘cimbronazo’ que sufre el Polimodal responde a la transformación de un servicio educativo que pasó de tener una finalidad selectiva (quienes querían trabajar o seguir estudios universitarios) a una común, obligatoria y, que por lo tanto, debería ser más contenedora”, explicó un investigador de la UDA, José Luis Martiarena. El profesor dijo que estudian experiencias donde los alumnos de EGB3 que cursaban en escuelas primarias tuvieron mejor rendimiento académico que quienes lo hacían en polimodales.

Una investigación del Departamento de Educación de la Universidad Aconcagua sobre la aplicación de la Ley Federal de Educación en Mendoza, muestra que el crecimiento de la matrícula vino acompañado de un mejoramiento en muchos ítems en la EGB1y2, pero derivó en mayores índices de deserción, repitencia y sobreedad en EGB3 y Polimodal. Esto es aún más preocupante, cuando la Ley Provincial de educación -dando un paso adelante con respecto a otras provincias- dispone un término de 10 años para hacer obligatorio el cursado del Polimodal.

La titular de la DGE, Emma Cunietti, destacó la importancia -cada vez mayor- del título a la hora de buscar un trabajo en la sociedad actual. Además señaló que esta estrategia se suma a otras que ha dispuesto el sistema educativo: los 103 Cebas y 88 Cens que funcionan en la provincia, el servicio social que se planea para chicos de 15 a 25 años y la contraprestación en estudio de los planes Jefes y Jefas, que beneficia a 17 mil personas.

La inequidad educativa, una preocupación

Suman 280 mil los alumnos que empezaron el sistema educativo pero lo abandonaron en alguna etapa. Cunietti destacó que lo que le preocupa es la falta de equidad de la inversión educativa. En Mendoza, sólo cerca del 3 por ciento de los estudiantes llega a ser universitario y ellos implican una inversión para el Estado que no llega a los sectores más pobres, que pocas veces acceden a estos niveles.

Son muchas las directoras que sostienen que la inversión no tiene en cuenta los puntos de partida diferentes según el sector social. “Las escuelas urbano-"marginadas" tienen los peores edificios, pues no tienen cooperadoras que las sostengan; los docentes con menor experiencia, pues no hay un incentivo económico para optar por éstas y son donde más tiempo se gasta en asistencialismo”, opinó una docente.

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