A esto se suma el hecho de la reciente adjudicación, a los investigadores Alberto Wilensky, Hugo Haime y Julio Aurelio, del estudio de mercado del sector, encarado por el Fondo Vitivinícola para conocer las últimas tendencias de los consumidores.
Este escenario, al que también se suma el Plan Estratégico Vitivinícola (falta reglamentarlo), pretende dar un manto de seriedad y previsibilidad sobre la industria del vino, una actividad que factura $2.000 millones anuales.
Por el lado de la prevención de accidentes climáticos, que incluiría malla, seguros y lucha activa, es válido resaltar que sólo con un plan de esta naturaleza se podrá dejar de tener una industria tan volátil en cuanto al riesgo climático, lo que termina siendo un riesgo económico.
El convenio firmado entre el Fondo, el INV y la UNCuyo ayudará a dimensionar la industria. “Si en el caso del impuesto del champán, por ejemplo, se hubiese hecho el reclamo con datos de a cuántas familias afectaba la merma en el consumo, el resultado tal vez hubiese sido otro”, dijo un dirigente del sector.
Asimismo, el estudio de mercado que ya está en marcha (en 60 días habría algunos avances) ayudará a dimensionar cómo es y qué demanda el nuevo consumidor.
Por ejemplo, uno de los adelantos a los que Los Andes Economía tuvo acceso, habla de un mayor consumo de vino en el interior del país y en zonas rurales. Sucede que muchas de las industrias que se reactivaron con la devaluación (por ejemplo, la soja) impulsaron un mejor estilo de vida para sus actores.
En concreto, todos los programas y estudios que acerquen previsibilidad y datos concretos a la industria del vino “sumarán puntos” para una actividad que pretende ganar un lugar de privilegio en el mundo.
La UNCUYO fue sede del Foro Energético Nacional
22 de noviembre de 2024