Egresó como abanderado de la Facultad de Ciencias Económicas en 1996 y partió hacia Buenos Aires para hacer un máster en Economía y Políticas Públicas en la Universidad Torcuato Di Tella, que le valió su entrada al Ministerio de Economía de la Nación. Luego de dos años de trabajo, su brújula apuntó hacia la ciudad de Nueva York, donde hizo un doctorado en la Universidad de Columbia.
En setiembre, su próxima parada será la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona. Pero más allá del destino geográfico que elija, nunca cambia su pasión por la investigación.
-¿Cómo te llamaron para que integraras el Ministerio?
-Muchos de los profesores que tenía en el Di Tella trabajaban en el Ministerio. Tuve una entrevista y quedé para desempeñarme en la Comisión de Defensa de la Competencia. Fue una experiencia positiva porque mientras estuve ahí surgió el tema de la compra de YPF por Repsol. Hacía cuatro años que la ley la tenían cajoneada en el Congreso y había que reglamentarla.
-¿Por qué dejaste de trabajar en el Ministerio?
-En ese momento no quería hacer carrera ahí. Me interesa investigar, y si estás trabajando en el día a día perdés contacto con la frontera de la investigación y con las preguntas frecuentes que están dando vuelta. Así que conseguí una beca para viajar a Estados Unidos y hacer un doctorado en la Universidad de Columbia.
-¿Por qué elegiste Nueva York para seguir capacitándote?
-Me gustaba para llevar a vivir a mi familia. Es una ciudad cosmopolita donde hay muchos extranjeros y no te sentís desarraigado.
-Una vez allá, ¿cómo hiciste para vivir?
-Lo difícil es llegar; estando en el lugar es relativamente más fácil pedir becas porque te conocen personalmente. Por suerte conseguí un trabajo con un profesor al que le revisaba los artículos que escribía.
-¿Qué otras actividades tenías?
-Además de la beca daba clases, coordinaba seminarios, organizaba cursos, dictaba una maestría y era ayudante en el doctorado. También estuve dando conferencias en Italia y en Canadá.
-Si te iba bien, ¿por qué no te quedaste trabajando en la Universidad de Columbia?
-La misma Universidad donde uno hace el doctorado no te contrata, está mal visto porque mete ruido dentro del mercado. Podés volver, pero inicialmente es mejor que terminés de formarte en otro lado y adquieras experiencia.
-¿Qué es lo que más te atrae de la investigación?
-Cuando te cansás de un tema podés cambiarlo por otro. Obviamente que tiene sus riesgos, porque si te pasás dos años investigando y no obtenés lo que querés te perjudica, pero tiene la ventaja de no ser un trabajo rutinario.
-Cómo es tu dinámica, ¿estudiás todo el día?
-Los primeros años sí, son los más aburridos desde el punto de vista de la creatividad. Es como una continuación de la Facultad, cursás y rendís materias. Pero los últimos tres años son exclusivos para la investigación. Es una transición difícil porque estás acostumbrado a que te digan lo que tenés que hacer y de pronto contás con mucho tiempo libre, no cursás, ni rendís exámenes. Esta es la mejor etapa, ya no sos un estudiante, sino que pasas a ser un colega y a discutir tus ideas.
Universidad y política
-Si tuvieras que hacer una comparación entre el sistema educativo de Argentina y Estados Unidos...
-En general, lo que se dice -y es cierto- es que la persona promedio que va de la Argentina tiene mejor formación que el egresado promedio de las Universidades de allá.
-¿Qué diferencias encontrás?
-Yo tuve muy buena experiencia en la UNCuyo. Pero el sistema acá es rígido y estructurado. Imparten una formación muy específica. Allá no es así, es más flexible, y si bien el promedio es menor, está diseñado para que quienes son realmente capaces lleguen lejos. Orientan todo hacia el posgrado, entonces hay personas que antes de terminar la carrera, con 21 años, cursan materias de doctorado.
-¿Y si hacés una comparación entre profesores?
-Acá, las Universidades se han convertido exclusivamente en un lugar para dar clases. En Estados Unidos, si te comparás con las Universidades de menor nivel es igual, porque te contratan para dar clases y te exprimen. Pero en las Universidades de élite no es así, el papel de un profesor es investigar, publicar bien, que te citen y seas un referente en tu área.
-¿Que rescatás de tu labor como docente?
-Después de muchos años de estudiar economía y de repensar los principios básicos me di cuenta de que podés aportar a los alumnos algo más de lo que aparece en los libros. Ahí es cuando empiezo a disfrutar de la enseñanza, porque le transmitís algo propio, algo nuevo, y no te limitás a repetir lo que ya está escrito.
-¿Cual sería para vos el mejor sistema universitario?
-No me siento capacitado para dar una respuesta. Pero sí sé que hay mucha gente idónea que está debatiendo sobre este tema. De hecho, en Europa tienen problemas universitarios similares a los nuestros. Generan debates sobre reformas universitarias, arancelamiento universitario, cómo hacer para generar investigación. Es igual que acá, la gente se dedica mayormente a enseñar, tienen pocos recursos y escaso tiempo para investigar. Estos no son problemas exclusivos de los argentinos.
-¿Aplicarías algo del sistema norteamericano?
-El sistema (norte)americano tiene cosas muy buenas, pero está ligado a la idiosincrasia de ellos. No creo que sirva trasladarlo acá. Sí creo que hay cosas que se pueden repensar a partir de su experiencia.
-¿Como ves la situación en Argentina?
-No me gustaría opinar sobre este tema, no coincido con los que piensan que porque has estudiado economía estás capacitado para dar una opinión bien informada. Lo que puedo decir es una opinión muy personal. La gente piensa que afuera es todo más fácil, y no es así, son sociedades que tienen problemas al igual que nosotros, pero que se sientan a debatir y pueden resolverlos.
Argentina tiene mucho potencial y tiene cosas rescatables, pero todavía se dan muchas vueltas sobre lo mismo.
-¿Vendrías a quedarte en Argentina?
-Sí, pero por el momento no tengo necesidad de radicarme en ningún lado. Estoy haciendo lo que me gusta y con eso mantengo a mi familia. Conozco lugares interesantes y tengo muchos amigos. Básicamente la idea es relacionarme con gente interesante, tener anécdotas, recuerdos y adquirir experiencia.
Después de su corto paso por Mendoza, Alberto Martín aterrizará en setiembre en España para trabajar como investigador y como docente en el Instituto de Investigación Económica de la Universidad de Pompeu Fabra.
El perfil
Nació hace 30 años en Mendoza. Realiza investigaciones teóricas y también es docente. Está casado con una mendocina, profesora de idiomas. Tienen un hijo de cuatro años y están esperando otro más.
Se recibió en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCuyo hace nueve años. Viajó a Buenos Aires, donde hizo un máster en Economía y Políticas Públicas en la Universidad Di Tella. Además trabajó dos años en el Ministerio de Economía de la Nación, en la Comisión de Defensa de la Competencia.
Estuvo cinco años en Nueva York haciendo un doctorado en Economía, su tesis le sirvió para que lo contrataran en España. En setiembre viajará a realizar investigaciones en la Universidad de Pompeu Fabra.
* Por Virginia Di Bari, Foto: Pablo López