La colas de vehículos se extendieron por todas las calles aledañas y cerca del mediodía el tránsito en ese lugar colapsó. Los colectivos no fueron la excepción, y la única parada para que bajaran los alumnos fue la que se ubica sobre la calle Carlos Lencinas, justo enfrente a la entrada de la Universidad. Desde allí cada estudiante tuvo que caminar para llegar a su Facultad.
 
El bloqueo comenzó a las 6 de la mañana de ayer y se extendió hasta las 13. Hasta esa hora sólo ingresaron en sus autos aquellos que necesitaban los servicios del Damsu -mutual de la Universidad-. Momentos de tensión se vivieron cuando una docente quiso ingresar en su auto para hacerse atender y tuvo que discutir hasta que la dejaron pasar (ver aparte).
 
El motivo fue la realización de una asamblea para determinar cuáles serán las medidas que tomarán los empleados la semana que viene.
 
En este sentido, el grupo determinó seguir con el paro hasta ayer a las 24 y trabajar normalmente el lunes de la semana que viene. “Ese día a las 12 nos vamos a reunir en paritarias, donde esperamos definir el pedido que le exigimos a la rectora”, afirmó Víctor Yanzón, secretario gremial del Sindicato de Personal de Apoyo Académico de la Universidad (Spunc), gremio que nuclea a esta rama de trabajadores .
 
En total, el personal lleva cuatro jornadas de reclamos con guardias mínimas. Y el Rectorado sigue firme con la decisión de descontar los días no trabajados. “Nunca nos han intimado tanto como ahora. A través de llamados telefónicos o de mails nos han amenazado para que vengamos a trabajar”, confió un empleado que desempeña tareas en la Facultad de Filosofía y Letras.
 
El pedido del sector es de un único pago de 300 pesos. “No se trata de un aumento, sino de un incentivo por el trabajo que realizamos”, indicó Yanzón.
 
El Spunc quiere que el monto para afrontar el pedido salarial se obtenga del Fondo Universitario, un capital que se forma con el dinero sobrante de otros años. Sin embargo, las autoridades de la Universidad sostienen que ese caudal es para destinar a mejoras edilicias. Desde la UNCuyo señalaron que el presupuesto que les llega para obras no alcanza y por eso necesitan recurrir a las cifras del Fondo Universitario.
 
Mientras tanto la puja por el pago o no de los 300 pesos sigue en pie. A su vez, para solucionar el problema salarial de raíz y terminar con la difícil situación económica por la que atraviesa el sector no decente, los gremialistas ya recurrieron a la Nación.
 
“Hay una propuesta de aumento salarial en marcha, pero todavía no se ha fijado nada”, aclaró Yanzón.
 
Al respecto, el gremialista, quien estuvo esta semana en Buenos Aires, señaló que el presidente Néstor Kirchner, firmará el 15 de abril un convenio colectivo de trabajo. “Después de tres años vamos a estar regulados en lo estructural y salarial. Nos obliga a estar capacitados y nos da derecho a presentar proyectos”.
 
Conflicto
 
Pedido. El Sindicato de Personal de Apoyo Académico de la Universidad (Spunc) -que nuclea a los trabajadores no docentes de la UNCuyo- exige el pago de 300 pesos por única vez, en concepto de incentivo por las tareas que realizan a diario.
 
Medidas. El sector cumplió ayer cuatro días de paro con guardias mínimas. El lunes se prepara para trabajar normalmente. En base a lo que surja en las paritarias decidirán si continúan o no con las medidas de fuerza, el próximo martes.
 
Tensión por el corte
 
La asamblea que realizaron los empleados no docentes de la UNCuyo, en la entrada al predio universitario, generó varios altercados entre los gremialistas y las personas que querían ingresar con su vehículo a las distintas dependencias de la institución.
 
Ése fue el caso de una docente de la Facultad de Derecho que necesitaba llegar al Damsu para realizarse un control en su pierna. La profesora estuvo discutiendo con el secretario gremial, Víctor Yanzón, al que acusó de abusar de sus derechos con el reclamo que llevaba adelante.
 
La mujer llegó a la entrada principal de la Universidad, luego de haber intentado ingresar por el portón de la calle Champagnat. Éste estaba cerrado con candado. Luego del largo altercado, el personal que bloqueaba el lugar la dejó entrar, antes de dar la orden de abrir al resto.
Virginia Di Bari vdibari@losandes.com.ar