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Los Andes: Ya funciona el programa para capacitarse y estudiar

El cuartel es el aula y el profesor dicta la clase camuflado de verde. En esa escena poco convencional, 190 estudiantes ayer empezaron el Servicio Cívico Voluntario, un programa piloto de la Dirección General de Escuelas. En las instalaciones del Ejército el objetivo es que los chicos retomen sus estudios, y que al mismo tiempo se capaciten en oficios con salida laboral.

12 de abril de 2005, 14:27.

En la base militar de calle Boulogne Sur Mer, el primer día de clases reunió a jóvenes de entre 18 y 23 años que entre sus experiencias comparten la deserción escolar. Ellos dicen que encontraron con esta alternativa la posibilidad de cumplir con una asignatura pendiente. “Hace tres años que dejé la escuela en 8vo porque tuve que salir a ayudar a mi papá. Trabajo en servicio doméstico una vez por semana y voy a mantener ese empleo los sábados así puedo venir a capacitarme acá”, contó Cynthia Molina, una de las alumnas del taller de talabartería. La chica aprecia la oportunidad de aprender un oficio para tener una pronta inserción laboral. “Hoy con el título secundario solamente, no hacés nada”, aseguró. Además de las materias básicas que deberán aprobar para terminar el 8vo y el 9no, el plantel militar de profesores los prepara en oficios. “Toman clases de mecánica del automotor, electrónica, tapicería, talabartería, tornería, albañilería, sastrería, carpintería y cocina”, explicó el jefe de la Base de Apoyo Logístico de Mendoza, Luis Leguizamón. Para el teniente coronel , el Servicio Cívico es una alternativa para que los estudiantes adquieran instrucción, aprovechando la infraestructura del Estado. “Nosotros sentimos que estamos cumpliendo con una finalidad militar, la de ayudar a instrumentar políticas educativas”, y agregó que en las instalaciones del Ejército, sus integrantes siguen cumpliendo con la actividad habitual. El interés de los chicos por volver a tomar los libros se desprende de sus historias de vida. Roxana Neira, por ejemplo, tiene 19 años y es mamá soltera. “Yo dejé en 8vo. Pero la verdad es que si no tenés estudio no te toman en ningún lado”, dice. Aunque su aspiración era la de tomar clases de cocina, tuvo que anotarse en tapicería porque la gastronomía se dicta exclusivamente para varones, al menos por este año. De cívico a militar Haber tomado contacto con los oficiales, fue para Nahuel Mendoza, determinante a la hora de pensar su futuro. “Vine porque me interesa la mecánica. Todo lo que sea armar y desarmar. Pero cuando termine me quiero incorporar al servicio militar voluntario”, adelantó el chico de 18 años. A cargo de todos ellos está Eduardo Monti, que además de vestir uniforme es licenciado en Ciencias de la Educación. “Es una tarea gratificante por el progreso que pueden demostrar. A los chicos hay que prestarles la oreja. Dejarles en claro que es a nosotros a quienes deben recurrir por cualquier problema cuando traspasen la calle”. En detalle El Servicio Cívico Voluntario es un programa piloto de la DGE hasta diciembre. Capacita a jóvenes mayores de 18 para terminar 8vo y 9no año. Clases. Las dicta personal de la DGE y plantel militar en la Base de Apoyo Logístico del Ejército. Alumnos. Son 190 varones y mujeres de hasta 23 años. Oficios. Aprenden sastrería, cocina, carpintería, tornería, mecánica, albañilería, entre otros.

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