“No siempre vamos a tener un profesor encima”
Enrique Fernandez tiene 19 años. Es de San José, Lavalle.
–¿Qué te pareció el encuentro?
–Me pareció buenísimo porque me ayudo a ambientarme un poco; lo que va a ser acá cuando ingrese. Y me ayuda bastante porque me deja claro cómo la están pasando los chicos que han venido, y la carrera también. El tema de la carrera me lo deja un poco mas claro. Y las exigencias que vamos a tener, me aclara eso también. Que no va a ser lo mismo que la exigencia de estudio que tenemos allá. O sea que no siempre vamos a tener un profesor encima, sino que ahora hay que aprender a tomar apuntes y a estar atentos a lo que hablan. Porque si (uno) no entendió un tema lo va a tener que tratar de solucionar por otro lado, y no por intermedio del profesor, digamos.
–De lo que se dijo acá, ¿hubo algo que te sorprendió más?
–No, porque ya habían ido los chicos a hacer una charla allá. Es como que ya veníamos orientados a la charla de acá.
“Si a uno le gusta conocer gente”
Darío Víttori, de La Junta, Malargüe se refiere al encuentro. Tiene 19 años.
–Interesante. A mi me ayuda mucho a conocer la facultad, cómo se maneja la facultad. Y las becas. Nos ayuda a conocer las becas.
–¿Por que te gustaría venir a la universidad?
–Para tener una carrera universitaria, para poder tener un mejor trabajo. Tengo muchos parientes que no han tenido estudios y después les ha costado más conseguir trabajo. O el trabajo que consiguen no es bueno.
–¿Estarías dispuesto a estar lejos de tu familia, de tus amigos?
–Sí. Yo ya estoy en una escuela albergue, estamos más o menos acostumbrados a estar unos días lejos de la familia.
–¿Te llamó la atención algo en especial de lo que se dijo, algo que te sorprendió, algo que vas a contar en Malargüe?
–Que la pasamos bien, que conocimos gente nueva. Que se ve que no es tan difícil la adaptación, más si a uno le gusta hablar, conocer gente. Se hace más fácil.
“Ya conocen, ya saben”
Dayana Fernández tiene 18 años; es de Desaguadero, La Paz. Dice:
–Me pareció buenísmo, porque te genera expectativas para venir a la universidad y encontrarte con la vida universitaria, que es la que hacen los chicos todos los días. Y convivir un poco con ellos, ver su ritmo de vida. Cómo se relacionan con los demás, ver cómo es la vida universitaria en sí… Porque vos decís “voy a la universidad” pero ¿qué es?, te preguntás, qué es, qué hace, cómo te vas a relacionar con las demás personas. Bueno, lo que significa la universidad en si. Y con estas vivencias uno ya puede venir preparado cuando tenga que hacerlo. Y además nosotros tenemos los chicos que han ingresado el año pasado, o sea este año han hecho la nivelación. Y la nivelación para nosotros es espectacular por (…) venir de lejos y no tener una buena preparación para un nivel universitario.
–¿Hubo algo que más te llamó la atención de la visita?
–Sí, tal vez el tema de la confusión entre venir desde un lugar lejos a la ciudad. (…) Relacionarse con la gente de la ciudad, o sea, con sus costumbres, ver en realidad cómo se las arreglan (los que llegan) para imponer sus costumbres sobre las demás…
–¿Te preocupa que sintás ese miedo, si venís a Mendoza?
–Sí, es que tenemos ese miedo ya. Todos los chicos que están en la ciudad ya conocen, ya saben, y venir acá te da miedo, en cierta parte, y curiosidad por otra.
Hasta aquí nuestras impresiones del encuentro. Ahora resta la reflexión personal y familiar de los interesados. Esperamos que la universidad pública, gratuita y laica no los decepcione.
Fin
Germán Fernández
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