El abandono, por parte del Estado, del espacio social, es ocupado tácticamente por entidades de bien público, O.N.Gs, fundaciones, cooperadoras escolares, etc. La estrategia a largo plazo es la implementación de políticas sociales más focalizadas, especialmente por la cercanía a las necesidades de la comunidad.
Como características se podría decir que están organizadas; son privadas o no gubernamentales; no distribuyen ganancias; son autónomas y voluntarias, pero están fuera del contexto del conflicto o de oposición política a las acciones colectivas de los movimientos sociales.
Este sector público no estatal, además de la producción de bienes y servicios también reproduce valores colectivos que recrean a los ciudadanos como “cuerpo político”. Entonces se podría decir que los movimientos sociales tanto como el tercer sector sirven al debate público, a la crítica, a la formación de opinión pero se aleja del control social que sí tienen los movimientos.
Los movimientos no contribuyen a las economías regionales; la solidaridad y reciprocidad es al interior del mismo. Construyendo la ciudadanía en oposición al concepto del imaginario social de “ciudadano”.
El tercer sector tiene como rol principal la integración social. La integración de la sociedad de los 90', neoliberal; éste sector es el más revalorizado por los Organismos Multilaterales.
Los Movimientos Sociales alcanzan sus objetivos democráticos en oposición a un adversario, contra el Estado o las élites. La organizaciones no lucrativas dependen del patrocinio de las elites y de un ambiente político favorable (amenaza de insurgencia de las masas).
A pesar de que se presenta a los Movimientos Sociales como fenómenos residuales o manifestaciones de descontento, como efecto de una sociedad que muere, en realidad son signo de lo nuevo que nace.
Diego Fernández
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