Saltar a contenido principal Saltar a navegación principal

Los periódicos del siglo XIX: herramientas de cambios sociales

El desarrollo de la prensa en Mendoza. Los aparatos de propaganda política, su influencia en la sociedad. Agencia Taller acerca un panorama general sobre los primeros medios y su cuestionamiento al poder político.

20 de septiembre de 2005, 00:00.

Por Verónica Zabala

Departamento de Sociedad

verazaba05@yahoo.com.ar

La vida de la prensa en Argentina tiene que ver directamente con el desarrollo de la Nación. El inicio fue la instalación de la prensa en el Virreinato, a principios del siglo XVIII. De allí en más se inicia un proceso literario-periodístico que culmina en los periódicos que hoy conocemos.

Después de la “Revolución de Mayo” en 1810, se habían difundido algunas tendencias políticas europeas, a través de publicaciones en panfletos, como el Contrato Social de Rosseau, o las propuestas políticas de diferentes líneas locales para el futuro gobierno. Las provincias no fueron ajenas a esta realidad. Las actividades de prensa de impresión se esparcieron por todo el territorio de la mano de los jesuitas o los hombres de la política, con lo que el escenario cultural sufrió un cambio radical.

Como es de suponerse, Buenos Aires acunó el primer periódico: Telégrafo mercantil, rural, político-económico e historiográfico del Río de la Plata, iniciativa de un abogado y militar: Francisco Antonio Cabello Mesa. El primer número se publicó el 1 de abril de 1801. Después de un año de publicación, se suspendió por orden del Virrey. Así se sucedieron diversas publicaciones cortas, que representaban el modelo político social imperante.

 A partir del año 1820, cambia la estructura intelectual del país, ya que los unitarios asumen el poder. Aunque esto es más visible en la Capital, su influencia se extiende al ámbito provincial.

 El desarrollo de la Nación en la época de Rivadavia, desde 1820 hasta 1827, impulsó el progreso científico literario, a través de una estrategia de corte liberal y unitario. Razón que atrajo numerosos talentos de diversas ramas a Buenos Aires. Por este motivo, el periodismo abarcó un poco más que la política, sin dejar de contenerla y hasta practicarla. Sus noticias hacían referencia a la vida social del momento. Esta tendencia se trasladó a Mendoza (hasta 1853). Durante este período se contó con 23 periódicos. Aquellas  publicaciones fueron redactadas por abogados, hombres de la literatura o religiosos.

Al extenderse el campo de la noticias a la vida social, los nombres de las familias ilustres de la provincia se podían encontrar en sus páginas. Se observaban desde fiestas sociales hasta enlaces matrimoniales. Si bien el periódico estaba destinado a las clases cultas, mucha gente tenía acceso a ellos por voceros, quienes los leían en público.

Casi finalizando la década, el progreso del periodismo quedó sujeto al nuevo poder. Muchos intelectuales que se ocupaban de las publicaciones emigraron. La conformación federal los obligó al destierro. La prensa de todo el país se paralizó como consecuencia de la Ley Mordaza aplicada por Rosas.

Desde 1929, el país cambia de manos, esta vez los federales asumen el poder en la figura de Rosas. La autonomía de los regímenes provinciales se asocian delegando la conducción en manos del gobernador de Buenos Aires.   

Durante la “época de Rosas” (como se denomina a esta época que se extiende por 25 años), una de las primeras medidas del gobernador fue quemar las publicaciones contra su ideología. Además cerró numerosos periódicos, lo que a su vez obligó a partir  a numerosos redactores. Esta situación se extendió por todas las provincias.

Mendoza, en manos del gobernador Félix Aldao, estaba en las mismas  condiciones que el resto de la Confederación. Las publicaciones casi no existían a causa el régimen impuesto. Muchos intelectuales habían decidido irse a Chile. Aunque a nivel intelectual la provincia estaba golpeada, en lo que respecta al área comercial seguía avanzando.

Al finalizar la “época Rosista", los periódicos reactivaron su marcha. La batalla de Caseros no sólo cambiaría el sistema político, sino también marcaría el renacimiento del Periodismo Argentino.

La caída de los federales reabrió nuevamente las puertas a la actividad de la prensa. La provincia fue un centro cultural y de noticias. Vieron la luz "El Nuevo Eco de los Andes" (1853), "El Constitucional" (1853), "La Constitución" (1855). Éste último fue fundado por Manuel José Olascoaga, con la colaboración de Juan Gualberto Godoy y Ramon Muñoz. El gobernador José Cornelio Moyano puso fin a su publicación, en respuesta a los ataques que llevaba sobre el gobierno.

De todos estos periódicos el que más perduro fue "El Constitucional", producto de que nació bajo la inspiración del gobernador Segura en 1852. Las condiciones de publicación variaban según el contrato que el editor firmaba con el gobierno. La  imprenta era del gobierno, por lo que el editor tenía la obligación de publicar documentos públicos. Esta publicación fue de gran importancia social, ya que se pidió ayuda después del terremoto de 1868 como así también se comunicaron planes y estrategias de desarrollo para la provincia, los resultados del primer censo poblacional y económico en 1872, entre otras cosas.

A pesar de esto, el periódico encontró trabas a su publicación. Durante el gobierno de Carlos González, el editor Nicolás A. Villanueva, personalidad de la época, tuvo que abandonarlo debido a que sus declaraciones con respecto a la política nacional en la guerra con la Banda oriental, podía complicar las relaciones de la provincia con Mitre.

Aquellos periódicos estaban condicionados por el ambiente político. Sin embargo muchos de ellos lograron convertirse en vehículo de manifestaciones populares, y en herramientas de instrucción y avance.

En 1858,  Moyano promulga la "Ley de Imprenta", que regirá las publicaciones casi hasta fines de siglo. Esta legislación venía a expresar la libertad de todo individuo de publicar sus ideas, sujeto a la responsabilidad del editor de trastornar el orden público. Por esto se le podía imponer castigos o multas, o incluso la prisión.

Otro caso especial de perdurabilidad fue y es la publicación de "Los Andes", fundado el 20 de octubre de 1882 por Adolfo Calle. La  formación de este matutino tuvo su inicio  en Buenos Aires. Se entendió a este periódico como un órgano difusor de opiniones. Así   lo manifiesta el artículo de presentación del Diario: ... “Venimos al campo de  prensa dispuestos a defender con decisión y energía los intereses de la provincia, y al hacerlo buscamos agrupar a todos los que amen su autonomía y se interesen por su verdadero progreso y bienestar...” Con estas palabras se daba comienzo a la publicación que hoy es considerada como uno de los diarios más importantes del interior del país.

Con las presidencias que se sucedieron después de Rosas, los periódicos crecieron en todo el país. En Mendoza fueron propulsores del progreso, testigos de numerosos hechos, que aun se pueden encontrar en los ejemplares de "El Constitucional". Este diario fue el primero que duró casi 40 años. Posteriormente, "Los Andes" siguió este camino. Es inevitable recalcar que los diarios del siglo XIX fueron ejes fundamentales del desarrollo provincial. Las manifestaciones que en ellos se hicieron impregnaron a toda una sociedad de nuevas ideas.

A pesar de que los redactores de la época no fueron provenientes, en su mayoría, del periodismo, abrieron el camino para el desarrollo de la profesión, con lo cual  instauraron el primer medio de comunicación masiva en el país.

Contenido relacionado