Los tres sindicatos que agrupan a los docentes de universidades exigen que se convoque a paritarias. Los reclamos de incrementos llegan hasta el 30 por ciento. El Ministerio de Educación espera la pauta de Economía.
Y ahora les toca a los universitarios. Con las paritarias docentes del nivel primario y medio todavía calientes, los gremios de los profesores comenzaron a reclamar ante el Ministerio de Educación que convoque a la mesa de negociación salarial. Mientras la Conadu estimó que su reclamo de aumento rondará “el 25 por ciento, como anunció la CTA”, la cifra de la Conadu Histórica será cercana “al 30 por ciento, aunque la guía es la canasta familiar”. Por su parte, la Fedun se inclina por “un incremento no menor al índice de inflación” y que tome como piso el acuerdo nacional con los maestros, que implicó una mejora del 15,5 por ciento. Ante la consulta de este diario, la Secretaría de Políticas Universitarias informó que no abrirá aún la convocatoria, a la espera de “la pauta de lo que se puede ofrecer” que debería elevar la cartera de Economía.
Los tres gremios que nuclean a los docentes universitarios resolvieron en sus respectivos órganos de conducción pedir la apertura de las negociaciones. La secretaria general de la Conadu Histórica, Claudia Baigorria, aseguró a Página/12 que su sindicato realiza “asambleas desde fines de enero. Todavía no hubo una resolución sobre la cifra, porque tiene que refrendarlo el plenario, pero creemos que el 30 por ciento puede ser un piso a considerar”. Daniel Ricci, dirigente de Fedun, planteó en cambio: “No tenemos una cifra fija para negociar por el momento, pero se definió que, cualquiera sea, debe superar la inflación de este año”. Para Pedro Sanllorenti, secretario adjunto de Conadu, el reclamo universitario seguiría al de la CTA, “que indica que debería haber un aumento del 25 por ciento”.
El área de Políticas Universitarias, que encabeza Alberto Dibbern, aún no tiene precisiones sobre cuándo se reuniría la mesa de negociación. “Hasta que no tengamos la pauta de lo que se puede ofrecer, no va a haber novedades”, indicaron fuentes del ministerio. La negociación de 2008 estuvo marcada por la paritaria nacional docente en la que se acordó un aumento del 24 por ciento para los maestros de los demás niveles, así como el anclaje del salario básico en 1290 pesos. Después de seis reuniones y de numerosos paros de los tres gremios, se acordó un aumento salarial de entre 23 y 29 por ciento según la categoría del docente, incluyendo la firma de un acta en la casa de gobierno con la presencia de la Presidenta. Ahora, los representantes gremiales no quieren que la negociación se dilate como sucedió en años anteriores. “En 2007 la negociación terminó en mayo, y el año pasado concluyó en abril. Necesariamente hay que comenzar antes la discusión”, apuró Sanllorenti.
De todos modos, el aumento salarial no es la única preocupación de los gremios docentes. Para la Histórica, es “urgente” formalizar la mesa de negociación: “Necesitamos que nos garanticen que no se van a cesantear más compañeros, porque en algunas universidades del conurbano ya empezaron a no renovar contratos”. Sanllorenti, docente de la Universidad de Mar del Plata, anticipó que “otro de los puntos que vamos a proponer es el análisis de planes de aumento de categorías, en programas de capacitación”, así como una reestructuración del nomenclador salarial, es decir, de la distancia salarial entre los cargos, tal como sucedió el año pasado, que lograron elevarlo de 1,53 a 1,60.
En el mismo sentido, Ricci detalló que Fedun insistirá “con la implementación de un plus salarial para los docentes con maestrías, similar al que se consiguió en la paritaria del año pasado para los doctorados”.
Con un panorama aún incierto, algunos dirigentes universitarios creen que “podría haber un llamado para la semana que viene”. Por las dudas, la Conadu Histórica ya organizó una reunión de sus secretarios generales para este jueves, y la Conadu otra para el miércoles 11. “El Gobierno tiene recursos para aumentar los salarios –consideró Baigorria– y no tenemos por qué ser los trabajadores los que paguemos la crisis.”