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"Los pueblos que tienen en cuenta su pasado son muy fuertes"

11 de diciembre de 2008, 16:54.

La vasta producción en libros y el rigor de sus investigaciones, especialmente en el campo de la historia regional, determinaron la incorporación de Adolfo Cueto a la Academia Nacional de la Historia.

La Academia Nacional de la Historia acaba de incorporar al doctor Adolfo Omar Cueto como miembro correspondiente en la provincia de Mendoza.

Cueto, de 53 años, profesor titular de la cátedra Historia de Mendoza, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo, fue designado en tan importante institución en "atención a sus relevantes méritos y antecedentes en el campo de los estudios históricos", señala la comunicación firmada por el presidente de la Academia, César A. García Belsunce.

Los miembros de la asociación, con sede en Buenos Aires, son de número o correspondientes. Los primeros no podrán ser más de 40; y los segundos son historiadores que residan habitualmente en el interior del país o en el exterior.

El designado fue decano de Filosofía y Letras en el período de conducción de la Universidad de María Victoria Gómez de Erice.

Su conferencia de presentación ante la corporación está fijada para setiembre de 2009, y versará sobre el origen de las ciudades cuyanas, Mendoza, San Juan y San Luis.

"Mi formación y especialización -explica- está en el ámbito de la historia regional. Más que desarrollar un tema puntual de la historia de la provincia de Mendoza, he explorado el proceso de historia integral de la región, sobre todo porque las fundaciones de las tres ciudades cuyanas tienen particularidades muy distintivas respecto a otras de origen colonial hispano".

El doctor Cueto, un frecuente colaborador de las páginas de Los Andes, estudió comparativamente qué pasó y por qué se dio un comportamiento tan particular en Cuyo y, por otro lado, analiza nuestra dependencia como territorio desde 1561, cuando Cuyo es descubierto por los españoles que ya habitaban Santiago de Chile, y esa incorporación hace que la vida de la futura región y su desarrollo estuvieran íntimamente vinculados a los vaivenes de la política de Chile.
 
Inclusive, el investigador sostiene que "las fundaciones de Mendoza, San Juan y San Luis se debieron más al devenir de la política institucional de Santiago que a una planificación estratégica".

Y además indaga, como un factor de regionalización, el papel que tuvo el habitante huarpe en este proceso con Chile y también en el concepto de consolidación de la ciudad, porque es mano de obra que, bajo la figura de la encomienda, será tomada y condicionará la presencia de los españoles en la región cuyana.

Teniendo en cuenta que Cuyo es un verdadero páramo, un desierto, si bien tiene una agricultura en mano de los pobladores indígenas, los españoles no venían a trabajar la tierra sino básicamente y con la experiencia que habían recogido en el imperio incaico, a obtener ganancias rápidas, como las que daba la explotación minera.

Del huarpe siempre se habló como un poblador pacífico, con bajo desarrollo en las artes bélicas, lo que permitió a los españoles tomarlos rápidamente, y esto fue sin duda uno de los disparadores para que Mendoza, San Juan y San Luis entraran en el proceso de fundación.

-¿Con la preeminencia de Mendoza, no es cierto?

-Mendoza, desde siempre fue la ciudad más importante, al estar frente a Santiago, era el contacto necesario. San Juan estaba frente a La Serena, la segunda ciudad chilena y por eso no tuvo el desarrollo y el necesario tránsito.

Cuando se unía el Atlántico con el Pacífico, Mendoza era la posta obligada para ese tránsito y Mendoza fue creciendo en el contacto comercial e institucional y se convirtió en la capital del corregimiento. En esta problemática fundacional trabajó el arquitecto Jorge Ricardo Ponte.

-En su conferencia de incorporación, ¿Ud. abre un camino o una teoría nueva?

-En principio hay una hipótesis y es que el origen de las tres ciudades cuyanas respondió a un principio de inestabilidad original, debido fundamentalmente a la situación institucional en Chile, del cual éramos uno de los once corregimientos de la Capitanía General de Chile. San Luis no tiene acta fundacional y tuvo tres traslados hasta que se consolidó material y espacialmente la ciudad.
 
Lo mismo ocurrió con San Juan. Hay que buscar una explicación, y la encontramos en la inestabilidad institucional, que hizo que las ciudades fueran trasladándose como respuesta a intereses puntuales de los primeros habitantes e inclusive del propio Cabildo de cada una de las ciudades.

-¿Qué es lo nuevo de este estudio?

-Es el estudio comparativo de las tres ciudades. Horacio Videla lo estudió en el tema de San Juan; en el caso de San Luis fueron Saá, Fourcade y en el caso nuestro, Rosa Zuloaga, Comadrán Ruiz y yo mismo, avanzamos sobre algunas hipótesis cuando escribimos la historia que publicó Los Andes en 1994.

Pero, ahora el planteo, creo novedoso, es ver la problemática desde la integración de la historia regional, no como hechos puntuales cada uno, sino ver realmente qué elementos jugaron en conjunto para tener este comportamiento en las tres ciudades. Porque es curioso que han tenido permanentemente traslados.

La pregunta es por qué en otros lugares cuando se fundaba una ciudad se la establecía en un lugar, permanecía en él, y por qué en Mendoza, San Juan y San Luis no fue así.

-¿En otro orden de cosas, cuál es su concepto sobre la historia?

-La historia es una base puntual y necesaria para la consolidación de la Nación. Todo pueblo que se precie de su origen lo reconoce a partir de su historia, lo hace conocer y toma conciencia del pasado y de su presente a partir de la historia misma.

-¿Está la historia presente en el marco de acción de autoridades e instituciones?

-A veces no le damos el lugar correspondiente. En Estados Unidos, los presidentes tienen asesores historiadores a su lado. Y en todas las áreas claves se observan especialistas en historia, en el Pentágono y en otros lugares estratégicos de la administración. ¿Por qué ocurre esto? Hay un comportamiento en los pueblos que lo registra la historia. El político puede tomar recaudos y ser previsor.

-Capítulo inexistente en nuestro país, ¿no es cierto?

-Tenemos mala memoria? En la Argentina, a pesar de que algunas veces mostramos algunos reflejos, en general acusamos mala memoria. No registramos procesos que demuestren una continuidad en nuestro comportamiento. Nos acordamos de las cosas cuando están sucediendo y en poco tiempo más, nos olvidamos.

Hecho clave: Malvinas. Cuando éramos chicos, los cuadernos Gloria tenían la inscripción "las Malvinas son argentinas", era una consigna identificada con la gente. Sin embargo, después de 1982, de vez en cuando nos enteramos de las cosas que están sucediendo. Hace dos semanas, se supo que si no hacemos una declaración internacional con carácter de urgente podemos perder los derechos de explotación petrolera en el Atlántico Sur.

Reaccionamos en función de estímulos o situaciones de hecho. Chile y Brasil tienen a la historia como una asignatura sobre la mesa. No hablemos de nacionalismos, pero los pueblos que tienen en cuenta su pasado, son muy fuertes. Primero, porque reconocen los errores y sobre ellos trabajan.

-Mendoza se ha convertido desde hace mucho en un centro de investigación y formación histórica de gran preponderancia.

-No sólo la Universidad Nacional de Cuyo; a principios del siglo XX resaltan figuras como Agustín Álvarez, monseñor José Aníbal Verdaguer, Manuel Lugones, Julio C. Raffo de la Reta y Edmundo Correas.

Con este último nace la primera organización de historia en la década del '20, que va a dar origen a la Junta de Estudios Históricos de Mendoza, y después cuando nace la Universidad en el '39, una de las primeras carreras que surgen en la UNCuyo es la de historia, con Roberto Marfany, y en la década del '50 surgen nombres como Edberto Acevedo, Jorge Comadrán Ruiz, Rosa Zuloaga, entre otros.

Los historiadores mendocinos han sido muy importantes a nivel de la historia nacional. Hoy la carrera de historia en la Universidad Nacional de Cuyo y la Junta de Estudios constituyen dos bastiones trascendentes de la Historia nacional. Es más: el Archivo Histórico de Mendoza es un lujo por su organización y por la riqueza que contiene.

Son pocas las provincias argentinas que tienen tanta documentación de su historia. Todo esto nos ha permitido desarrollar una sistemática, a la que se añaden la UNCuyo y el Conicet.

Perfil

Nombre: Adolfo Omar Cueto.
Nacimiento: San Rafael (Mendoza).
Edad: 53 años.
Título de grado: profesor de enseñanza media y lic. en Historia.
Posgrado: doctor en Historia.
Miembro de instituciones: académico en Mendoza de la Academia Nacional de la Historia.
Cargo anterior: ex decano de la Facultad de Filosofía y Letras.
Cargo actual: secretario de Relaciones Institucionales de la UNCuyo.
Publicaciones: 10 libros editados.

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