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Los universitarios que vienen a estudiar al país gastan unos 213 millones de dólares al año

01 de diciembre de 2008, 17:17.

Son 23.737 alumnos, un 140% más que el año pasado. En promedio, gastan US$750 por mes.

Seducidos por el prestigio y la tradición de las instituciones, pero también por el tipo de cambio que los favorece, en los últimos años las universidades argentinas, públicas y privadas, se empezaron a poblar de estudiantes extranjeros que llegaban detrás de un título de grado (69%) o posgrado (31%). La inercia original fue encausada por las iniciativas gubernamentales y ese interés académico se capitalizó en una industria incipiente. Según datos oficiales, los universitarios extranjeros dejaron este año unos 213 millones de dólares.

"Como todo sistema universitario con fuerte gestión estatal, el argentino siempre fue un faro de atracción para estudiantes de otros países, en especial de los vecinos. Son miles los médicos bolivianos, paraguayos, peruanos y chilenos, por citar algunos casos, que se formaron en las universidades de Buenos Aires, Córdoba, Tucumán o La Plata", remarcó el ministro de Educación de la Nación, Juan Carlos Tedesco. Y agregó: "A esta cuestión histórica se le sumó el fenómeno global por el cual muchos jóvenes buscan proseguir su formación a la par de vivir y conocer otros sistemas y modelos de enseñanza. Por tradición y prestigio, pero también por un tipo de cambio favorable, cada vez más extranjeros vienen a estudiar acá".

Un reciente informe de la Fundación Export.Ar, la agencia de promoción de las exportaciones de la Cancillería argentina, analiza el fenómeno económico que existe detrás de esta movida. Actualmente, el sistema universitario cuenta con 23.737 estudiantes extranjeros (es el 1% de la población total estudiantil), el 58% de ellos en instituciones estatales. Con respecto a 2007, la cifra aumentó un 140%. Así, concluye que cada uno gasta unos 750 dólares mensuales (alquiler, comidas, viáticos, servicios, esparcimiento).

"A eso hay que sumarle la cuota universitaria, que estimo en 250 dólares mensuales más de promedio", detalló Ricardo Rodríguez Ortega, un colombiano de 33 años que cursa estudios de posgrado en Marketing en la Universidad de Palermo (UP). Junto con su novia, que estudia un posgrado en Desarrollo Gerencial, hace cinco meses que están en Buenos Aires, disfrutando de la ciudad y otros placeres: "Yo gasto unos dólares más que la media, porque hago una vida distinta a la del estudiante regular. Ya conocía Buenos Aires por trabajo y ahora quiero viajar por el Interior".

Según las proyecciones oficiales, en 2012 habrá en la Argentina unos 90.000 universitarios extranjeros, que desembolsarían en el país alrededor de 810 millones de dólares anuales. "Las universidades juegan un papel que trasciende la educación, y las nuevas experiencias pueden concluir en proyectos exportadores", resaltó el director ejecutivo de Export.Ar, Marcelo Elizondo.

Si se comparan los 213 millones de dólares con otros sectores de la industria, resaltan en la Fundación, los extranjeros gastan 60% más de lo que ingresa al país en concepto de exportación de miel o manufacturas de cuero, por ejemplo.

Si bien las tradicionales universidades estatales motorizan este fenómeno (UBA, Córdoba y La Plata son las principales), lejos están de percibir estas cifras millonarias. Peor: detrás de su prestigio y excelencia se fomentan negocios que capitalizan terceros (inmobiliarias, hostels y agencias de turismo). ¿Tiene espaldas la universidad pública y gratuita para subsidiar a extranjeros? Responde el ministro Tedesco: "Esto es así en todo sistema estatal que entiende que la educación superior es un bien social. En Francia pasa lo mismo. Además, así como la Argentina recibe alumnos, también exporta. Muchos compatriotas están estudiando en distintas universidades norteamericanas, europeas y latinoamericanas".

Públicos privados

Por Oscar Finkelstein
Para el ministro de Educación, la universidad pública y gratuita es un bien social. De acuerdo. Al mismo tiempo, estudiantes y autoridades de las facultades reclaman mayor presupuesto para mantener o alcanzar la histórica excelencia académica de, por ejemplo, la Universidad de Buenos Aires. De acuerdo. Juan Carlos Tedesco responde con una lógica de comercio exterior (los estudiantes universitarios que la Argentina "exporta" a otros países). Quizá habría que ser un poco menos "públicos" con los visitantes para que los locales no estén tan "privados".

Una constante promoción en el exterior

La consigna es muy clara: promover las universidades argentinas -públicas y privadas- en el resto del mundo. Esta meta se la impuso el Ministerio de Educación de la Nación hace un par de años y la iniciativa ya está dando sus buenos resultados. Por eso, en 2009 profundizarán estas políticas. "Resulta clave considerar a esta actividad algo tan importante como el turismo. Si en un principio los estudiantes extranjeros venían a la Argentina por iniciativa propia, ahora es distinto. Somos nosotros los que salimos a buscar", explicó el ministro Juan Carlos Tedesco. El primer paso de las iniciativas de promoción será montar un pabellón con toda la oferta universitaria local en las ferias internacionales de Los Angeles, en mayo, Madrid en setiembre, y China, recién en octubre. El segundo, financiar misiones de consorcios de universidades para que visiten distintos países, en especial de América Latina y Europa. "En lo que va del año se realizaron unas 20 misiones al exterior. En 2009 esperamos concretar alrededor de 30 misiones", destacó Tedesco. El tercer paso será afianzar las redes interuniversitarias, por disciplinas y carreras, que favorezcan el intercambio de estudiantes y profesores. Y el cuarto, profundizar la penetración en Internet a través del sitio Web "Estudiar en Argentina". Marcelo Elizondo, director ejecutivo de la Fundación Export.Ar, sostuvo: "El trabajo articulado con la Secretaría de Políticas Universitarias responde a la complejidad que alcanzó el comercio, ya que en los últimos tiempos se incorporó una serie de servicios intangibles basados en el conocimiento". Según informes de la Fundación, hasta el momento trabajó con 30 entidades universitarias, con las que realizó misiones a los países escandinavos y a San Pablo, Brasil, y presentaciones en las ferias de China y Estados Unidos.

TESTIMONIO
"Me resultaba más económico que seguir la carrera en Colombia"

A Ana María Hernández Posada (25 años) le restan unas pocas materias para recibirse de Licenciada en Periodismo en la Universidad de Palermo (UP). Colombiana de Bogotá, llegó a Buenos Aires en agosto de 2005. "La ciudad se encareció en estos últimos años, pero así y todo sigue siendo barata para los extranjeros. En especial para los estudiantes. Yo hice cuentas y estudiar acá me resultaba más económico que seguir la carrera en Colombia. Como mi novio Alejandro y una amiga estaban estudiando en Buenos Aires, convencí a mis papás y acá estoy. Súper feliz porque uno de mis sueños siempre fue vivir en esta ciudad", relata con la simpatía y cordialidad distintiva de los caribeños.

Ana María dice que cuida el bolsillo y que, billetes más, billetes menos, gasta los 750 dólares mensuales de promedio que arroja el estudio de la Fundación Export.Ar. "Mi novio tiene familiares argentinos, así que ellos nos ayudaron a instalarnos y a conseguir un alquiler barato en un lindo barrio, como Recoleta. A los extranjeros les cobran muy caros los departamentos. Yo hui espantada cuando vi lo que me pedían por ser colombiana", recuerda. Y agrega: "Los primeros meses gastábamos más plata, porque salíamos a conocer lugares, como la Costa y las Cataratas. También hacíamos tours. Ahora, más acostumbrados, sabemos dónde ir y comprar. Además, con todo lo que tengo que estudiar, mucho tiempo para salir no tengo".
Su novio también está estudiando en la UP, un posgrado en Diseño. Los dos proyectan ganar experiencia laboral aquí y después volverse a Bogotá. "Tenemos amigos que todas las noches salen por los boliches o viajan por el país. Otros andan con lo justo y cuidan hasta la última moneda. Hay muchos extranjeros en la ciudad y cada uno viene con un plan distinto", cuenta, mientras, cada tanto, entre sus palabras se escapa algún que otro término porteño.

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