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De nuestra redacción
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16/05/06 El conflicto de los trabajadores de la salud no está solucionado, ni mucho menos, como intenta mostrar el gobierno mendocino. De otro modo no se explican las declaraciones del ministro de gobierno, Sergio Marinelli, publicadas en la página digital del diario El Sol, de suspender y hasta despedir a aquellos trabajadores de la salud que permanecen en pie de lucha.
Marinelli trató de ser lo más contundente posible al afirmar que: “A partir de ayer los directores de los hospitales tienen la instrucción de que tienen que funcionar porque no hay ningún motivo para que no lo hagan. Ahora no hay excusas tienen que estar trabajando y cada hospital tienen que tomar las medidas que corresponda. Habrá que abrir sumarios, saldrán apercibimientos y en el caso de aquellos que lo tengan en forma prolongada le podrá llegar el despido una vez que esto corresponda”.
El ministro de gobierno asegura que lo de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) es una cuestión política (vaya novedad que las luchas gremiales son políticas) y responsabilizó del paro a justicialistas que fueron funcionarios y a militantes de izquierda.
El ministro de gobierno informó que “en el día de hoy se firmará el decreto para los no profesionales, con lo cual queda ya el control de legalidad realizado y todo listo para que se puedan dar los aumentos. No hay ninguna razón ni excusa para que los trabajadores de la salud no presten los servicios adecuadamente”. Con estas declaraciones quedó claro cómo el gobierno sigue dando la espalda a los trabajadores y escudándose en gobernar por decreto para dejar de lado los problemas de fondo.
Marinelli, entre sus amenazas, afirma que la gente se presenta a trabajar a los hospitales, pero que la presencia de los delegados de ATE impide que los profesionales presten la atención correspondiente. El Ministro opinó que los delegados de ATE no entregan los turnos a los pacientes que se presentan al hospital, por lo tanto no pueden ser atendidos por más que la gente que se encuentra en los hospitales esté dispuesta a trabajar. “Están bloqueando la posibilidad de que el resto de la gente que quiera trabajar lo pueda realizar”, afirmó Marinelli a El Sol.