Entre los datos recopilados se reveló que el 47 % de las niñas de entre 5 y 8 años quieren ser flacas.
Como causas principales se encuentra el deseo de ser popular en las escuelas a las que asisten o porque sufren constantemente bromas de sus pares.
La insatisfacción corporal de las pequeñas es un factor de riesgo que puede llevar al desarrollo de trastornos alimenticios, como la bulimia y anorexia, teniendo en cuenta que estas enfermedades comienzan a desarrollarse a partir de la pubertad.
En Argentina este fenómeno no es ajeno, pero se centra en niñas que entran en la adolescencia. Según la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA) en nuestro país 1 de cada 25 adolescentes sufre bulimia o anorexia y 1 de cada 10 padece algún tipo de trastorno alimenticio. El 90 % de ellos son mujeres que oscilan entre los 14 y 18 años.
Los trastornos alimenticios se han universalizados, traspasando las fronteras sociales y las edades, aunque predominan en el púber.
La competencia y el riesgo de contagio son dos de los peligros que encierran los trastornos alimenticios. Muchas veces el deseo de perder kilos se convierte en una competición entre amigas o simplemente cuando se pretende copiar las siluetas que el mercado plantea como modelo.
De acuerdo a los datos aportados por la Asociación Argentina para la Prevención de los Trastornos de la Conducta Nutricional (AAPTCN), el 20 % de los menores que padecen estas enfermedades mueren, aún estando en tratamiento.
Las niñas, desde pequeñas, están expuestas a modelos de popularidad relacionados con un cuerpo perfecto y terminan asimilándolos como una conducta válida para relacionarse con sus pares. Esto provoca que empiecen a mirar obsesivamente su cuerpo y cuestionarlo desde muy pequeñas.
El entorno familiar muchas veces son las que provocan la obsesión por la perfección corporal. Muchas madres se preocupan por las dietas, los alimentos light y el peso de sus hijas, hostigándolas constantemente a que bajen de peso.
En la sociedad actual, el modelo de delgadez y belleza se vende como producto, como formula de éxito. Los jóvenes y los niños consumen diariamente publicidades que muestran a personajes del espectáculo con cuerpos esculturales, bellos, a los cuales tienden a imitar, convirtiéndolos en sus ideales.
Los trastornos encontraron una nueva modalidad de expansión, se tratan de las páginas web que circulan por internet. Estos sitios son conocidos como pro-ana y pro-mia los cuales hacen apología a la anorexia y a la bulimia respectivamente. Cualquier jovencito o niño puede acceder fácilmente a ellos, por que no existe ninguna regulación que los controle. En ellos se obtienen consejos para engañar a la familia y a los médicos, también podrán participar en foros interactivos en los que se reúnen diariamente miles de jóvenes que padecen estas enfermedades.
Cristina E. Mancin
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Departamento Sociedad y Movimientos Sociales