La década del 90 vio la consolidación de movimientos, tales como los generados por las ONG’s. Instituciones de ayuda solidaria, sin fines de lucro, dedicadas a trabajar sobre aquellas problemáticas a las que el Estado dejó de atender.
La provincia de Mendoza cuenta con numerosas instituciones de ayuda; Entre ellas la fundación Vida Joven y en proyecto Alternativa solidaria. En ambas participa Pablo Gareca, quien nos delimitó la acción de estas instituciones.
El objetivo de Vida Joven es la promoción cultural, social y socio productiva en los sectores juveniles populares. Se trabaja a partir de la premisa de generar conciencia dentro de los barrios donde se actúa. Es decir, brindar una visión sobre la importancia de la educación o sobre lo benéfico que es poder insertarse en el campo laboral a partir de aprender un oficio. En síntesis: la construcción de un proyecto sólido de vida a partir de la solidaridad.
Los jóvenes incluidos en los diversos proyectos son aquellos que están en condiciones de riesgo, en situaciones de violencia, propensos a la delincuencia e inmersos en las adicciones, los que no son contenidos por las políticas sociales del Estado provincial, en especial.
La mayoría de estas organizaciones coinciden en señalar al Estado provincial como ineficiente a la hora de desarrollar y aplicar políticas sociales. Esto es grave considerando que la población joven de Mendoza que no trabaja ni estudia llega a los 260.000 jóvenes.
Si bien el gobierno desarrolló planes, todos ellos son excluyentes en algún punto, sea por la edad, los certificados de buena conducta o los exámenes físicos. Y esto es porque “los posibles beneficiarios viven en zonas con problemáticas sociales graves”, aclara Gareca.
Las diferentes organizaciones como Vida Joven esperan por parte del gobierno propuestas sólidas y comprometidas con el escenario social imperante. Sin excluirlos de sus agendas de trabajo diarias. Por otro lado las relaciones con las autoridades nacionales gozan de mayor apertura ya que a través de ellas se redistribuyen los recursos económicos de los organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Otro actor al que se le intenta cambiar hábitos es al empresariado local, ya que también en ellos se observan graves falencias a nivel de responsabilidad social. En algunos casos la ayuda se da en función del reconocimiento público que van a tener. Lo que se intenta desde las organizaciones es demarcar la importancia de ayudar para que eso vuelva al sector ya sea con la ayuda impositiva o el reconocimiento de la ciudadanía, incluido los excluidos.
No importa desde dónde llegue la ayuda; La gente, sobre todo los jóvenes, necesitan saber que no serán usados como instrumento para intereses particulares sino que son parte de un proyecto que les permita insertarse en la sociedad, que los convierta en ciudadanos a partir de sus ganas de progresar.
Organismos como la Fundación Vida Joven, intentan crear espacios de diálogo, encuentro y contención. Así mismo, creen firmemente en la necesidad de establecer políticas que involucren a todos los actores: organizaciones, estudiantes articulados con el gobierno provincial, sumados a una voluntad presupuestaria importante para lograr el progreso sostenido y dar opciones a la otra juventud... a la que está y no se ve.
Verónica Zabala
patriciavz@yahoo.es
Departamento de Sociedad y Movimientos Sociales