Como en toda historia épica, parece inevitable que en este tipo de manifestaciones se conformen diferentes bandos. Están, por un lado, los integrantes de movimientos sociales del campo y la ciudad como los miembros de la Vía Campesina (Brasil, Uruguay, Chile, Argentina y Paraguay) y de la campaña brasilera contra el Área del Libre Comercio de las Américas (ALCA) y por el otro, la Organización Mundial del Comercio (OMC) y los diferentes países, los últimos defienden y representan las necesidades del pueblo, pero irónicamente, pareciera que la cosa no es así.
Por ello, los integrantes del primer grupo se reunieron los días 30 de junio y 1 de julio en Brasilia, para discutir los impactos de las políticas de la OMC y el estado actual de las negociaciones hacia la 6ta Reunión Ministerial, que será realizada en Hong Kong, en diciembre de 2005.
“Nuestro desafío es desarrollar un gran trabajo de formación y movilización contra la OMC y contra su proyecto de control de los mercados mundiales en beneficio de las grandes corporaciones y en detrimento de los derechos de los pueblos. En el ámbito de la OMC, están siendo negociados derechos básicos como el acceso al agua, energía, salud, educación, biodiversidad y soberanía alimentaria, que pasan a ser privatizados y tratados como mercaderías”; éstas fueron algunas de las declaraciones que surgieron de la reunión de movimientos sociales.
En su manifiesto afirmaron que:
1. Es necesario divulgar ampliamente los impactos negativos de los acuerdos de la OMC en nuestras sociedades y trabajar en la formación política de base;
2. Aumentar la presión sobre los gobiernos de nuestros países para evitar la mercantilización de nuestros derechos;
3. Impedir que los gobiernos de nuestros países negocien nuestros derechos para beneficiar apenas un pequeño número de empresas agrícolas, que concentran tierra y ganancias, explotan a los trabajadores, incluso con trabajo esclavo, y destruyen el medioambiente;
4. Trabajaremos en el sentido de fortalecer nuevas relaciones entre pueblos y países, basados en la solidaridad, en la autodeterminación y en la justicia.
Estas afirmaciones traen a colación la reunión de organizaciones y movimientos sociales reunidos en São Paulo los días 15 y 16 de octubre de 2004, en el marco del Seminario Internacional “Las relaciones económicas y negociaciones entre la Unión Europea y América del Sur”, en la que decidieron de común acuerdo:
- Apoyar la declaración sobre el acuerdo UE-Mercosur. Las organizaciones de la región que no habían adherido aún, así lo hicieron, y las entidades de fuera del Mercosur se pronunciaron a través de una declaración separada.
- Rachazar la agenda actualmente en negociación y defender la construcción de otra agenda para las relaciones económicas con la Unión Europea. Para tal objetivo, es fundamental reforzar la perspectiva de una verdadera integración en la región de América del Sur.
Cabe preguntarse quienes ganarán, las minorías más poderosas económica y políticamente, o las mayorías indiferentes con un gran poder potencial que puede surgir de la unión.
En toda esta discusión hay una objetividad material: están siendo expropiados terrenos, se devastan recursos y perdemos día a día muchas riquezas naturales en pos del progreso, “cáncer de la modernidad”. El mundo va cayendo a pique y la ambición, la codicia y el egoísmo se encargan de que no se sostenga con nada en el brusco descenso.
Victoria Alós
Departamento de Sociedad y Movimientos Sociales