Saltar a contenido principal Saltar a navegación principal

Mujeres que matan... y luego no se suicidan

La mirada de género en los medios masivos de comunicación estuvo presente en el 2º Congreso Nacional de Periodismo. Televisadas fue una de las actividades en las que se abordó la problemática de la identidad de la mujer en los medios. Agencia Taller estuvo presente.

22 de noviembre de 2005, 01:22.

Por Ivana Ilardo

Agencia Taller -  Enviada Especial a Buenos Aires

ivilardo@yahoo.com.ar

Reflexionando sobre el nombre que dio lugar al encuentro en esta mesa de debate, ya observamos una punta que nos indicaría el eje de discusión.

Visadas, visar, dar validez, poner el visto bueno, principalmente desde la tele. Este medio que sabe muy bien cómo etiquetar y validar comportamientos, prescribirlos y entregarlos para el consumo y para la identificación de modelos a los cuales recurrir.

En este sentido el taller presentó otro producto que, no se si servirá como modelo, pero que de todas maneras muestra una realidad que se presenta como disruptiva a las alternativas que en la televisión podemos encontrar como formas de construcción de la identidad de las mujeres. Hablamos de “Mujeres Asesinas”, la tira que se emite todos los martes a las 23 por canal 13 y cuyas protagonistas matan a sus seres cercanos. La idea es mostrar sus pasados trágicos de manera de explicar el por qué de esas historias. Sus autoras son Liliana Scliar y Marisa Grinstein. Basada en el libro del mismo nombre de Marisa Grinstein. Con ellas estuvo Agencia Taller.

En una especie de diálogo entre mujeres, como lo describió la conductora de la mesa, Liliana Daunes (periodista), panelistas y oyentes pudimos darnos un espacio más de reflexión entre tantos otros que siempre encontramos para pensarnos, en este caso en los medios. Si bien la exposición fue lineal, una panelista habló después de la otra, luego hubieron intervenciones,  lo reproduciremos de la manera en que mencionamos para hacerlo más dinámico.  

Una de las participantes de la mesa, Diana Maffia, doctora en filosofía, rescató para la discusión tres aspectos importantes a tener en cuenta. Dijo que: “hacer una lectura de género respecto de los medios, específicamente sobre la televisión, significa por lo menos tres cosas. Preguntarse en primer lugar ¿cuál es el impacto diferencial por género que hay con respecto a ese producto? , es decir, ¿cómo impactan estas imágenes sobre varones y sobre mujeres?,  ¿de qué manera estos productos refuerzan estereotipos de género, y cómo  refuerzan o generan jerarquías entre los géneros?”.

En segundo término, de qué manera se construyen identidades de género. Aquí hizo referencia a tres corrientes dentro de la teoría social contemporánea respecto de la construcción de identidades de todo tipo, no solo de género. Las mencionaremos brevemente para poder trasladar lo más coherentemente posible a nuestras/os lectoras/es  la discusión que en la  sala  “C” del Centro Cultural San Martín se dio.

En primer lugar las identidades se construyen, antes que por nuestra biografía, más bien por aquello que heredamos. En este sentido  los medios de comunicación constituyen una de ellas, esta es la Teoría Constructivista. Muy reducida por cierto, y muy disciplinadora.

La segunda teoría respecto a identidades sociales es la que se llama Teoría Identitaria. Esto es que un sujeto o un grupo social se va ubicando en el contexto de identidades construidas previamente. Es interesante en este sentido ver qué modelos me ofrecen los medios, en este menú de propuestas identitarias, que a la vez son una prescripción de cuáles son los límites, lo permitido y lo no permitido.

La tercera teoría social sobre la construcción de la identidad es la Narrativa. Nos dice que las identidades se construyen en el contexto de los intercambios lingüísticos. “Aquí vale la pena pensar, -agrega la filósofa-,  cuáles son esos intercambios, qué nos dice este lenguaje de la TV con sus 600 palabras que usa frente a las 85.000 que tiene la lengua española. Estas 600 palabras que nos empobrece la percepción, pero que también empobrece las identidades; nos empobrecen las posibilidades de armar nexos sociales. Nos transforman en sellos idénticos. pero a la vez en factores de consumo.”

Y por último  mencionó que sería importante rescatar una mirada positiva, no demonizadora de los medios, que nos permita tener en cuenta la potencialidad emancipadora se tomara como una tarea colectiva.

Esta exposición, entre otras como la de Hilda Luisa Valdemar, periodista mexicana quien también dialogó sobre el tema, sirvió de marco para analizar la presencia en la televisión de la tira de Polka. Cabe destacar que también se presentó un video producido por las periodistas Andrea Bevacqua y Viviana Lozada, y realizado por el Grupo Gesta, que hace un recorrido por los diferentes programas en el tratamiento de lo femenino.

Tal como mencionó la periodista mexicana, estamos acostumbradas/dos a observar en los medios estereotipos tradicionales de lo femenino. Agrega Valdemar que: “La industria mediática nos ha colocado como objeto de consumo sexual, especialmente la publicidad. En sus contenidos existen las imágenes de lo que somos, cierto, pero también de los que se espera de nosotras. Son las imágenes sexistas todavía las que permean segmentos muy grandes en el contenido de los medios. Madres sacrificadas, cuerpos esbeltos, mujeres muy “malas”, mujeres ejecutivas infelices, mujeres frustradas, mujeres amorosas o muy fuertes, aisladas o desconstexturizadas, mujeres humildes, obedientes, servidoras, mujeres madres.

Sin embargo la crítica feminista se ocupó de decir ‘así no somos o no queremos ser’. Y también, tal como expresó Maffia, este efecto de los medios que más arriba se mencionó produce consecuencias. Para  “quienes no nos sintamos identificados con este menú que se nos ofrece estaremos en espacios que nos ofrezcan otros modelos, que no nos produzcan una insatisfacción y una infelicidad personal profunda. Es una de las vía del feminismo.”

En ese sentido “Mujeres Asesinas” está fuera de los límites permitidos. Tal como menciona Liliana Scliar, una de sus autoras,“si bien el adjetivo no es demasiado propicio para la imagen femenina, recupera la imagen de una mujer tan completa y tan compleja que es capaz de matar, que no es poco para empezar. Una mujer que ni siquiera es como un hombre, una mujer que le cabe todo; plancha, cocina, mata”

Otra de sus autoras, Marisa Grinstein, aporta al diálogo acerca de los mitos con los que rompe este programa. El mito de la reina que nos cabe como mujeres. Aquel al que adhieren la mayoría de los medios. Cómo broncearte y estar divina en el verano; también esa fantasía con la que se juega como la de ser perfectas en todo, madres, esposa, profesional, etc. Diferente a las fantasías con las que se juega para los varones, aporta la filósofa. Éstas giran en torno al poder, si tenés tal auto o tal sueldo vas a tener a la rubia a tus pies.

Es interesante en este sentido observar qué sucede con la pauta publicitaria ya que “es uno de los programas que más pauta en la tele” agregó Scliar. Ella menciona que: “los publicistas son: laxantes femeninos, pastillas para la menstruación, jabones en polvo para mujeres que no están obsesionadas por el lavado; pañales. Aún cuando el producto trata de alejarse del estereotipo, los malditos publicistas aprovechan incluso esto para volver a enmarcarnos. Es interesante descular este hecho. Porque a estas mujeres que les interesa este tipo de programas (el público es mayormente femenino porque los hombres se impresionan) los publicistas les siguen apuntando a la cabeza con apasionantes jabones en polvo. No es en este caso la imagen que construimos desde el medio sino una imagen que no sé en que lugar existen pero funcionan. Es raro; no existe pero funciona”

A esto responde la filósofa y reflexiona: “Yo hablaba de la narración pero la narración no es solamente el fragmento. La narración es el contexto que le pone la publicidad y es un hecho tranquilizador porque presenta la normalidad, ¡Ojo! Estamos viendo mujeres asesinas pero a la mayoría de las mujeres hasta nos gusta lavar. La mayoría de nosotras tiene esa normalidad marcada por la pauta. Estas equitativas oportunidades en la construcción, no sólo como género sino otras diversidades narrativas de las identidades, son las que tenemos que discutir.”

De lo dicho hasta aquí podemos decir, siguiendo a la periodista mexicana, que: “hay diferencias en las necesidades de ambos sexos. La realidad que enfrentamos en los albores de este nuevo siglo reta al periodismo para que asuma la categoría de análisis que se resume en el concepto de género como un elemento cotidiano, el cual no es más que considerar y evaluar el impacto en las mujeres y en los hombres de los temas que son objeto de cobertura, cuya importancia estriba en rescatar la diversidad que brinda la equidad entre los sexos de manera que conduzca a la superación del androcentrismo.”

Y esto, consideró,  implica hacer conciente esta desigualdad primero, observar estas necesidades  y luego aportar a la superación mencionada por Valdemar.

En el caso de “Mujeres Asesinas”, Agencia Taller le consultó a Marisa Grenstein desde qué lugar se posiciona ella para crear estas historias y respondió que: “no es lo mismo la mirada del hombre que la de la mujer, en algún punto hay una diferencia, lo que no quiere decir que sea mejor o peor, más valioso o menos valioso, se ve distinto, creo. Hay diferencias, el varón mira otra cosa, pone el acento en otro lugar y yo quería rescatar eso desde la mujer”.  

Contenido relacionado