A los 80 años, falleció hoy Armando Bertranou, quien fuera rector de la Universidad Nacional de Cuyo. Por esta razón las autoridades definieron asueto para el viernes 28, con cese de actividades administrativas y académicas por 24 horas, duelo por tres días y bandera a media asta, según la resolución 1127/2023.
Quien fuera la máxima autoridad de la Universidad durante el período 1988-1996 será velado en el Centro de Información y Comunicación de la UNCUYO ( CICUNC) en el campus universitario, de 9 a 14.
Ingeniero Agrónomo doctorado en Economía, había nacido el 14 de mayo de 1942. Estaba casado con Clara Alicia Jaliff, con quien tuvo cuatro hijos: Fabio, Eleonora, Marcos y Evelina.
Su acción política al frente del Rectorado estuvo marcada por la necesidad de más apertura de la casa de estudios, los avances institucionales y políticos dentro de la institución y ganar el espacio físico hacia el oeste en el conocido campus. Durante su gestión, se crearon el Instituto de Ciencias Básicas (hoy Facultad de Ciencias Exactas y Naturales), el Instituto Tecnológico Universitario (ITU) y la Editorial de la UNCUYO (EDIUNC).
Hace un año, Radio U (FM 96.5), el medio más antiguo del sistema de medios de la UNCUYO, conmemoraba sus 30 años en el dial de Mendoza con un reconocimiento a Bertranou por ser quien promovió el nacimiento de Radio Universidad, que comenzó a transmitir el 28 de abril de 1992.
En cuanto a su vasta trayectoria profesional fue Ministro de Obras de la gestión de Arturo Lafalla (1995-1999), presidente del CONICET y titular del directorio en Agencia Nacional de Promoción Científica, Tecnológica e Innovación Productiva.
Respetar la opinión de todos
En una entrevista realizada por Jorge Fernández Rojas para el especial de Rectores de la Democracia, Bertranou dejaba importantes conceptos vinculados a su acción política al frente del Rectorado, la cual estuvo marcada por más apertura de la casa de estudios, avances institucionales y políticos dentro de la institución y ganar espacio físico hacia el oeste del campus.
- “Nosotros recibimos la universidad cinco años después de que volvió la democracia. No es poca cosa comenzar la democracia después de una época tan desafortunada (como la dictadura cívico-militar). En ese contexto, ¿cómo se me ocurrió ser rector? En realidad, no se me ocurrió a mí, se le ocurrió a un grupo de muchachos que estaban alrededor de mí y que siempre tuvieron ganas de hacer más y más. Pasaron a ser mi equipo de trabajo de gobierno. También muchos amigos me empujaron para que hiciera las cosas mejor que algún otro, eso fue".
- “Fuimos a elecciones en el segundo período después del regreso de la democracia, o sea, en el año 88, y empezamos a gobernar la universidad en una época de inestabilidad, pero pronto pudimos recabar otro tipo de experiencia de la universidad, tanto nuestra como la de otros. La universidad no es un lugar donde se pueda gobernar con una persona y los demás haciendo lo que esa persona dice, ni hablar de eso. Acá, con el ámbito y el hambre de tener democracia, había que respetar las opiniones de todos. Eso fue una cosa muy importante para nosotros".
- “Hicimos dos elecciones de períodos de dos años de gestión, pero dejé a quien me seguía hacer una elección normal por cuatro años de administración. Ese detalle se lo olvidan muchos de los que analizan la universidad y no se dan cuenta de lo que costó trabajar en un ambiente de análisis continuo electoral”.
- “Nos hicimos cargo de mejorar la visual del campus. Entonces, es muy importante decirlo, los árboles no crecen de un día para el otro. Las tipas, que tienen cerca de 40 cm de tronco, eran jovencitas; ahora están crecidas, cruzan el puente del Damsu y acaban de florecer porque son amarillas. ¿Qué es lo primero que hay que hacer para plantar un árbol? Hacer una acequia y un pozo, para sacar piedras y poner tierra. Es decir, el trabajo de acomodamiento de las plantas, de cómo queríamos que estuvieran colocadas y de poner nuevas variedades, fue muy duro también”.
- “Hubo, además, una planificación relacionada con el riego, que fue analizado por expertos locales; lo que nos permitieron fue hacer distribución de agua por cañería. En aquel entonces tuvimos la mala suerte, para todos los argentinos, del desguace de YPF, pero algo negativo (por el desarme de la petrolera estatal) nos permitió conseguir y traer caños que estaban en desuso de YPF".