Entre otras actividades culturales y científicas, fundó el Museo de Ciencias Naturales de San Rafael e hizo innumerables hallazgos que permiten reconstruir el pasado de la provincia.
En silencio y en la intimidad familiar, y sin discursos ni grandes pompas, dejó este mundo el doctor Humberto Antonio Lagiglia.
El científico mendocino falleció en su ciudad natal de San Rafael a los 70 años (en junio hubiese cumplido 71). Hasta hace poco ejerció su profesión de doctor en arqueología como director del Museo de Ciencias Naturales de San Rafael, que él mismo creó en la década del ’50 con un grupo de amigos y hoy es orgullo mendocino y del país.
Su amplísima y continuada actividad académica empezó en la cátedra de Botánica de la Facultad de Química y Farmacia de la Universidad de la Plata, como auxiliar docente (1963 al 1966) luego fue docente adscripto a la cátedra de técnicas de la investigación astrológica, de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la misma Casa de Altos Estudios (1968 al 1970).
Luego volvió a San Rafael y se desempeñó en numerosas cátedras, en dos profesorados terciarios de la zona y en las escuelas secundarias. Pero, durante 1977 la persecución ideológica llegó a San Rafael y Lagiglia debió abandonar su trabajo docente, pero continuó su tarea desde el Museo.
Con el reinicio de la democracia, la Universidad Nacional de Cuyo lo nombró profesor Extraordinario y Asesor del Rectorado (1987).
Hasta su desaparición física se desempeñó como profesor del concurso de la cátedra de Arqueológica Prehistórica de la carrera de Historia de la UNCuyo.
El profesor Lagiglia recorrió en forma oficial y muchas veces en forma particular prácticamente todos los yacimientos arqueológicos del país y participó o encabezó grupos de investigadores que localizaron enterratorios indios, yacimientos de incalculable valor arqueológico y formó a muchos de los científicos que hoy trabajan en Mendoza, la Argentina y el exterior.
El paso de Lagiglia (Tito) por la vida no fue en vano y dejó como legado además de su esposa y dos hijas una prolífera obra escrita y publicada que es utilizada en las distintas cátedras relacionadas con la arqueología.
Entre otros, se puede mencionar el libro “Arqueología de cazadores-recolectores cordilleranos de altura”, “Libreta del arqueólogo” y la “Cultura del Viluco”.
No es suficiente destacar su trabajo profesional sin citar su compromiso personal con la sociedad. Él fue fuente de consulta sobre todos los temas que hacen a la vida de su San Rafael y tenía posiciones que muchas veces causaron malestar porque su solvencia las hacía indiscutibles.
Así creyó siempre que Sierra Pintada, la mina de uranio, debía ser reabierta si se tomaban todos los recaudos necesarios. “Las poblaciones crecen y hay que satisfacer sus necesidades rápidamente y aún no estamos preparados para energías alternativas”, le dijo a Los Andes allá por el 2005.
“Esto lo tienen que entender las agrupaciones ecologistas que son, muchas veces, fundamentalistas y no aceptan la realidad de los crecimientos demográficos. Hay que hacer desarrollos sustentables”, sostenía.
Lo cierto es que a partir de ahora Lagiglia no ocupará más ese trono de honor imaginario que le dio su sabiduría y dedicación. La sociedad ha perdido a uno de sus grandes referentes, y el mejor homenaje ahora será tomarlo como ejemplo.
Algunas distinciones académicas y comunitarias
. Secretario del Comité para registro de fechado de radiocarbono de la República Argentina, desde 1968.
. Medalla de Plata con motivo de su Doctorado (1977).
. Presidente y organizador del IV Congreso de Arqueología Argentina, San Rafael, mayo 1976.
. Vice-Presidente Honorario del VII Congreso Nacional de Arqueología Chilena (1977).
. Académico de número de la Academia de Ciencias Sociales de Mendoza (1988).
. Flor de Lis de Plata Scout, por su aporte en Ciencias (1992).
. Mención servicios distinguidos, Rotary Club de San Rafael (1994).
. Medalla de Oro al Ciudadano Ilustre de San Rafael 1994, del Concejo Deliberante.
. Distinción Sanmartiniana otorgada por la Legislatura de Mendoza.
. Presidente y organizador del IX Congreso de Arqueología Argentina, San Rafael 1994.