Tenía 86 años. Era un botánico con prestigio internacional. Dedicó su carrera a investigar la flora cuyana y patagónica.
“Fue un botánico de nivel internacional, reconocido mundialmente, que cumplió su vocación acabadamente”. Éstas fueron las pocas palabras que pudo esbozar el filósofo mendocino Arturo Roig para recordar a su gemelo: el ingeniero agrónomo e investigador científico Fidel Antonio Roig, quien falleció a los 86 años ayer en la madrugada, en esta capital.
Será sepultado hoy a las 11, en el cementerio Parque de Descanso (Guaymallén).
A don Arturo no se lo puede acusar de subjetivo al momento de expresarse sobre su hermano: Fidel Antonio (nacido en Mendoza el 16 de julio de 1922) es considerado una autoridad planetaria en botánica. Su especialidad era la flora regional cuyana y patagónica, la que se encargó de investigar durante gran parte de su vida (tanto es así que la denominación de cada especie que identificó va acompañada con sus iniciales).
El ambiente científico local le debe el haber colaborado en la fundación del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (Iadiza), en el CRICYT, donde creó la Unidad de Botánica y Fitosociología.
Fue el forjador de la Reserva de Biósfera de Ñacuñán (Santa Rosa). Se desempeñó como titular de la cátedra de Botánica de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo. Lo nombraron miembro de la Academia de Ciencias Agropecuarias de Argentina.
A todo eso se suma que fue autor de varios libros y compilaciones de artículos sobre su especialidad, que han sido traducidos en varios idiomas y recorren el mundo.
Fidel Antonio era hijo del célebre pintor Fidel Roig Mattons (de su matrimonio con María Elizabeth Simón, además de los gemelos nacieron otros dos hijos: Virgilio y Enrique).
Estaba casado con Nuria Juñent, con quien tuvo tres hijos que son algo así como su continuidad. Fidelito es botánico y especialista en dendrocronología –estudio de la edad de los árboles según la cantidad de círculos del tronco–, Sergio es también ingeniero agrónomo y actual director del CRICYT, y Claudio es geólogo y trabaja en Ushuaia.
Recuerdos de la Patagonia
Entre los recuerdos que ayer alcanzó a recuperar el dolido Arturo, comentó que la trayectoria de su hermano se vio interrumpida por la última dictadura militar. “Lo dejaron cesante del Conicet –rememoró aclaró–. Pero en vez de irse del país, se fue a estudiar la flora de la Patagonia”.
Así fue cómo Fidel Antonio elaboró uno de sus trabajos más importantes: Transecta Patagónica, financiado por la Sociedad Botánica de Londres y publicado en varios países.
Además, heredó el herbario del reconocido botánico Adrián Ruiz Leal, quien fue su maestro. Cuando recibió esa colección contaba con 30.000 ejemplares de flora regional, que luego de años de investigación y recolección llegó a alcanzar los 60.000. Es para los botánicos del futuro, uno de los tantos legados de Fidel Antonio Roig.
ENTRE SUS LIBROS
En las librerías locales puede comprarse “Flora medicinal mendocina” (Iadiza, 2001).
Es un exhaustivo catálogo de plantas medicinales y aromáticas autóctonas y exóticas asilvestradas, relevadas en toda la provincia.
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22 de noviembre de 2024