\"El propósito del grupo de trabajo que conformamos junto con la licenciada Graciela Fasciolo que es especialista en el tema agua, y la doctora Ana Sterwood, que trabaja los ambientes naturales mendocinos, casi un 97% de la superficie, y en mi caso, el estudio de las zonas urbanas y específicamente el Gran Mendoza, llegamos a la conclusión de que existe una pérdida de sustentabilidad ambiental en toda la provincia y especialmente en el oasis Norte, que puede perjudicar la calidad de vida de la gente y a su vez, los procesos productivos\".

- ¿Qué es lo que el hombre hace mal para que se corra este riesgo de disponibilidad en el futuro?

- Al no existir un ordenamiento del territorio, una planificación y al no tener claro una imagen de provincia a la cual se pretende llegar, juega en contra de la explotación y los recursos naturales, que es la que mantiene la vida en el oasis, en el caso específico del agua. Nuestra vida en este oasis norte, centro y sur depende del agua que viene del deshielo de la montaña. Indudablemente las cuencas no constituyen una reserva natural, que es la fuente vital para el oasis. Hay problemas de deficiencia en el manejo del agua, en el proceso de riego y hay procesos de salinización que afectan indudablemente ese balance hídrico, por el cual muestra que el oasis más comprometido es el norte.

- ¿Hablamos de agua para consumo humano o para el uso humano? ¿Qué se salinicen las napas es producto de la acción del hombre?

- El balance contiene no solamente el uso para la parte doméstica, sino también el mayor consumo de agua se produce en el ambiente rural. La salinización es producto de la acción del hombre: se produce por diferentes efectos, por ejemplo, en cuanto al riego o a la falta de instrumentación o limpieza de canales, las acciones del hombre sobre el uso eficiente.

- En el norte, hay más de 800.000 personas. ¿Cómo afectará la concentración humana en este problema?

- Más de 800.000, es decir, el 0,1% de la superficie total de la provincia. Es un ambiente muy frágil, en el cual si bien la presencia del año 2001 muestra una ventaja en la desaceleración del crecimiento, la expansión humana es muy grande. En el caso del Gran Mendoza, de 1986 a 1999, su superficie ha crecido un 70%. Este problema de expansión y la movilidad permanente de la gente en busca de equipamiento y servicio hacia el centro de la sociedad, produce problemas de contaminación, que cada vez son mayores, entre ellos. Es tener en cuenta que los riesgos naturales afectan como el riesgo sísmico o el problema aluvional, cuando esa expansión se orienta hacia el oeste.