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No es violencia en el fútbol, es Gatillo Fácil en la cancha

El domingo 11 de setiembre se jugaba el clásico del fútbol mendocino, San Martín-Godoy Cruz. En el segundo tiempo, algunos incidentes terminaron con un tiro de bala de goma, a menos de un metro de distancia, por parte de un efectivo policial sobre el jugador Carlos Azcurra. ¿La justicia? Está pensando qué hacer ¿El Gobierno? Está viendo qué va a hacer la Justicia. ¿El sistema policial? Una vez más dentro de los parámetros de la impunidad y la represión.

13 de septiembre de 2005, 01:13.

Por Ernesto Espeche

Agencia Taller

ernestoespeche@speedy.com.ar

En un enfrentamiento por el campeonato de la B Nacional del fútbol argentino, jugaron el domingo 11 de Setiembre Atlético San Martín – Godoy Cruz en el estadio mundialista de Mendoza.. Hasta aquí un clásico más. El “tomba” iba ganando 3 a 0. A poco más de la mitad del segundo tiempo los hinchas ubicados en la popular local, que no eran numerosos, comenzaron a arrojar piedras al campo de juego. La policía reaccionó inmediatamente con tiros al aire de balas de goma y gases. Cuatro minutos después, lejos de contener la situación que generaron con sus armas, los tiros apuntaron directamente a la tribuna. Los jugadores advirtieron esta situación y comenzaron a acercarse a los efectivos para detener la represión, uno de los primeros que lo hizo fue el arquero, Claudio Manchado, rápidamente seguidos por sus compañeros del Atlético San Martín.
Ante esta protesta de los jugadores, los agentes policiales, 6 en el campo, más 2 jefes a cargo del operativo (William Ruffolo y Jorge Pereyra), se volvieron contra ellos y uno disparó a 30 centímetros de distancia contra el defensor Carlos Azcurra, quién inmediatamente cayó al piso con una fuerte herida de bala en el tórax.
Algunos compañeros de Azcurra se acercaron a socorrerlo, mientras el resto aún intentaba frenar la desmesurada acción policial dentro del campo de juego. El defensor fue trasladado hacia el hospital Luis Lagomaggiore, de la ciudad de Mendoza, en donde ingresó con abundante pérdida de sangre y fue dispuesto de urgencia para una intervención quirúrgica de más de tres horas que culminó a las 21.40.

Tras la operación, el médico del plantel “albirrojo”, Carlos Bertona, dio a conocer el parte médico y comentó: “Carlos tiene fractura de costillas, una herida en el hemitórax derecho, con desgarro en el lóbulo inferior del pulmón derecho, desgarro del diafragma y contusión hepática derecha. En la cirugía que se le realizó se le sacó el lóbulo inferior del pulmón derecho. Permanecerá en terapia intensiva. El pronóstico es reservado porque puede tener complicaciones”
Entre las versiones periodísticas y oficiales que comenzaron a circular, Los Andes expresó que tras las primeras piedras arrojadas por algunos hinchas, hubo un intercambio de palabras entre éstos y un periodista gráfico que habría recibido un impacto de proyectil. Esto habría derivado en la intervención de la policía. Poco, muy poco para intentar justificar el accionar. También se pudo escuchar a oficiales a cargo del operativo diciendo que el impacto sobre Azcurra podría haber venido de la popular, que estaba a más de 10 metros de distancia...
A poco de la llegada de Azcurra al hospital, se hizo presente el gobernador de Mendoza, Julio Cobos, quien dijo que la justicia ya se disponía a investigar. El lunes en la mañana, el ministro de Justicia y Seguridad de la provincia, Osvaldo Tello, en declaraciones hechas a Radio Universidad Nacional de Cuyo, dijo que aún no se identificaba al efectivo que disparó contra Azcurra. Lo cierto es que las imágenes televisivas del momento del disparo ya habían sido innumerables veces trasmitidas. El ministro dijo luego que ya se había pasado a disponibilidad a los 6 policías que actuaron en la cancha.

Simultáneamente a estas declaraciones, Diego Arenas (Partido Demócrata), miembro de la Inspección General de Seguridad, afirmaba a Radio de Cuyo que “el policía autor del disparo que hirió gravemente al jugador de San Martín está debidamente identificado”.

La última información dice que la fiscal a cargo, Liliana Curri, imputó al policía que disparó sobre Azcurra.

Una mancha más…

Las distintas declaraciones oficiales realizadas hasta el momento hablan de “hecho fortuito”, “accidental” o “caso aislado”.

Este atentado policial contra el jugador del Atlético San Martín se inscribe en una serie de hechos que implican desde casos de gatillo fácil hasta desapariciones en democracia. Todos casos en donde las fuerzas de seguridad de la provincia han tenido comprobada participación. Nos referimos, para mencionar sólo algunos hechos, a la desaparición de Cristian Guardatti, Adolfo Garrido y Raúl Baigorria; o a los asesinatos de Sebastián Bordón, Hugo Romagnoli y Héctor Tocopa.

El disparo a Azcurra y los casos mencionados no son una suma de “hechos fortuitos”, son, más bien, una clara muestra de la continuidad de un aparato represivo digno heredero de la policía que actuó durante la dictadura militar (1976-1983). Afirmación ésta que, contradicción mediante, no pudo ser negada ni por el propio ministro Tello.

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