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"No sabemos qué va a pasar con la inteligencia artificial en educación, lo estamos construyendo"

Es una de las reflexiones que ofrece el especialista Fabio Tarasow, anticipando lo que será su disertación el viernes 11 en la UNCUYO. Fue invitado a conversar —junto a Jesús Salinas— acerca de los alcances y desafíos de estas nuevas tecnologías en los procesos de enseñanza y aprendizaje.

imagen "No sabemos qué va a pasar con la inteligencia artificial en educación, lo estamos construyendo"

La charla de Tarasow (foto) y Salinas será el viernes 11 de agosto, a las 11, en el Salón de Grados de la Facultad de Ciencias Económicas.

“La incorporación de inteligencia artificial en la educación es el tema del momento. Las aplicaciones de inteligencia artificial están disponibles hace un par de meses y se está viendo cómo se integran en el sistema educativo”, reflexiona Fabio Tarasow, como adelanto de lo que será su charla esta semana en Salón de Grados de la Facultad de Ciencias Económicas.

Junto a Jesús Salinas disertarán en el ciclo de conversaciones sobre educación e inteligencia artificial que, en su segundo capítulo, pondrá la lupa en el derecho a la educación.

Preguntas relacionadas con el potencial de la inteligencia artificial para mejorar el acceso a la educación, los desafíos éticos que conlleva, y algunos ejemplos de aplicaciones prácticas en este ámbito, sirvieron como disparador para profundizar en el tema. Fabio Tarasow aclara que, por el momento, no existen muchas certezas y que es necesario seguir trabajando para encontrar respuestas más concretas.

“Hay una tensión —explica— entre lo que aparece en las tecnologías y las empresas que suelen ofrecer algunas cosas y la manera de enfocar el aprendizaje de las instituciones educativas. En general, no coinciden. En realidad, las propuestas de tecnología educativa todavía tienen un enfoque del aprendizaje muy basado en la repetición, en la premiación, en la fragmentación de contenidos, a diferencia de propuestas educativas que tienen un enfoque más pensado en la actividad, en aprender con otros”. 

"No sabemos qué va a pasar con la inteligencia artificial en educación, lo estamos construyendo. Vamos a ver cómo se resuelve esta tensión de lo que ofrecen las compañías, qué termina pasando en las aulas y cómo los profesores pueden ir imaginando usos. Vamos a ir imaginando usos y ver cómo lo podemos hacer”, advierte. 

Ahora, si bien el potencial de esta tecnología parece amplio, está lejos de representar una solución mágica o de ser perfecta: “Hay críticas en cuanto a cómo se generan las respuestas, que muchas veces falla o que dice cosas que no son. Hay muchas críticas con respecto a cuáles son los datos que se usaron para entrenarla, que si son sesgados, las respuestas que generan serán sesgadas, y lo que hacemos entonces es amplificar y replicar el sesgo que ya venían en los datos; con lo cual la inteligencia artificial puede ser un elemento que ayude a amplificar injusticias sociales”.  

En cuanto a ejemplos de aplicaciones prácticas, el experto explica que algunas empresas ofrecen sistemas de tutoría personalizado —“el sueño eterno de las tecnologías educativas”, según el autor— como las pruebas que está haciendo Khan Academy, que se llama Khan Amigo, aunque todavía no hay resultados. “Creo que hay trabajos interesantes de docentes en diferentes áreas que están pensando actividades de cómo se puede utilizar, qué actividades se pueden hacer y cómo el docente puede empoderarse de esta herramienta como un copiloto, como una ayuda”. 

Párrafo aparte se llevan los desafíos éticos, vinculados al origen y el sesgo de los datos que utiliza. “Hay serias discusiones ahora sobre si la inteligencia artificial se entrena sobre producciones que están en internet y esas producciones tienen derechos de autor o son de gente que las puso a circular libremente, si es que las empresas pueden montarse sobre eso y vender un servicio cuando eso está circulando libremente por internet. Y es también la privacidad y cómo es que se van a preservar los datos, qué se hace con los datos de los usuarios que interactúan con la inteligencia artificial”, concluye Tarasow

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