DiseñArte: Mujeres en movimiento es el proyecto que financia la Universidad con el objetivo de generar herramientas para el empoderamiento económico de las mujeres que sufren violencia de género y que conviven temporalmente en el Refugio de la fundación Sobran Motivos.
Con ese propósito, docentes y estudiantes universitarios ofrecen una serie de capacitaciones que abordan temáticas relacionadas, fundamentalmente, a los derechos de las mujeres, además de realizar actividades de apoyo para fomentar la producción de recursos propios, siempre en el marco de economías solidarias y sustentables.
En el transcurso del año se realizaron talleres de diseño textil e industrial y de revelado. El plato fuerte fue el taller de serigrafía, en el que aprendieron a estampar imágenes. En una primera instancia lo hicieron sobre remeras y prevén grabar en otros elementos. Ya pasaron la etapa de prueba y la idea es avanzar con un stock que permita la comercialización de las prendas.
Graciela Burgardt, directora del proyecto DiseñArte: Mujeres en movimiento que financia el programa de Desarrollo Territorial de la UNCuyo, comentó que la idea apunta a visibilizar las problemáticas de las mujeres que son víctimas de violencia, además de asumir el rol protector que le compete al Estado. Y dijo que en ese sentido, la Academia toma la posta con la concreción de estas acciones que se vuelcan de manera directa a la sociedad y a las instituciones que las necesitan.
Explicó que en cuanto al impacto social, la Universidad se ubica en un espacio de investigación-acción donde además de reconocer los problemas, los atiende y resuelve. Se nutre de los problemas para poder desarrollar un conocimiento que ayude a las mujeres que no son un objeto de estudio sino un sujeto de derecho productoras de conocimiento.
Comentó que el proceso es un permanente intercambio en el que la Universidad aprende de la sociedad y se nutre de los conflictos, para poder desarrollar conocimientos que ayuden a las mujeres que sufren violencia. “La UNCuyo aporta capacidad profesional, financiamiento y especialmente la capacidad de sistematización de las acciones para lograr un trabajo que impulse soluciones concretas”, dijo Burgardt.
Y agregó: “Los resultados se ven cuando las mujeres salen de su papel de víctimas y asumen su capacidad para aprender y enseñar y para producir. El logro es que descubran su propia posibilidad de construir una vida mejor para ellas y para sus hijos y que sean actoras centrales de su vida”.
Por su parte, Clara Sánchez Egea, referente de Sobran Motivos se refirió al equipo y explicó cómo en el trabajo conjunto se evidencian las capacidades de cada una de las mujeres con sus diferentes perfiles y puso en valor la sororidad que consiguen aun cuando provienen de diferentes nichos socio culturales.
Sobre la Fundación
Empezó a funcionar en 2012 y en 2013 abrió el Refugio. Dentro de la oferta las mujeres reciben asesoramiento, contención y alojamiento para resguardar la integridad física y psicológica en caso de riesgo inminente. La idea es poder protegerlas con medidas legales como la prohibición de acercamiento y la exclusión del hogar, al agresor.
La estadía en el Refugio es transitoria, esta condición responde a estándares internacionales porque la lógica no es excluir a las víctimas de su medio, sino al agresor. El tiempo de alojamiento depende de cada situación y de cómo se aborde la salida del Refugio.
La presentación de las mujeres es espontánea y también van las que deriva la dirección de Género de la Provincia, fiscalías, hospitales y otras organizaciones sociales. El espacio dispone de 15 plazas, y pueden alojarse también los hijos. La estadía es fluctuante. El ingreso y egreso es permanente.
Existe además el Centro de Día donde ofrecen asesoramiento legal y contención psicológica y emocional. Habitualmente las mujeres se acercan allí en el trayecto previo a la denuncia por violencia y por lo general siguen vinculadas a la Fundación.