Atrás quedaron los días en los que los operarios, desafiando las leyes de la gravedad, corrían riesgos innecesarios y peligraban sus vidas al subir a escaleras e improvisados andamios y plataformas elevadoras para realizar su labor. Ahora, gracias a la iniciativa de la secretaría de Gestión Administrativa Económica y de Servicios, a través del área de Coordinación, Infraestructura, Mantenimiento y Servicio del Rectorado, los gruistas, mediante un carnet profesional habilitante, operarán un elevador hidráulico destinado, en principio, a circular en forma periódica por el circuito universitario para controlar la iluminación y reponer varias de las 140 farolas que alumbran sus calles y su sistema de cableado eléctrico.
El hidroelevador articulado, instalado sobre la caja de un restaurado camión Mercedes Benz 608, está provisto de un brazo de 13 metros accionado por un motor a nafta independiente del vehículo, además de un sistema de bombeo manual que se utiliza si el combustible se termina. Tiene una carga máxima para gruistas de 120 kilos por cada balde, compuesto de policloruro de vinilo (PVC), que funciona como aislante frente a una eventual descarga eléctrica.
Si bien el uso prioritario destinado al equipo, y el que más trabajo va a dar por estos días, es el mantenimiento de las luminarias el hidroelevador también realizará cualquier tarea que resuelva la dificultad que representa la altura, como la instalación de equipos de aire acondicionado y labores extra como la limpieza de vidrios, en todas las instalaciones de la UNCuyo, como el Hospital y los colegios.
“Tener este equipo es un gran logro, ya que los trabajos se realizan con un 70 % menos de tiempo, con más seguridad para todos y es más económico porque el alquiler de grúas es muy caro”, enfatizó Alejandro Marti, responsable del área de Coordinación, Infraestructura, Mantenimiento y Servicios de la Universidad.